En el viejo continente se entiende la necesidad de brindar una respuesta rápida para dinamizar la economía una vez que lo peor de la crisis del Covid-19 quede atrás y muchos se refieren a la necesidad de aplicar un nuevo “Plan Marshall” para la recuperación. No obstante, el debate vuelve a estar planteado a la interna de la Unión Europea respecto a quién debe asumir el costo de la crisis.
En el plano sanitario, muchos hablan del combate al coronavirus Covid-19 como una verdadera guerra contra el virus. En el terreno económico, la literatura parece ir por el mismo lado y mucho se habla de paquetes de medidas propios, o al menos comparables, al de un periodo de posguerra.
En ese sentido, no sorprende que muchos en Europa estén haciendo referencia a la necesidad de aplicar un nuevo “Plan Marshall” para impulsar la recuperación de Europa luego de la crisis del Covid-19.
El Plan Marshall fue un programa de ayuda de Estados Unidos para Europa Occidental aplicado a partir de 1948 con un fin político, para estimular la recuperación del continente después del desastre generado por la Segunda Guerra Mundial.
Así lo manifestó ayer jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Sabemos que en esta crisis necesitamos respuestas rápidas. No podemos tardar uno, dos o tres años en inventar nuevas herramientas”, dijo la funcionaria en rueda de prensa, en la que añadió que el presupuesto a largo plazo, conocido como marco financiero plurianual (MFF, por su sigla en inglés), es su herramienta más poderosa.
“Queremos dar forma al MFF de manera que sea una parte crucial de nuestro plan de recuperación. (…) Muchos están pidiendo ahora un Plan Marshall. Creo que el presupuesto europeo debería ser el Plan Marshall que diseñemos juntos como una Unión Europea para el pueblo europeo”, dijo.
A ponerse de acuerdo
El camino que adoptarán las autoridades del viejo continente aún no es claro, ya que deben saldar las discrepancias a la interna de un bloque con serias diferencias. De momento se fijó el plazo de dos semanas para movilizar ayudas a los países más castigados por el Covid-19.
Francia ha manifestado su apoyo a las reivindicaciones de Italia y España, y busca alguna alternativa la negativa que han planteado Alemania y Holanda. El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, anunció que propondrá un fondo europeo específico y temporal para el nuevo endeudamiento en el que caigan los países europeos.
El debate es nuevamente quien se hace cargo de la cuenta. Se reparten entre los Estados miembros, o cada uno paga su parte. España e Italia son partidarias de la primera opción, la que se haría con emisiones de deuda conjunta a través de “eurobonos” o “coronabonos”, como los han denominado en la teoría. Por su parte, Alemania y Holanda se han mostrado partidarios que los países vayan pasando por la caja del MEDE, fondo de rescate europeo. Eso implica que la Unión Europea ayudaría a los países con problemas, pero que deberán pagar un poco más que el resto y bajo condiciones establecidas por el bloque.
Francia está entre los ochos países que apuestan a repartir el costo de la deuda e intenta plantear una solución intermedia. Le Maire anunció, en declaraciones al Financial Times, que se propondrá un fondo temporal de cinco a 10 años que apoye la recuperación en los países más golpeados por el Covid-19. «Estamos pensando en un fondo que estaría limitado en el tiempo con una posibilidad de endeudamiento para la respuesta a largo plazo a la crisis», explica.
«Es absolutamente crucial mantener la puerta abierta para instrumentos amplios y de largo plazo que nos permitan enfrentar una situación económica de la posguerra”, agregó el funcionario.
Le Maire reconoce que la idea del fondo parte de la propuesta de los “coronabonos” o “eurobonos”, pero subrayó que no hay obsesionarse con las palabras. «Tener un fondo por, digamos, cinco o 10 años, con un plazo limitado, y con la posibilidad de tener una deuda común pero solo dentro de ese fondo, que podría ser más aceptable para otros países y podría ser una solución», sostuvo.
Fitch espera fuerte caída de la actividad económica global en 2020
La economía mundial se contraerá un 1,9% en 2020, según estimó la firma de calificación Fitch Ratings a través de un comunicado publicado ayer jueves, donde modificó su escenario base para estimar una profunda recesión global este año.
La agencia indicó que la recuperación de China tras las alteraciones de producción económica en el primer trimestre se verá obstruida por la recesión global.
Fitch agregó que espera que en la Unión Europea y Estados Unidos, las cuarentenas dispuestas generen una contracción del PIB de 7% a 8%, y de 28% a 30%, en base anualizada, en el segundo trimestre de este año.
En su reporte, la agencia añadió que el PIB de Estados Unidos se contraería un 3,3% en 2020, mientras que la economía de la zona euro y de Gran Bretaña retrocederían un 4,2% y un 3,9%, respectivamente.