La Reserva Federal (Fed) estadounidense cumplió con los pronósticos y recortó las tasas de interés por última vez en el año en un cuarto de punto porcentual, llevándola al rango del 4,25% al 4,5%. En el comunicado, el banco central explica que «la perspectiva económica es incierta», y que están atentos a «los dos lados del mandato», alertando por un repunte en la inflación en 2025. “La Fed parece haber vuelto a priorizar los riesgos de inflación sobre el desempleo”, analizó Daniel Siluk, jefe de Duración Corta Global y Liquidez y gerente de portafolio de Janus Henderson.
Las principales expectativas de los mercados estaban en las proyecciones sobre la cantidad de recortes estimados para el año próximo. En el mes de setiembre, el último ‘dot plot’, el dibujo con las previsiones de movimientos a futuro que calculan los propios miembros de la Fed, apuntaba a cuatro recortes de tasas en 2025. Los mercados, sin embargo, apostaban ya hoy por apenas dos rebajas más, empezando por una reunión sin cambios a finales de enero. Y efectivamente fue así: las proyecciones de este mes apuntan a tan solo dos recortes en el próximo año, ante un aumento de la inflación.
“El SEP (resumen de las proyecciones económicas) es notablemente restrictivo, con solo dos recortes de tasa proyectados para 2025, lo que indica preocupaciones más profundas sobre la inflación persistente o que pueda reavivarse”, analizó Daniel Siluk, jefe de Duración Corta Global y Liquidez y gerente de portafolio de Janus Henderson.
En concreto, la Fed prevé una inflación (el PCE, su indicador favorito) del 2,5% en 2025, cuatro décimas más que la última vez. Un dato provocado por la resistencia de la economía de EEUU, los persistentes buenos datos de consumo y producción, y el repunte de los precios en los últimos meses. La denominada “última milla” en el camino de descenso de la inflación, está costando más de lo esperado, y el fantasma de los posibles aranceles y la guerra comercial que amenaza con desatar Donald Trump en su regreso a la Casa Blanca preocupan a las autoridades.
“La Fed parece haber vuelto a priorizar los riesgos de inflación sobre el desempleo, preparándose para una pausa en enero y potencialmente una pausa prolongada en 2025, si las presiones inflacionarias persisten y la economía sigue siendo robusta”, valoró Siluk.
Parar y evaluar
En la rueda de prensa posterior, el presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió que algunos de los miembros del Comité de Mercados Abiertos (FOMC, en inglés) ya están empezando a incluir en sus proyecciones las expectativas de las posibles políticas del próximo presidente, lo que ha provocado el giro en las perspectivas. Este es un movimiento que Powell había rechazado en noviembre, alegando que el banco central “trabaja con los datos que tenemos, no con hipótesis”.
La decisión volvió a tener un voto en contra dentro del FOMC. Beth Hammack, la flagrante presidenta de la Fed de Cleveland, votó en contra de bajar las tasas. Con esta ya son dos de las últimas tres reuniones en las que ha habido una disensión, después de que Michelle Bowman votara en contra del recorte ‘jumbo’ de medio punto en setiembre.
Las expectativas de los analistas apuntaban a la necesidad de tranquilizar a unos mercados nerviosos ante la situación de incertidumbre. “Los inversores esperan que la Fed reitere su opinión de que la economía va camino de un aterrizaje suave y que el FOMC no está demasiado preocupado por el último repunte de los datos de inflación, que podrían indicar una ‘pausa’ sostenida en los recortes de tasas”, opinó Tom Essaye, presidente y fundador de Sevens Report y exoperador de Merrill Lynch, según consignó el portal web El Economista.
Por otro lado, desde el recorte de tasas de setiembre, el panorama cambió. El mercado laboral ha mostrado resiliencia, con más de 173.000 nóminas no agrícolas en los últimos tres meses y el desempleo en el 4,2%, una tasa que, aunque sea algo elevada, es baja en términos históricos. Actualmente, la Fed percibe un incremento del desempleo hasta el 4,3% en 2025.
De esta forma, queda claro que ha crecido el temor en el seno de la Fed a un estancamiento de la inflación por encima del objetivo del 2%. Tanto es así que, si bien once miembros de la autoridad monetaria han votado a favor de bajar las tasas, frente al voto en contra de Beth Hammack, solo cinco de ellos se han inclinado por aplicar más recortes que los dos previstos para 2025.