Expertos corrigen a la baja sus previsiones de crecimiento para 2021, por aumento de casos de covid-19

Medio y medio > Repunte se sentirá con más fuerza en la segunda mitad del año

El aumento de casos de covid-19 en el país y una temporada turística sin la llegada de extranjeros, entre otros factores, ha llevado a varios analistas a realizar una corrección a la baja en sus perspectivas de crecimiento para 2021. Se advierte que la economía todavía sentirá el impacto de la pandemia en los números del primer trimestre, y que recién durante la segunda mitad del año se comenzaría a notar el repunte. Además, los analistas consultados por CRÓNICAS realizaron sus proyecciones en tres temas claves de la economía local: déficit, dólar y empleo.

Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo

Se termina, de una vez, el año. El 2020 fue una catástrofe para la economía global y Uruguay no escapó a esa realidad. Ahora, la esperanza está puesta en 2021 para que se dé el tan esperado rebote de la actividad y las cosas puedan volver a la normalidad, o lo más cercano posible a ella.

De esta manera, los expertos consultados por CRÓNICAS concordaron en que el año entrante habrá un repunte económico, aunque hay matices respecto a su grado. Para Gabriela Mordecki, directora del Instituto de Economía de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad de la República (Iecon-UdelaR), la suba del PIB será de 2,0%; para Matilde Morales, de PwC, de 2,4%; según Pablo Moya, de Oikos, se crecerá en un 2,8%; y Agustín Iturralde, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), estimó un alza de 3,0%.

Estas expectativas están en línea con las pronosticadas por la encuesta que realiza el Banco Central del Uruguay (BCU) entre instituciones y analistas privados cuya mediana prevé un repunte  de 2,95% (ver recuadro: Menos Optimismo).

A pesar de estas perspectivas positivas de crecimiento, los economistas comentaron que los números que se manejan hoy para el 2021 son distintos a los que se esgrimían hace algunas semanas o meses atrás. Esto es, en parte, debido al crecimiento de casos nuevos de covid-19 en el país, un primer trimestre al que le faltará el gran insumo económico del turismo (principalmente receptivo), y a la espera de la llegada de la vacuna al país.

En este sentido, Mordecki indicó que el primer trimestre del año entrante “es parte de este ‘año covid’”, por lo que “el impacto va a ser fuerte todavía”. Así, agregó que los números positivos interanuales se comenzarán a vislumbrar a partir del segundo semestre. En la misma línea, Iturralde coincidió que “vamos a tener una recuperación mucho más marcada, seguramente a partir del tercer trimestre”.

La agenda

Toda historia de remontadas necesita un trabajo arduo, y 2021 no será la excepción. Para recuperarse de lo que significó 2020 (nuevos problemas o mayores profundizaciones a cuestiones ya existentes), el país tendrá un puñado de desafíos que enfrentar, y, de acuerdo con lo que reconocieron los expertos, estos son variados.

A entender del director del CED, los retos que Uruguay tiene son los mismos que ya se venían dando, y que constituyen los “problemas de fondo” del país, que incluyen competitividad, productividad y déficit fiscal (ver CRÓNICAS del 23 de diciembre).

En tanto, algo importante que debería lograr el país en 2021 es una mejora sustancial en la demanda externa de bienes “que, por lo menos, contrarreste en parte el impacto negativo que estamos teniendo en el mercado interno”, según argumentó la directora del Iecon.

El primer desafío del gobierno, consignó Moya, está en el manejo de las perillas: poder comenzar a abrir la economía hasta que llegue la vacuna o baje el índice de contagios y se vuelva a “una cierta nueva normalidad”. Por otra parte, continuó el economista, está el hecho de cuántos recursos puede aportar la administración del presidente Luis Lacalle Pou a la economía nacional sin incrementar sustancialmente el déficit. “Va a estar muy limitado el accionar de Uruguay, o las reformas que deberían implementarse en 2021 por el contexto”, expresó.


El billete verde

En una economía tan dolarizada como la uruguaya, el valor del dólar siempre es motivo de consulta respecto a su eventual valor futuro. Consultada al respecto, Gabriela Mordecki estimó que seguirá “bastante quieto”, y gracias a los anuncios de la Reserva Federal de que las tasas de interés seguirán bajas, “el dólar se mantendría, o capaz que un poco se podría devaluar”. De igual forma, Moya también observó que el panorama viene estable en los mercados a nivel internacional, aunque espera que haya “no una gran depreciación, (pero) sí una depreciación normal” en 2021; es decir, cifras “naturales y cercanas al 20% de depreciación de la moneda local”, explicó.

