Fin del cepo cambiario en Argentina sería una buena noticia para Uruguay, pero es una tarea “muy compleja”

Expertos valoraron la probabilidad y los impactos de que se apruebe esa medida

Se espera que el cepo cambiario, una medida económica utilizada intermitentemente por Argentina en las últimas décadas, pueda levantarse este año como parte de la serie de reformas llevadas adelante por el presidente, Javier Milei. Sin embargo, para los expertos Luis Mosca y Carlos Saccone, se trata de una tarea “muy compleja”, que requiere de corregir otras variables, aunque “se podría asumir que se está en la antesala de encarar el fin del cepo cambiario”. Respecto a los impactos sobre Uruguay, Saccone evaluó que “en términos generales que le vaya bien a Argentina es bueno para Uruguay y la región”, mientras que Mosca, opinó que “el fin del cepo cambiario sería otra buena noticia” para Uruguay.

La motosierra de Javier Milei, que cortó con alrededor de un tercio del gasto estatal, parece haber funcionado para algunas cosas, entre ellas la reducción en la inflación y la corrección del balance fiscal, que por primera vez cierra en superávit. Aun así, con un año de gobierno culminado, todavía quedan varios puntos en la lista de objetivos del mandatario que quedan por tachar. Uno de ellos es el cepo cambiario, un mecanismo que el presidente prometió eliminar a lo largo del período, y uno de los grandes caballitos de batalla de la campaña. Si bien no se sabe la fecha específica, hay quienes creen que este año se concretaría la medida.

Paso a paso

Sin embargo, en el camino hay escollos. En diálogo con CRÓNICAS, el contador Carlos Saccone explicó que eliminar el cepo es una tarea “muy compleja”. En ese sentido, recordó la última vez que se intentó quitar la restricción, que fue en 2015 ni bien asumió Mauricio Macri, la medida se aplicó de manera “apresurada”, y “sin previamente corregir otro tipo de variables”, lo cual generó una “muy mala experiencia”. Es por esto que advirtió que “Argentina tiene una cantidad de problemas a resolver antes de liberar el tipo de cambio”.

En primer lugar, anotó Saccone, Argentina debe continuar bajando la inflación. Las medidas implementadas por el gobierno han contribuido a bajarla significativamente, ya que cuando asumió Milei la cifra superaba el 20% mensual y el 200% anualizada, mientras que en enero se calcula que será inferior al 3%. Sin embargo, el experto advirtió que “sigue siendo uno de los países con más alta inflación”, por lo que deberían tomar la decisión con cautela.

En la misma línea, el economista y ex ministro de Economía, Luis Mosca, evaluó en conversación con CRÓNICAS que “la flexibilización cambiaria podría colisionar con el objetivo de estabilidad de precios si el tipo de cambio sube inicialmente mucho”. No obstante, comentó que según trascendidos, el FMI propone la unificación de los distintos tipos de cambio en una paridad estimada de  $1.300 por dólar, y según sus cálculos, el traslado a precios sería ínfimo, de apenas 0,4 puntos porcentuales. Además, se refirió a la posición del  exministro Domingo Cavallo, que al manifestar su preocupación por el atraso cambiario acumulado (que lo estima del orden del 20%), en línea con la postura del FMI manifestó que una corrección cambiaria no derivaría en una espiral inflacionaria, en tanto se mantenga el equilibrio fiscal y la emisión monetaria esté bajo control. “Hay otros destacados analistas que tienen una visión similar -Orlando Ferreres, Ricardo Delgado, entre otros- y advierten de los riesgos que existen ante el avance del atraso cambiario, por su impacto en la actividad económica y el empleo”, señaló Mosca.

Otros riesgos

Por otra parte, Saccone dejó planteada la interrogante respecto a que si levantan el cepo ahora, uno de los problemas que podrían tener es que la demanda de dólares sea muy superior a la oferta, lo que “podría ocasionar que se dispare nuevamente el tipo de cambio”, y ellos “no tienen las reservas suficientes como para sostener un incremento abrupto en la demanda”.

A este escenario complejo, se suma el “ciclo político muy corto” que tiene el país. Las elecciones presidenciales son cada cuatro años, y las bancadas del congreso se eligen de forma alternada cada dos años, por lo que este año nuestros vecinos celebrarán estos comicios de medio término. Si a La Libertad Avanza, el partido de gobierno, le va mal en estas elecciones, “esto puede obstaculizar la toma de decisiones que necesitan para avanzar”, consideró Saccone.

Algo que podría incidir en los resultados electorales es el aumento en los índices de pobreza, que hoy superan el 50%, señaló. “Me parece que las intenciones del gobierno son muy saludables, pero necesita más tiempo para normalizar el estado de las cosas”, sostuvo.

