La gremial entiende que es probable que el escenario de escaso dinamismo se mantenga, no solo por un contexto regional con un fuerte deterioro en sus niveles de crecimiento, sino también por las “escasas e insuficientes” medidas para estimular la productividad de las empresas. El deterioro de las principales variables determinantes del comportamiento del consumo privado, en particular las vinculadas al mercado laboral, impactaron sobre el sector comercio y servicios durante el año pasado.
“En el cierre del año 2018 no sólo se confirma el escenario de estancamiento que atraviesa la economía local, sino también el contexto recesivo en el que se encuentran importantes sectores de actividad tales como la Industria Manufacturera y el sector Comercio, Reparaciones, Restaurantes y Hoteles”, señala el informe elaborado por la Cámara de Comercio y Servicios (CNCS) a partir de la información oficial divulgada la semana pasada (ver nota del 29 de marzo, Página 15).
Desde el punto de vista de la demanda tanto la inversión privada como las exportaciones caen significativamente, más del 4% en la comparación interanual, mientras que el consumo privado también atraviesa un escenario de enfriamiento. “Si bien (el consumo) aún mantiene una tasa de variación positiva en términos anuales, ésta es sustancialmente menor respecto al año 2017, y a su vez en el último trimestre de 2018 registró una caída de -0,4%, algo que no sucedía desde el primer trimestre de 2016”, detalla.
La CNCS interpreta que una variable que refleja estos menores niveles de consumo por parte de los hogares es la menor recaudación de los impuestos al consumo (IVA e IMESI) por parte de la DGI, la cual cayó un 1,3% en 2018 en comparación con 2017.
“Los resultados alcanzados por el sector Comercio, Reparaciones, Restaurantes y Hoteles en el último trimestre del año así como en el año cerrado 2018, muestran un deterioro de la actividad más pronunciado a lo previsto, y bajo el supuesto de que la actividad del sector permanezca incambiada en los próximos trimestres, es posible proyectar un piso de caída en promedio para el año de 2019 del 2,7%”, interpreta el informe.
La menor actividad se explica en “el deterioro de las principales variables determinantes del comportamiento del consumo privado y por lo tanto del sector comercio”. En particular se mencionan aquellas vinculadas al mercado de trabajo, que empeoraron a lo largo del año “incluso alcanzando algunos de ellos los peores valores registrados en los últimos 10 años”. En particular, se hace mención a la pérdida de 10.000 puestos de trabajo durante 2018 y al “crecimiento casi nulo” del salario real privado debido “a las presiones sobre los precios internos”.
Asimismo, el valor del dólar también mantiene una tendencia alcista, lo cual repercute negativamente en el poder de compra de los salarios medidos en dólares, afectando directamente el consumo de aquellos bienes semi-duraderos y duraderos de origen importado y nominados en esa moneda.
En la misma línea, se advierte que “las expectativas tanto a nivel local como regional, tampoco han ayudado a estimular las decisiones de consumo, sino por el contrario un ambiente de mayores tensiones políticas y mayor incertidumbre económica, genera un freno en el comportamiento del consumidor”.
De esta forma, el informe de la gremial interpreta que “para los próximos meses las expectativas económicas no son para nada favorables”. “Por el contrario, es posible que el escenario de escaso dinamismo en términos globales permanezca incambiado, no sólo por un contexto regional de generalizado deterioro en sus niveles de crecimiento, sino también por estar transcurriendo a nivel local un año electoral donde las reformas estructurales necesarias para estimular la productividad de las empresas continuarán siendo escasas e insuficientes”, concluye.