En tanto, Morales comentó que desde PwC se espera un menor aumento de la cotización “de lo que proyectábamos con anterioridad”. Además, se ajustaron levemente a la baja las perspectivas de inflación para el nuevo año, explicado por la estabilidad de la moneda estadounidense, la dilución del efecto carne, y una menor presión de demanda.

Por su parte, Iturralde pensó más afuera de la caja. El director de CED propuso que Uruguay debería comparar su moneda contra otras que no sean el dólar: “En particular el yuan va a ser cada vez más importante”, señaló, en relación a la moneda china, principal socio comercial de Uruguay. De esta manera, Iturralde profundizó en que durante 2020 el país sufrió volatilidades con el dólar, pero contra el yuan ganó competitividad. Así, a modo de proyección para 2021, aseveró que “contra algunas otras monedas sí vamos a ver un poquito más de evolución, pero no contra el dólar”.


Las cuentas públicas

En cuanto al déficit fiscal, para el economista de Oikos “sería un logro que no creciera de los niveles actuales, que ya son altos”, teniendo en cuenta que hay bajo crecimiento y recaudación, y “ciertas rigideces” en cuanto al gasto. Por esta línea, Iturralde destacó “una buena noticia para dar”, que es que durante la pandemia Uruguay no tuvo un gran aumento en su déficit fiscal. Así, adelantó que este indicador será “un poco mejor de lo que hubiéramos esperado hace algunos meses”.

Asimismo, el ejecutivo sostuvo que Uruguay “está haciendo un esfuerzo” y mantiene “un trabajo ya encaminado” para “poner en orden las cuentas públicas”, que “sin duda es uno de los factores de estabilidad que tenemos que cuidar”. A modo de proyección, Iturralde dijo que el año entrante se recuperarán los niveles del 2019 en materia de déficit, y Uruguay “va a poder mostrar un sendero de consolidación fiscal”.

De esta manera, Mordecki añadió que “es difícil” llegar a un estimado, pero lo situó alrededor del 6% para el año entrante.


Trabajo muy duro

El empleo será el gran problema que tendrá el gobierno en 2021, afirmaron tanto Moya como Iturralde.

Según aseveraron ambos expertos, y también la economista de la Udelar, recién en 2022 Uruguay estaría recuperando los niveles prepandemia; aunque, en su análisis, Mordecki se refirió a esta fecha para hablar de la actividad. A su entender, el empleo “seguramente va a demorar más, porque siempre tiene cierto rezago con respecto a la actividad”. En este sentido, al observar la realidad que le espera a Uruguay, Moya proyectó que se deberán esperar “muchos años, por lo menos pasado el 2022, para llegar a tasas más cercanas al 8%” en lo que refiere a la tasa de desempleo.

A esto se le suma que hay una cantidad de rubros y sectores donde factores como el teletrabajo o las compras por internet van a hacer que se utilicen menos empleados para las mismas actividades, una vez se retorne a una situación normal. “Surgirán nuevas actividades, pero ese recambio demora”, reflexionó la directora del Iecon.


Menos optimismo

Los analistas e instituciones privadas consultadas por la Encuesta de Expectativas Económicas que elabora el BCU, mostraron una corrección de sus previsiones para este año, aumentando la proyección de caída de la actividad, y para el próximo, recortando el ritmo de recuperación.
De acuerdo a la mediana de las expectativas, tras caer un 5,15% en 2020, el PIB uruguayo repuntaría un 2,95% en 2021, cuando en las estimaciones del sondeo de noviembre, las previsiones eran de una caída de 4,28% este año y un repunte de 3,35% el próximo.

Además, también se observó un empeoramiento de los extremos de las respuestas. Mientras que en la encuesta de noviembre, el pronóstico más pesimista era de un crecimiento de 1,9%, ahora el peor pronóstico anticipa una nueva caída de la actividad, de 0,2%. Por su parte, la respuesta más optimista pasó de esperar un crecimiento de 4,9% a augurar una expansión de 4,5%.