Los últimos datos económicos y el claro enfriamiento del mercado laboral llevaron a la Fed a realizar un fuerte recorte de la tasa de interés de 50 puntos básicos, llevándola al rango de 4,75-5%. “El Comité tiene más confianza de que la inflación se dirige de forma sostenida hacia el 2% y considera que los riesgos para alcanzar sus objetivos de empleo e inflación están equilibrados”. “Vemos un crecimiento a un ritmo sólido, vemos una inflación en descenso y vemos un mercado laboral que todavía se encuentra en niveles muy sólidos”, aseguró el presidente de la Fed, Jerome Powell.
Que la Reserva Federal (Fed) estadounidense iba a bajar la tasa de interés era un hecho. Lo más llamativo -aunque las últimas apuestas del mercado iban en esa dirección- fue la magnitud del recorte: 50 puntos básicos, llevando la tasa al rango de entre 4,75 y 5%.
Con la inflación encaminándose al objetivo del banco central y con un mercado laboral que se debilita, la Fed se vio en la obligación de comenzar a desandar su política monetaria restrictiva y realizar el primer recorte de tasas en más de cuatro años.
Las previsiones macroeconómicas del banco central recortan la inflación estimada para los dos próximos años, y empeoran las perspectivas de desempleo, un escenario que encaja con el recorte de 50 puntos básicos y no de 25. En el comunicado, la institución explica que “el Comité tiene más confianza de que la inflación se dirige de forma sostenida hacia el 2% y considera que los riesgos para alcanzar sus objetivos de empleo e inflación están equilibrados”.
“Sabemos que ha llegado el momento de recalibrar nuestra política hacia algo más apropiado dados los avances en materia de inflación y empleo”, explicó el presidente de la Fed, Jerome Powell, en rueda de prensa luego de la reunión. El funcionario aseguró que no ve ningún indicio de una recesión o incluso de una desaceleración económica en el futuro. “Vemos un crecimiento a un ritmo sólido, vemos una inflación en descenso y vemos un mercado laboral que todavía se encuentra en niveles muy sólidos, así que realmente no veo eso”, aseguró.
La Fed redujo las tasas por última vez en marzo de 2020 como parte de una respuesta de emergencia a la paralización económica causada por la pandemia de covid-19. Dos años después, en marzo de 2022, comenzó a aumentar las tasas, cuando la inflación estaba alcanzando su nivel más alto en más de 40 años, y realizó su último aumento en julio de 2023.
Las claves a futuro
Desde la firma Puente se interpreta que a nivel de impactos locales, “el mercado ya se había anticipado a esta noticia”.
Por su parte, Jim Cielinski, jefe global de renta fija, y Daniel Siluk, jefe de duración corta global y liquidez de Janus Henderson Investors, interpretaron que para los inversionistas, lo más importante a dilucidar es si la Fed está rezagada en sus decisiones. En tal sentido, evaluaron que algunos han interpretado que el movimiento de 50 pb es una evidencia de que la Fed puede estar rezagada, algo que es descartado por Powell y que los datos parecen respaldar. No obstante, aún no se puede descartar que eso sea así. “En este escenario de aterrizaje forzoso, recortar las tasas dejaría de ser un lujo y en su lugar se convertiría en un salvavidas que buscaría detener la inversión y el consumo en declive”, destacaron.
No obstante, pese a esa incertidumbre, Cielinski y Siluk interpretan que “desde una perspectiva de posicionamiento, no vemos el movimiento como un cambio radical para los inversores en renta fija”.