En sus últimas reuniones del 2023, tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal (Fed) estadounidense mantuvieron sin cambios sus tasas de interés, dando una señal de cautela al mercado, aunque brindando indicios de que podrían a comenzar a bajarlas el año próximo. No obstante, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, llamó a la cautela y dijo que “no hay que bajar la guardia” con la inflación.
Primero fue la Fed estadounidense, quien decidió mantener incambiadas las tasas de interés, en su actual nivel de entre 5,25% y 5,5%, una decisión esperada por los mercados y que confirma que las tasas habrían alcanzado su techo. Pero el banco central estadounidense fue más allá, y adelantó que habrá bajas de tasas durante el año próximo. La mayoría de los miembros de la Fed prevé unas tres bajas de tasas durante el 2024 (75 puntos básicos en total).
El dato de inflación de noviembre en EEUU fue clave en la decisión. El IPC se situó en el 3,1% interanual, un porcentaje que, si bien fue una décima inferior al de octubre, era el esperado por las estimaciones. Además, los últimos datos del empleo reflejaron que la economía del país continúa mostrando vigor. En ese contexto, la Fed optó por la cautela.
En la rueda de prensa posterior, el presidente de la Fed, Jerome Powell, buscó dar un mensaje optimista. “La inflación se ha moderado sin un aumento significativo del desempleo. Esas son buenas noticias», destacó.
El funcionario también resaltó la fortaleza de la economía al afirmar que “nos ha sorprendido mucho”. Los analistas estaban previendo una recesión para este año, y al final lo que hemos tenido ha sido un crecimiento muy fuerte», destacó. Sin embargo, insiste en la cautela al afirmar que los datos “podrían sorprender negativamente también». «Se acerca el momento de dar marcha atrás, y ya hemos comenzado a debatirlo», afirmó.
El tono del comunicado del banco central tuvo un cambio importante respecto a reuniones anteriores. En noviembre, la amenaza de la inflación seguía siendo la razón principal para defender la cautela, y la Fed insistía en que el control de los precios requeriría un crecimiento por debajo de la media y un debilitamiento del mercado laboral. Sin embargo, ahora Powell se permite hablar de un aterrizaje suave de la economía. «Podemos culminar el ciclo de endurecimiento sin sufrir las consecuencias negativas que se esperaban», sostuvo.
Baja de la inflación ayuda BCE
Por su parte, el BCE mantuvo ayer jueves sin cambios sus tasas de interés, y avisa que el primer recorte podría llegar en 2024 ante la intensa caída de la inflación, según las propias previsiones del BCE. Es la segunda reunión consecutiva en la que no se mueven las tasas de interés luego de una fuerte escalada comenzada en julio del 2022. Desde entonces se concretaron diez aumentos en las tasas de interés.
Tras la decisión de ayer, las tasas de interés sobre los depósitos (donde los bancos comerciales acumulan sus reservas) se mantienen en el 4%, el tipo de refinanciación en 4,5%, y el de la facilidad marginal de depósito en 4,75%. Además, el BCE ha anunciado que comenzará a reducir el PEPP (el programa de compras de la pandemia) en la segunda mitad de 2024.
«En conjunto, los expertos prevén que la inflación general se sitúe en promedio en el 5,4% en 2023, el 2,7% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 1,9% en 2026. En comparación con las proyecciones de septiembre, esto supone una revisión a la baja para 2023 y especialmente para 2024», sostiene el comunicado del BCE. Las anteriores previsiones eran del 5,6% en 2023, el 3,2% en 2024 y el 2,1% en 2025. Esto supone un descenso de dos y cinco décimas menos en 2023 y 2024 que en sus anteriores estimaciones.
Sin embargo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, llamó a la cautela y dijo que “no hay que bajar la guardia” con la inflación. En ese sentido, reafirmó que en la reunión no se discutió ningún tipo de recorte de las tasas de interés. “No hay discusión, no hay debate sobre este tema”, comentó.