Tras caer 5,9% en 2020, la economía uruguaya repuntaría parcialmente en 2021 al crecer 2,2%, y continuaría mejorando en 2022, alcanzando a fines de ese año los niveles de pre-pandemia. Así lo estimó en diálogo con CRÓNICAS, Gonzalo Zunino, director del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), para quien aún “faltan hacer esfuerzos” para reactivar la actividad y atender el aumento de la pobreza que se generó. Además, criticó el “bajo impulso fiscal” que aplicó el gobierno en comparación con la región que, en su visión, incluso hizo que la economía local cayera fuertemente el año pasado pese a que los efectos de la pandemia no habían sido tan significativos hasta entonces.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
– ¿Qué análisis hace de la realidad económica que enfrenta Uruguay hoy?
– Uruguay está en una situación complicada, como la mayoría de los países del mundo, a raíz de la pandemia. El covid-19 constituyó un shock económico negativo muy fuerte, no solo por las medidas sanitarias necesarias para contener el virus -lo que se expresa en actividades cerradas o con aforos limitados-, sino también es un golpe fuerte al mercado laboral, con cuarentenas, con trabajadores que continuamente están para asistir de forma frecuente. También ha generado un problema en términos de frontera: la temporada turística a comienzos de este año no se pudo desarrollar normalmente.
Todo eso implica que Uruguay tuvo en 2020 y va a mantener en 2021 un efecto adverso importante. En 2020 se plasmó una caída del PIB de 5,9%. Nosotros estamos dando una leve recuperación en 2021, pero básicamente porque el parámetro de comparación va a ser un año muy malo en términos de actividad. Sin embargo, en 2021, a pesar de que estamos proyectando que va a tener un nivel de actividad por encima del de 2020, aún va a mantener un nivel inferior a los niveles pre-pandemia, es decir, a lo observado en 2019.
Entonces, la situación es dura, y realmente 2021 va a seguir siendo un año malo.
– ¿Cómo se espera que cierre el 2021?
– La proyección puntual nuestra la estamos revisando a raíz de que en los últimos días salió el último dato de actividad de 2020. Nosotros estamos dando una proyección de crecimiento de 2,2% respecto al año pasado.
“La situación es dura, y realmente 2021 va a seguir siendo un año malo”
-Teniendo en cuenta el dinamismo de la situación, y la grave realidad que enfrenta Uruguay en materia sanitaria, ¿cree que se pueda rever esta expectativa de cierre de año? ¿Quizás a la baja?
– En general, cuando nosotros hacemos proyecciones, los intervalos de confianza suelen ser simétricos, es decir, que el error puede estar tanto para arriba como para abajo. Creemos que ahora el riesgo es mucho más hacia abajo que para arriba. Estamos revisando las proyecciones, pero evidentemente hay una incertidumbre muy grande respecto a lo que puede pasar con esta escalada reciente del virus, y también con las medidas que se puedan tomar para controlarlo. Evidentemente hay riesgo de que esas proyecciones se revisen a la baja.
– ¿Qué proyecciones hay para más adelante?
– Lo que desde el Cinve esperamos es que la actividad crezca un 2,4% en 2022, con lo que estaríamos recuperando los niveles pre-pandemia ya sobre finales de dicho año.
– ¿Cómo cree que será la evolución del desempleo este año?
– Nuestra proyección de actividad daba cierta recuperación, pero todavía muy débil, y además con un riesgo importante de que la evolución de la pandemia termine por evitar que se concrete esa recuperación. De esta manera, nuestra perspectiva es que el empleo tenga una leve recuperación respecto a lo que fue el 2020.
El desempleo es un poco más difícil de proyectar en este momento, porque depende mucho de lo que pase con la oferta de trabajo. Por ejemplo, el año pasado vimos que el desempleo no se movió demasiado a pesar de la fuerte caída del nivel de empleo, y eso es porque la gente dejó de buscar trabajo; con cómo se está disparando el virus en este momento es posible también que la gente deje de buscar trabajo -al menos por unos meses-, y eso evite que el desempleo escale de forma importante.
Dicho esto, reafirmo que, en principio, nuestras proyecciones son un empleo estable y con una leve recuperación con respecto a 2020, si se concreta el escenario de recuperación del nivel de actividad.
