FMI: “Uruguay tuvo un buen año” pero “los riesgos para las perspectivas no se han desvanecido”

Flexibilidad cambiaria > Es un “importante estabilizador frente a los shocks”

El organismo destacó el desempeño de la economía local, elogió a las autoridades locales “por la prudencia” de las políticas y aseguró que el “ajuste fiscal está bien encaminado”. Sin embargo, advierte que “los riesgos para las perspectivas no se han desvanecido”  e interpreta que los mayores desafíos en materia fiscal son a mediano plazo.

“Uruguay tuvo un buen año en 2017”, destaca el comunicado del Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) al concluir la Consulta del Artículo IV con Uruguay, donde se destaca que el crecimiento habría superado el 3% (el dato oficial se conocerá en marzo) mientras que “el aumento del desempleo ha llegado a su fin”. Asimismo, destaca que la orientación restrictiva de la política monetaria junto con la apreciación del tipo de cambios, generaron “una notable disminución de la inflación” cerrando dentro del objetivo del gobierno por primera vez en siete años.

“Los directores ejecutivos (del FMI) elogiaron a las autoridades por la prudencia de sus políticas, gracias a la cual el país pudo aprovechar las favorables condiciones externas para lograr buenos resultados macroeconómicos en 2017”, destaca el comunicado.

En la misma línea, el FMI interpreta que “el ajuste fiscal está bien encaminado”. “La política fiscal fue anticíclica en 2017, y el aumento de los ingresos generados por el impuesto a la renta se vio compensado parcialmente por el avance de los costos de las pensiones y la atención de la salud. Se estima que el déficit global disminuirá a 3,3% del PIB, y el gobierno mantiene el acceso a los mercados financieros internacionales en condiciones favorables, entre otras vías mediante bonos internacionales denominados en pesos”, detalla el organismo.

Asimismo, sostiene que la volatilidad en los flujos financieros se mantiene y, en términos generales, los inversionistas locales y no residentes conservan un firme interés en el peso, lo que generó la intervención del BCU para mitigar el impacto sobre el tipo de cambio, agregando US$ 3.000 millones a su stock de reservas en los primeros tres trimestres de 2017.

Además se destaca la mejora del saldo en cuenta corriente, que actualmente registra un superávit, estimado en 2% del PIB en 2017.

Riesgos

Sin embargo, el FMI interpreta que “los riesgos para las perspectivas no se han desvanecido”.

El “lado positivo” en el horizonte de la economía uruguaya es la posible inversión en una tercera planta de celulosa que se convierta “en el proyecto de IED más grande de la historia del país, afianzando la confianza y el crecimiento más allá de las proyecciones actuales”.

Del otro lado, los riesgos a la baja incluyen una pérdida prolongada de la competitividad o menos interés de los inversionistas en los mercados emergentes. Una reversión de las recuperaciones de Argentina y Brasil o una desaceleración significativa de China también podrían atentar contra la inversión y el crecimiento. No obstante, el FMI interpreta que “los amplios márgenes de protección de Uruguay -reservas brutas del BCU, activos financieros líquidos y líneas de crédito contingentes con instituciones financieras internacionales-, sumados a la flexibilidad cambiaria, le permitirían al país superar sin gran dificultad shocks que pudieran surgir a corto plazo”.

Asimismo, se interpreta que “los riesgos para la estabilidad financiera son limitados”. “El sector bancario es pequeño en relación con el tamaño de la economía y aunque la morosidad crediticia ha aumentado en los últimos años, se mantiene moderada, en menos de 4%, y está cubierta por provisiones y excedentes de capital”, destacó el organismo.

Los directores ejecutivos del FMI “alentaron a las autoridades a aprovechar la sólida posición en que se encuentra el país para seguir afianzando la resiliencia económica y abordar los obstáculos estructurales al crecimiento inclusivo a mediano plazo”.

Ello implica mantener la inflación en una trayectoria descendente a mediano plazo, conservando una orientación monetaria restrictiva a medida que se haga sentir la presión de la demanda. Mantener el aumento de los salarios nominales en una línea decreciente para anclar la inflación y realizar “un esfuerzo más amplio en pos de la desdolarización, lo cual ayudaría a su vez a facilitar la transmisión monetaria”.

También destacaron la “flexibilidad cambiaria como importante estabilizador frente a los shocks” y agregaron que “las intervenciones deberían estar limitadas a contrarrestar condiciones desordenadas en los mercados”.

Aprovechar ingresos excepcionales

Para el FMI, los principales riesgos en materia fiscal son a mediano plazo y sugieren que “de ser posible, a corto plazo convendría ahorrar los ingresos fiscales excepcionales”, aunque también “podrían volcarse a la inversión pública”. Algunos directores “recomendaron aprovechar la oportunidad para alcanzar la meta de déficit fiscal de 2,5% del PIB ya en 2018”.

“A mediano plazo, una regla fiscal reforzada podría colaborar en mantener la deuda neta en una trayectoria sostenible y decreciente”

“A mediano plazo, una regla fiscal reforzada podría colaborar en mantener la deuda neta en una trayectoria sostenible y decreciente, y se necesitarán reformas para asegurar la viabilidad del sistema de pensiones”, recomienda.

Asimismo, destacaron que “para sentar las condiciones necesarias para un crecimiento vigoroso e inclusivo sostenido, la actual prudencia fiscal y monetaria debería ir acompañada de una mayor atención a las reformas estructurales”. Si bien destacan la solidez de las instituciones uruguayas y la estabilidad económica, se interpreta que “hay margen para abordar debilidades en la infraestructura del transporte, la educación y la formación de aptitudes, la flexibilidad del mercado laboral y el acceso a mercados externos”.

“Las reformas encaminadas a mejorar el clima de negocios para respaldar una base manufacturera y agrícola vibrante y diversa serán importantes para afianzar la competitividad, especialmente si se intensifican las presiones hacia la apreciación. Ampliar el acceso de las empresas al crédito y a los instrumentos de cobertura financiera también sería importante para incrementar su resiliencia”, concluye el comunicado.