La agencia japonesa Rating and Investment (R&I) ratificó la calificación de emisor en moneda extranjera de Uruguay en BBB+, manteniendo la perspectiva estable. Pese a la desaceleración de este año, estima que la economía se recuperará en 2024, y “con la reputación de ser el país más estable de América del Sur tanto política como socialmente, la expansión de la inversión privada respaldará el crecimiento económico a mediano plazo”. Asimismo, valora que la reforma de la Seguridad Social “marcó un hito en el camino hacia garantizar la sostenibilidad fiscal en el largo plazo”.
En el comunicado publicado por la agencia, se destaca que “Uruguay es un país de altos ingresos que se destaca entre los países sudamericanos en términos de estabilidad institucional y política”. Si bien se reconoce que la economía local se está desacelerando, se interpreta que ello se debe al fuerte impacto de factores temporales, y estima que “es probable que la economía se recupere con un crecimiento firme a partir de 2024”.
La empresa de calificación crediticia también destaca “el fuerte compromiso del gobierno de mantener la disciplina fiscal”, y que la política de gestión fiscal “ha controlado el ratio de deuda pública”. Se señala también la estabilidad externa que ha mantenido el país, puesto que el déficit de cuenta corriente está respaldado por entradas de capital centradas en inversiones extranjeras directas (IED). “Con base en dicho reconocimiento, R&I ha confirmado la calificación de emisor en moneda extranjera de BBB+”, destaca el comunicado de la agencia.
Actividad económica
Al analizar la coyuntura económica, se menciona que luego de la contracción generada por la pandemia de covid-19, la economía uruguaya ha crecido de manera constante desde 2021 y registró una tasa de crecimiento de alrededor del 5%. Sin embargo, la cosecha de cultivos como la soja disminuyó en 2023 debido al impacto de la sequía, lo que provocó una reducción de las exportaciones. Asimismo, si bien el consumo privado se mantiene firme, se estima que la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para todo el año se desaceleró este año a entre 0,5% y 1%. Sin embargo, R&I espera que la economía se expanda a partir de 2024, gracias a la recuperación de la producción agrícola y a las exportaciones de la segunda fábrica de celulosa de UPM. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta una tasa de crecimiento del 3,3% para el año que comienza.
Pensando en un horizonte de mediano alcance, la agencia calificadora tiene una mirada optimista sobre Uruguay. “Con la reputación de ser el país más estable de América del Sur tanto política como socialmente, la expansión de la inversión privada respaldará el crecimiento económico a mediano plazo”, señala el comunicado.
Las inversiones a gran escala y los crecientes precios de los combustibles han aumentado las importaciones, reduciendo el superávit comercial y ampliando el déficit en cuenta corriente al rango del 3% del PIB. En cambio, las entradas de inversiones extranjeras directas son fuertes y superan la magnitud del déficit en cuenta corriente. La reserva de divisas se encuentra en un nivel suficiente para cubrir la deuda externa a corto plazo y el pago de las importaciones y la preocupación en el frente externo es limitada.
Consolidación fiscal
El informe de R&I destaca que la actual administración de Gobierno ha colocado a la consolidación fiscal como uno de sus desafíos políticos clave e interpreta que “ha realizado esfuerzos para fortalecer la institucionalidad fiscal mediante la introducción de reglas fiscales, entre otras medidas”. Asimismo, se subraya la aprobación de la reforma de la Seguridad Social en mayo de 2022, que “marcó un hito en el camino hacia garantizar la sostenibilidad fiscal en el largo plazo”.
Aunque reconoce que “existe la posibilidad de que el déficit fiscal del gobierno central en 2023 supere el plan inicial del 3,2% del PIB”, desde R&I se remarca que no se observa “ninguna preocupación por la estabilidad fiscal, considerando que el alcance del empeoramiento fiscal parece ser limitado y que existen factores extraordinarios como las respuestas a la sequía y las salidas de consumo a la vecina Argentina”. “El gobierno se propuso aplicar una política de reducción del déficit a un ritmo moderado en el marco del plan presupuestario de 2023 a 2027”, añade el comunicado.
Deuda y financiamiento
En cuanto al endeudamiento, se menciona que la deuda del gobierno central cayó al 55,7% del PIB a finales de setiembre de 2023, lo que supone una ligera caída respecto al año anterior. Sin embargo, la deuda neta pendiente, excluyendo los préstamos acumulados para cubrir los pagos de la deuda durante el próximo período de 12 meses, asciende al 52,9% del PIB. Se espera que el ratio de deuda pública se mantenga en el rango del 50% del PIB. Asimismo, se destaca que el gobierno cuenta con líneas de crédito de instituciones financieras internacionales de desarrollo, lo que ayuda a mitigar los riesgos fiscales. En octubre de 2022 se emitieron bonos vinculados a la sostenibilidad, lo que demuestra el compromiso del gobierno de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la intención de diversificar las fuentes de financiación.
Los ojos en el BCU
Al analizar la evolución de la inflación, el informe de R&I resalta los esfuerzos realizados por el Banco Central del Uruguay (BCU) por controlar las expectativas de inflación y de lograr ubicar la tasa de inflación general dentro del rango objetivo establecido. Sin embargo, advierte que “existe la posibilidad de que la tasa de inflación suba a un territorio más alto que el rango objetivo, dadas las posibles fluctuaciones en el tipo de cambio y los salarios reales respaldados por el sistema de fijación de salarios”. También se señala que la dolarización de la economía ha venido obstaculizando la efectividad de la transmisión de la política monetaria.
“Los ojos están puestos en la gestión política del BCU, así como en el progreso de las iniciativas para abordar la estructura económica que provoca presiones inflacionarias persistentemente fuertes”, concluye el comunicado.