– ¿Cuál es la expectativa en materia de inflación?
– Nuestra proyección puntual para el cierre de 2021 está en torno al 7%. O sea, vemos una convergencia hacia el techo del rango meta, que en parte está también asociada al menor nivel de actividad y menor nivel de demanda, y menores incrementos salariales; están colaborando a que la inflación vaya cediendo y vaya ubicándose en torno al rango meta.
El único riesgo a una aceleración de la inflación sería una escalada fuerte del tipo de cambio, pero que por ahora no la vemos. En principio, nosotros vemos una inflación convergiendo y que, si el deterioro del nivel de actividad es más importante, podría converger o ceder incluso aún más.
– ¿Qué vislumbran en materia de salario real para este año y los venideros?
– Para este año en concreto, nuestra proyección puntual es de una caída de aproximadamente 1,5% de los salarios en términos reales (promedio 2021 contra promedio 2020). Ya para adelante no tenemos proyecciones elaboradas todavía del salario real, estamos trabajando en el equipo de coyuntura en eso. Pero esperaríamos que en 2022 al menos tienda a estabilizarse la caída, un escenario de salarios reales relativamente estable.
– ¿Puede pensarse en una recuperación de los ingresos a niveles pre-pandemia antes de que culmine el período de gobierno?
En términos de salarios reales es posible que sí, todavía falta bastante tiempo para que culmine el período de gobierno. Es probable que sí pero todavía no tenemos proyecciones a tan largo plazo de salario real.
“El foco principal de Uruguay es evitar el deterioro de la calidad de vida y el tejido empresarial”
-Teniendo en cuenta todo lo que venimos hablando hasta ahora. ¿En qué puntos de la realidad uruguaya se focaliza el Cinve hoy? ¿Cuál definiría como el más crucial para el desarrollo del país?
-Obviamente está el tema de coyuntura que es la propagación del virus, y cómo eso va a impactar sobre la economía, el mercado de trabajo, y los niveles de pobreza. Es necesaria una fuerte intervención de políticas públicas para tratar de facilitar la recuperación una vez que pase la pandemia, pero durante estos meses en los cuales todavía están muy duros los efectos es necesaria una intervención de políticas públicas para evitar un deterioro grande del tejido empresarial; si muchas empresas empiezan a quebrar durante este período, eso posiblemente dificulte la reactivación posterior. Y obviamente también una intervención importante de políticas públicas para evitar el deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos durante este período.
Después hay temas más estructurales: la reforma de la seguridad social, que está en proceso, desde el Cinve es un tema que venimos estudiando desde hace algunos años y es una reforma estructural importante para el Uruguay. Obviamente están los temas comerciales; pero como decíamos, hoy creo que el foco principal de Uruguay es evitar el deterioro de la calidad de vida y el tejido empresarial durante la pandemia, y pensar cómo encarar el crecimiento o la recuperación de la economía post pandemia.
-En base a esto, ¿qué esfuerzos se realizan desde el gobierno para avanzar en esta realidad, y qué falta todavía por hacer?
-Evidentemente hay esfuerzos que faltan todavía por hacer.
Aproximadamente 100.000 personas cayeron por debajo de la línea de pobreza, es un incremento relativamente significativo. Eso indica que las ayudas no necesariamente llegaron a toda la población que se vio afectada por el fenómeno, o -en caso de hacerlo- no fueron lo suficientemente fuertes como para evitar esa situación de pobreza.
Después, el gobierno ha desarrollado medidas dentro de las cuales todas las extensiones y medidas de seguro de paro parcial han sido las más importantes para evitar el esfuerzo económico de empresas, o el despido (los seguros de paro facilitan a las empresas poder mantener en plantilla al personal aún durante el período de baja del nivel de actividad). La parte de créditos con respaldo público a microempresas creo que han sido iniciativas muy buenas.
Pero bueno, en comparación con países de la región, el impulso fiscal de Uruguay ha sido relativamente bajo. Eso se ha notado en que para lo que fue el efecto de la pandemia en 2020, que en Uruguay estuvo bastante controlado, el nivel de actividad tuvo un impacto bastante significativo, e incluso mayor a otros países de la región donde la pandemia pegó mucho más duro pero el impulso público fue bastante más alto.