La Reserva Federal (Fed) estadounidense volvió a incrementar la tasa de interés en 0,25%, llevándola al rango de entre 4,75% y 5%, al tiempo que anunció “algún endurecimiento adicional”, dando a entender que el ciclo de subas está cerca de su final. De esta forma, el banco central vuelve a dar una señal para frenar una inflación que no cede, pero tomando en consideración la crisis por la que atraviesa el sector bancario.
Tal y como se esperaba, la Fed mantuvo su hoja de ruta y resolvió realizar un nuevo incremento de 25 puntos básicos (pb) en su tasa de interés, buscando contener las presiones inflacionarias, pero sin incrementar la tensión sobre el sector bancario. Asimismo, el banco central anunció que a futuro puede haber “algún endurecimiento adicional”, lo que marca un cambio en la postura de la Fed, que en comunicados anteriores hablaba de “subidas constantes” hasta alcanzar el nivel restrictivo necesario para frenar la inflación. Esa pequeña modificación es una señal de que el techo de la tasa está cerca, y que posiblemente solo haya una o dos subas más antes de finalizar el ciclo alcista.
El mundo cambió
La crisis generada tras la quiebra del Silicon Valley Bank, a la que se sumaron el Signature Bank y el Credit Suisse, generó un contexto de gran incertidumbre en los mercados financieros y fue determinante en la decisión de subir un cuarto de punto la tasa. Antes de ello se esperaba que el banco central aumentara la tasa de interés en 50 pb, debido a que los últimos datos de inflación reflejaron que sigue siendo un dolor de cabeza. El IPC correspondiente a febrero se estancó en el 6% anual, rompiendo con una racha de descensos que habían generado optimismo. Pero lo más preocupante fue el dato de inflación subyacente (que excluye los precios más volátiles y administrados, por lo que brinda información sobre el fondo del sistema de precios), que solo cayó una décima hasta el 5,6%.
Sin embargo, el sorpresivo estallido de una nueva crisis bancaria cambió el escenario, obligando a la Fed a mostrar una posición más flexible para evitar mayores complicaciones.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, explicó que los miembros del banco central llegaron a considerar la posibilidad de congelar las subas de tasas, hasta entender mejor los efectos de la reciente crisis bancaria. Sin embargo, el Comité de Mercados Abiertos “lo rechazó por unanimidad”, y Powell adelantó que habrá más datos cuando se publiquen las actas de la reunión el mes próximo.
Por su parte, esta nueva situación ya tiene un gran impacto en el balance de la Fed. Ante el éxodo masivo de los depósitos de los bancos locales por el temor generalizado a quiebras, la Fed tuvo que dar un paso adelante y liderar la mayor inyección de liquidez de la historia con US$ 165.000 millones en préstamos frente a los US$ 11.000 millones que tuvo que poner a disposición de la banca durante la crisis de Lehman Brothers. Debido a este movimiento, en total, el balance de la Fed ya se ha disparado en US$ 300.000 millones.