En contra de la opinión del presidente estadounidense Donald Trump, pero cumpliendo los pronósticos, la Reserva Federal (Fed) resolvió incrementar la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto, cerrando el 2018 con cuatro subas. Si bien se esperaba un mensaje de freno en los ajustes para el 2019, ello no ocurrió y en los mercados crecen los temores de una desaceleración económica, lo que repercute a la baja en las principales bolsas de valores.
Hace meses que Donald Trump comenzó a dar claras muestras de estar seriamente en desacuerdo con la política de aumentos de la tasa de interés que lleva adelante la Fed. Incluso, a través de su cuenta de Twitter, aseguró que la entidad se había vuelto “loca”. “Creo que la Fed está fuera de control”, está “cometiendo un gran error”, y “se ha vuelto loca”, fueron algunas de las frases que usó durante el mes de octubre para evidenciar su rechazo. Esta semana fue un poco más suave, pero en la misma dirección: Dijo que le parecía “increíble” que la entidad estuviese considerando otra vez un alza de tasas. “Es increíble que con un dólar muy fuerte y virtualmente sin inflación, el mundo explotando a nuestro alrededor, París incendiándose y China en baja, la Fed considere un nuevo aumento de las tasas de interés”, publicó en su cuenta de Twitter.
Trump se opone a la política de aumentos de la tasa de interés, ya que entiende, va en contra de su política de reducción del déficit comercial.
El aumento de las tasas de interés encarece los créditos al consumo y los préstamos inmobiliarios, y genera un efecto contractivo sobre la economía y la inflación. Por otro lado, las tasas elevadas fortalecen el dólar, lo que va en contra de los objetivos de reducción del déficit comercial porque hace que las importaciones se vuelvan más baratas y los productos estadounidenses, más caros para exportar.
Pero Trump no es el único preocupado por la política de la Fed. Los países emergentes y el sector privado ven en el incremento de tasas un aumento del costo de la deuda. Esto en un contexto internacional de inquietud por una desaceleración de la economía global y particularmente de Estados Unidos durante 2019 y especialmente en 2020.
No me importa
Pero pese al rechazo y a la presión puesta por el mandatario estadounidense, el banco central estadounidense cumplió con los pronósticos y resolvió incrementar en un cuarto de punto porcentual su tasa de interés de referencia, ubicándola en un rango de entre 2,25% y 2,5%, un nivel no visto en más de una década en el país. De esta forma, la Fed cierra el año con cuatro alzas en los tipos de interés.
Haciendo un poco de historia reciente, cabe recordar que la Fed mantuvo el excepcional estímulo monetario durante casi ocho años, al mismo tiempo que aplicaba un agresivo plan de compra de deuda, bajo la batuta de Ben Bernanke (2006-2014). En apenas poco más de un año, el organismo liderado por Bernanke se vio obligado a rebajar las tasas de interés de 4,75% en setiembre de 2007 hasta prácticamente cero a finales de 2008.
Dada la gravedad de la crisis y la posterior recesión, los tipos de interés siguieron en mínimos históricos hasta finales de 2015 cuando el Banco Central estadounidense, dirigido entonces por Janet Yellen (2014-2018) decidió elevarlos por primera vez al rango de entre 0,25 y 0,50%.
A lo largo de 2016, el Banco Central con suma cautela volvía a subir el precio del dinero en una ocasión, hasta dejarlo entre 0,50 % y 0,75 %.
A partir de entonces, la Fed ha llevado a cabo una senda de progresivo ajuste monetario, acompañando la notable mejoría de la economía estadounidense, que se ha mantenido con el sucesor de Yellen, Jerome Powell, designado por el actual presidente estadounidense, Donald Trump.
En 2017, llevaba a cabo tres alzas adicionales, hasta el rango de entre 1,25 % y 1,50; y en 2018, con la de hoy, cuatro subidas más hasta 2,25 % y 2,50 %.
Esperaba otra cosa
Si bien se esperaba que la Fed anunciara un freno de la política de aumento de tasas para el año próximo, eso no ocurrió, e incluso los miembros de la Fed pronosticaron dos alzas de tasas más el próximo año y una más el siguiente, con la mediana de los pronósticos para la tasa de fondos federales en un 3,1% para finales de 2020 y 2021.
Powell informó que el organismo continuaría reduciendo el tamaño de su balance en 50.000 millones de dólares mensualmente.
Al disminuir sus tenencias de bonos cada mes, la Fed coloca mayor presión sobre las tasas de interés. “Creo que la reducción de la hoja de balance ha sido suave y ha cumplido su propósito y no nos veo cambiando eso”, afirmó Powell tras la reunión de política monetaria.
El comunicado destaca que la economía de Estados Unidos sigue desempeñándose bien y ya no necesita el respaldo de la Fed ni a través de tasas de interés menores que lo normal o a través de mantener su enorme balance.
Esta decisión se vio reflejada en los mercados bursátiles, que registraron pérdidas tras los comentarios de la Fed. “Creo que los mercados esperaban más en términos de una pausa” del endurecimiento monetario, dijo Jamie Cox, socio gerente de Harris Financial Group , según consignó la agencia de noticias Reuters. “No es tan moderado como se esperaba”, agregó.
Ayer la Bolsa de Nueva York volvió a registrar pérdidas por el pesimismo de los inversores. Al cierre de esta edición, el índice industrial Dow Jones perdía un 1,69% respecto al cierre del miércoles, el S&P 500 retrocedía un 1,38% y el tecnológico Nasdaq Composite bajaba 1,64%.
Dólar cierra semana con estabilidad
En el mercado cambiario la noticia de la Fed no sorprendió a nadie, por lo que no hubo variaciones bruscas en el valor de la divisa estadounidense. En la plaza financiera local el dólar se ha movido con estabilidad a lo largo de la semana, e incluso con una tendencia a la baja que fue frenada con intervenciones del Banco Central del Uruguay (BCU) para evitar una caída en su valor.
Ayer jueves, el dólar cerró a 32,23 pesos, prácticamente sin cambios respecto al cierre del día anterior (32,22 pesos). En pizarras del Banco República el dólar cerró a 31,53 pesos a la compra y 32,93 pesos a la venta.
El economista Gabriel Oddone, evalúa que el billete verde se mantendrá relativamente estable el año próximo. “Cuando uno mira el 2019 uno más bien tiende a pensar que la cadencia que estaba anunciada por el comité de política monetaria de la Reserva Federal va a ser menor a la esperada. Eso se traduce en algo bien importante en un país como Uruguay. Con la idea de que las tasas estaban en proceso de ajuste al alza que se instaló de abril hacia adelante, todos presumíamos un dólar fortaleciéndose en tendencia a nivel global. Hoy no estamos esperando un dólar que retroceda a nivel global pero no estamos esperando la continuidad del fortalecimiento del dólar. Esto supone todo un cambio de escenario para la región y para Uruguay”, dijo Oddone en declaraciones al programa No Toquen Nada de Del Sol FM.