La Reserva Federal (Fed) estadounidense resolvió mantener sin cambios su tasa de interés de referencia en un rango cercano al 0%, a pesar del repunte de la inflación, que se disparó en mayo hasta registrar un alza interanual del 5 %, la mayor desde 2008. No obstante, el incremento de las presiones sobre el sistema de precios llevaron a los miembros a adelantar sus estimaciones para el incremento de la tasa de interés.
No se esperaban cambios en la tasa de política monetaria por parte de la Fed y así ocurrió. El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) dejó intacta su política utra-acomodaticia al cierre de su reunión de dos días. El precio del dinero se mantuvo en un rango de entre 0% y 0,25%, nivel en el que se encuentra desde marzo de 2020 cuando implementó dos importantes bajas para mitigar los efectos de la pandemia del covid-19 sobre la economía. Además, el banco central mantuvo incambiado su programa de compras mensuales de bonos del Tesoro por US$ 80.000 millones y en activos respaldados por hipotecas por US$ 40.000 millones.
Sin embargo, el incremento de las presiones inflacionarias le genera un dilema a la Fed a futuro, y dentro del banco central los pronósticos de aumentos de tasas parecen acelerarse.
La humildad de los grandes
“Los avances en la vacunación han reducido la propagación del covid-19 en Estados Unidos. En medio de este progreso y del fuerte apoyo político, los indicadores de actividad económica y empleo se han fortalecido. Los sectores más afectados por la pandemia siguen siendo débiles, pero han mostrado una mejora», señala el comunicado de la Fed publicado luego de la reunión. Además, se remarca que la inflación se incrementó en los últimos meses, particularmente en mayo cuando alcanzó un aumento interanual del 5%, lo que se debe “en gran medida a factores transitorios” como consecuencia de las medidas políticas de apoyo a la economía y del flujo de crédito a los hogares y las empresas estadounidenses.
No obstante, el presidente de la Fed, Jerome Powell, no mostró preocupación por el incremento de precios. «Los sectores que están impulsando la inflación, como la gasolina o la madera, son los que se vieron muy afectados por la pandemia y están rebotando este año. Cuando se pase la escasez de oferta, los precios deberían estabilizarse o incluso caer», explicó.
De todas formas, evaluó que “tenemos que ser muy humildes con los datos”, ya que “nunca hemos vivido algo así, por lo que no podemos sacar conclusiones demasiado rápido. Hay que ver cómo evolucionan los datos».
Más allá de la tranquilidad mostrada por Powell, el FOMC presentó una actualización del cuadro macro y el diagrama de puntos (dot-plot) donde los 18 altos funcionarios de la Fed (11 con poder de voto este año) proyectan dónde se situarán las tasas a corto, medio y largo plazo. En marzo, una clara mayoría de 11 de 18 no observaba ninguna subida en el precio del dinero por lo menos hasta iniciado 2024. Sin embargo, en las últimas proyecciones, la mediana indica que los funcionarios de la Fed observan las tasas federales en el 0,6% en 2023, es decir, que al menos se esperan dos aumentos de tasas para ese año.
Para 2023 sólo cinco funcionarios apoyarían mantener las tasas en los niveles actuales, dos abogan por un incremento de 25 puntos básicos, tres observan el precio del dinero en el 0,6%, otros tres las ubican en 0,8% y tres más en el 1,1%. Además, dos de los miembros ven el precio del dinero incluso en el 1,6%.
Más allá de esto, para el 2022, 11 funcionarios todavía siguen situando los tipos de interés entre el 0% y el 0,25%, cinco calculan un aumento, y dos hasta dos aumentos de 25 puntos básicos cada una.
Más allá de eso, Powell afirmó que «todavía no están hablando seriamente del tema» porque las subidas de tasas llegarán a largo plazo. «Nuestras herramientas ahora mismo son las compras de activos, y será lo primero que frenaremos. Ya lo hemos debatido y lo seguiremos tratando en los próximos meses».
Previsiones
El diagnóstico de la Fed se basa en una proyección de mejora de la economía, pero que trae consigo un incremento de las presiones inflacionarias.
La Fed observa una inflación del 3,4% en 2021, un punto más que el 2,4% pronosticado en marzo. En 2022 se moderará al 2,1%, frente al 2% previsto y en 2023 será del 2,2%, frente al 2,1%. Asimismo, la Fed prevé también la inflación subyacente cierre en el 3% este año, muy por encima de su meta media del 2%. Eso sí ésta se moderará hasta el 2,1% el año que viene y se mantendrá en el mismo nivel en 2023.
En términos de crecimiento, el banco central mejoró sus perspectivas con un PIB que crecerá este año un 7% y se moderará a un 3,3% en 2022 (sin cambios con respecto a marzo) y a 2,4% en 2023.
Postergan cronograma de unión bancaria en la eurozona
Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, el Eurogrupo, no lograron cerrar ayer jueves un acuerdo sobre el plan de trabajo para finalizar en los próximos años la unión bancaria, que debían entregar la semana próxima a los líderes del bloque, y volverán a intentarlo más adelante este año.
«Hemos trabajado mucho en las últimas semanas y meses, hemos hecho muchos progresos, que crean el escenario para tener un acuerdo más adelante», dijo el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohe, antes de la reunión en Luxemburgo en la que los ministros abordaron el tema. No obstante, el también ministro de Finanzas irlandés señaló que todos reiterarán su compromiso de lograr un acuerdo más adelante.
La eurozona ya cuenta con mecanismos comunes para la supervisión y resolución de sus bancos, pero no ha sido capaz de ponerse de acuerdo para establecer un sistema europeo de garantía de depósitos (EDIS, en inglés) que asegure la protección si quiebra un banco en cualquier país, en particular por las reticencias de algunos Estados a tener que responder por los riesgos de otros socios.
Ante el bloqueo de la iniciativa desde 2015, el Eurogrupo decidió negociarla en paralelo junto con medidas para reducir los riesgos del sector bancario, relativas sobre todo a las normas de insolvencia nacionales y al trato que recibe la deuda soberana en los balances, puesto que ahora las entidades no están obligadas a realizar provisiones por el riesgo de estos activos.
Alemania es el país más reacio al EDIS y no cambiará su postura antes de las elecciones federales del 26 de setiembre, mientras que Italia encabeza el rechazo a modificar el trato que se da a la exposición a la deuda soberana.
«La realidad es que los próximos meses van a ser muy difíciles en términos de tomar cualquier gran decisión política en cualquier área de integración de la Unión Europea, así que la ambición, la esperanza, es que estemos en una mejor posición para hacer progresos a finales de año», apuntó un alto funcionario europeo consignado por la agencia de noticias EFE.