Impactos en Uruguay

En cuanto al efecto que la apertura del cepo podría tener en Uruguay, Mosca aseguró que la experiencia anterior nos llevó a aprender que “el peor de los mundos es asistir a cambios bruscos en las paridades cambiarias con nuestros vecinos”. “Hoy podemos disfrutar de una gran temporada turística porque Argentina se encareció mucho en el transcurso de un breve período de tiempo. Pero ello debería ir corrigiéndose paulatinamente. Y eso es bueno para nuestro país, se precisa una mirada de mediano y largo plazo”, destacó el ex ministro. 

A su entender, “fue un dato alentador”, la eliminación del denominado “impuesto país”, que gravaba a las importaciones de bienes y servicios y a la compra de moneda extranjera. “El fin del cepo cambiario sería otra buena noticia. Debería complementarse con una Argentina que mantenga el notable abatimiento en la prima de riesgo país (actualmente en el eje de los 650 puntos básicos) asociado a su comportamiento fiscal y al programa de reformas en curso, con una baja inflación y un único tipo de cambio que se ubique en los niveles que indican sus fundamentos económicos”, concluyó.

Por su parte, Saccone interpretó que los impactos sobre Uruguay pueden ser combinados. Por un lado, “sería positivo para nuestras exportaciones” que suba el dólar en Argentina, pero por otro “nunca es bueno que haya inestabilidad”. No obstante, concluyó –en sintonía con lo planteado por Mosca- que “en términos generales, que le vaya bien a Argentina es bueno para Uruguay y la región”.


Luis Mosca: “Probablemente el levantamiento del cepo se lleve a cabo por etapas”

-¿Qué posición cree que asumirá el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando llegue a Argentina en misión técnica para avanzar en un nuevo programa?

-Han elogiado la política fiscal y el programa de reformas que está implementándose, pero han manifestado sus dudas sobre la política monetario-cambiaria que se lleva a cabo. Muy probablemente el organismo plantee que se sincere la paridad yendo a un tipo de cambio flexible, eliminando el cepo cambiario y unificando los distintos tipos de cambio que operan en Argentina. Como es sabido, el Banco Central de la República Argentina (BRCA) lleva adelante un crawling peg (ajuste gradual) con una variación mensual del 2%, pero que en virtud de los avances en el programa de estabilización se reducirá al 1% mensual a partir del 1º de febrero. Con una variación mensual del IPC del 2,6% en el último trimestre y con previsiones de analistas que la ubican por encima del 2% en los próximos meses, seguiría deteriorándose la competitividad de la economía, exacerbada por el mantenimiento de  la tasa de política monetaria en un 32% de tasa nominal anual por parte del BCRA, lo cual impacta en el encarecimiento del crédito. Más allá de los tradicionales vaivenes de corto plazo, en los últimos meses el dólar se ha fortalecido en el mundo y en Argentina ocurre lo contrario, se ha fortalecido el peso. El ministro Luis Caputo ha reiterado que el levantamiento del cepo cambiario se llevará a cabo cuando estén dadas las condiciones. Primeramente se abocaron a la corrección del desequilibrio fiscal y hasta ahora se obtuvo un superávit, lo que permitió  bloquear a la emisión monetaria. Se podría asumir que se está en la antesala de encarar el fin del cepo cambiario.

¿Qué deberíamos esperar que ocurra?

Primero, seguramente haya un nuevo acuerdo con el FMI. Ese acuerdo muy probablemente dé lugar a nuevos desembolsos financieros. Pero estos serían por tramos y bajo estrictos controles (solamente para dar respaldo al cumplimiento de las obligaciones en moneda extranjera). Ello ayudaría a las refinanciaciones que deben llevarse a cabo. Los vencimientos del sector público en 2025 ante organismos multilaterales y gobiernos ascienden a unos US$ 7.700 millones; por títulos de deuda y Letras unos US$ 9.500 millones. Restaría adicionar los vencimientos de deuda e intereses de las provincias y por títulos de deuda corporativos.

Un acuerdo con el FMI facilitaría el acceso a los mercados para refinanciar buena parte de esos compromisos. El FMI no va a permitir que sus desembolsos sean para apuntalar la posición de reservas y que estos puedan luego “esfumarse en el sistema financiero” (seguramente se tomó debida nota de lo ocurrido con sus desembolsos en la Administración Macri).

Segundo, probablemente el levantamiento del cepo se lleve a cabo por etapas. Recordemos que el BCRA tiene reservas netas negativas. Como señalamos, el FMI exigiría un progresivo sinceramiento de la paridad cambiaria y su aporte financiero debería esperarse que esté sujeto al cumplimiento de este punto. Pero además, no creo que el levantamiento del cepo cambiario, o sea el fin de las restricciones existentes para la compra de divisas, sea generalizado a todos los ámbitos de la sociedad. Esperaría que su levantamiento en una primera etapa alcance a las empresas para facilitar su actividad (producción, exportación, importación y servicios conexos), y que luego se extienda a las personas físicas, eliminando topes para facilitar sus decisiones de ahorro y de viajes.