Las perspectivas de que se observen tasas de interés altas durante buena parte del año impactará positivamente sobre el valor del dólar, que continuará con una “fortaleza relativa” frente a otras monedas. El BCE tendrá “una postura más prudente (que la Fed) dada la exposición a los conflictos geopolíticos que pueden ‘comprometer’ el rumbo bajista de la inflación”.
En su informe Monedas y Tasas, la firma de gestión patrimonial y mercado de capitales, Puente, recuerda que en enero la Reserva Federal (Fed) mantuvo sin cambios, por tercera vez consecutiva, la tasa de referencia. Ello en un contexto económico mejor a lo previsto hace un tiempo, lo que disipa los temores de una eventual recesión este año.
En tal sentido, las actas de la reunión de la Fed, “revelaron que continúa siendo prematuro implementar un recorte en la tasa de interés en la reunión de marzo”, y se manifiesta la preocupación por un repunte en la inflación y por los riesgos derivados del sostenimiento de tasas elevadas por más tiempo sobre la actividad económica.
En este contexto, el mercado espera que la entidad monetaria inicie el ciclo de recortes durante este año, pero a un ritmo más prudente al previsto meses atrás (tres rebajas frente a las seis pronosticadas a inicios de año). “Nuevamente, la incertidumbre se centra en cuál será el momento en que las condiciones resulten las propicias para tal fin y en qué proporción serían los ajustes”, señala el informe, que estima que el primer ajuste se dará en el mes de julio.
“Un escenario de tasas de interés elevadas conlleva un fortalecimiento de la moneda”, señala Puente. El índice global del dólar (DXY) aumentó 0,3% en el último mes hasta los 103,7 puntos actuales, al compás de mayores rendimientos de los bonos del Tesoro americano ante la expectativa de un aplazamiento en el inicio de bajas en la tasa para mediados de la segunda mitad del año. En tanto, el índice se ubica 4,2% por encima de los mínimos de 99,7 puntos registrados a mediados de julio de 2023.
Sin embargo, es esperable que el dólar continúe debilitándose progresivamente frente al euro, en la medida que la Fed comience a suavizar la postura de política monetaria. Por consiguiente, la relación pasaría de 1,08 euros por dólar en el primer trimestre hasta 1,12 euros por dólar a finales de 2024.
“Una política monetaria más laxa de la Fed a partir de la segunda mitad del año pero con la tasa de interés por encima del 4%, es esperable que el dólar mantenga una fortaleza ‘relativa’ respecto a otras monedas, en especial las emergentes que en buena medida están pasando por procesos de recortes en las tasas de interés de los bancos centrales”, sintetiza Puente en su informe.
Europa con cautela
En cuanto al Banco Central Europeo (BCE), también mantuvo sin cambios la tasa de referencia en el 4,5% actual en su última reunión del 25 de enero, en línea con lo esperado por el consenso de analistas. Las actas del encuentro dejaron al descubierto la preocupación latente de una “flexibilización prematura en las condiciones de liquidez en el mercado, en sintonía con lo expuesto por la Fed”. En ese sentido, ratificaron que si bien la inflación está controlada, continuarán evaluando las condiciones económicas de cara a las futuras decisiones sobre el sendero de la tasa de referencia y descartan la posibilidad de “cumplir con un calendario” estimativo de la fecha en que debería comenzar con los recortes. Se espera que la tasa de interés se ubique en 3,5% a fines de año, implicando una rebaja de un punto porcentual desde el nivel actual.
A su vez, el BCE reconoció que el crecimiento del bloque europeo resultará más débil a lo esperado en el corto plazo, pero que la postura restrictiva adoptada hasta el momento ha redundado en un menor costo en términos de actividad.
Por otro lado, el diferencial de rendimientos entre los bonos del Tesoro a 10 años de EEUU y Alemania impacta sobre la evolución del euro. En los últimos 30 días, el rendimiento del bono americano a 10 años se amplió hasta el 4,25% actual, mientras que el del bono alemán a 10 años se mantuvo prácticamente sin cambios en 2,36%, permitiendo que se incremente el diferencial contra el bono del Tesoro americano desde 178 puntos básicos hasta 189 puntos básicos a la fecha. No obstante, el euro se mantuvo prácticamente sin cambios, al pasar de 1,09 por dólar a 1,08 actual.
“En conclusión, las mayores expectativas de tasas de interés elevadas este año en Europa y Estados Unidos implicarán que el euro oscile en torno a estos niveles. Previéndose que el diferencial de tasas se reduzca, es esperable una mayor fortaleza del euro en la medida en que Fed modere con antelación su accionar frente al BCE, con una postura más prudente dada la exposición a los conflictos geopolíticos que pueden ‘comprometer’ el rumbo bajista de la inflación”, indica Puente.
América Latina: “suavizando la política monetaria”
Los principales bancos centrales regionales continúan suavizando la política monetaria, a contramano de la postura más restrictiva que mantienen EEUU y Europa. En este sentido se destacan Chile, Brasil, Paraguay, con rebajas en las tasas de referencia de 100, 50 y 25 puntos básicos, respectivamente, durante el último mes. Por su parte, Uruguay y México optaron por no realizar cambios. En Argentina la tasa se mantiene en el 100%, y no hay expectativas de cambios a corto plazo.
En relación al desempeño de las monedas, el fortalecimiento del dólar en el último mes impactó de manera dispar sobre las cotizaciones regionales. En concreto, se observa una mejora en el peso mexicano (-0,3%), en el guaraní y en el peso boliviano (-0,2% en cada caso). Por otro lado, el peso chileno (+6,1%), el real brasileño (+1,5%) y el peso uruguayo (+0,9%) lideraron las depreciaciones más pronunciadas. En tanto, al considerar lo que va del mes de febrero, se mantiene la tendencia mixta, destacándose el peso chileno (+3,3%) y el peso argentino (+1,4%) por el lado de las subas; y el sol peruano en el caso de las mejoras (-0,2%). En Argentina, el tipo de cambio implícito en bonos se redujo un -13,4%, lo que impactó positivamente sobre la brecha con el oficial, que se redujo hasta el 33% actual.
Las restantes monedas emergentes se debilitaron frente al dólar en los últimos 30 días. Así, la lira turca y el rublo ruso se posicionaron con +2,7% y +2,2%, respectivamente, seguidas a un ritmo menor por el renminbi chino (+0,3%).