El crecimiento demográfico, pero también el aumento de la productividad debido a los cambios tecnológicos, harán que la economía india pase de representar el 7% de la economía mundial al 15% en 2050, de acuerdo a un análisis de la consultora PwC.
En el 2040, la economía de India será la segunda más grande del planeta, por detrás de la china y superando a la estadounidense, según lo señala un reciente informe publicado por la consultora PwC, y que es consignado por un artículo de la cadena internacional BBC Mundo. El artículo sostiene que “se ha hablado mucho del milagro económico chino y de la inevitable hegemonía del gigante del este asiático”, pero advierte que “en el sur de Asia, India sigue teniendo un desempeño económico tal vez más espectacular que el de cualquier otra nación en años recientes”.
De acuerdo al informe, India crecerá entre 2017 y 2050 a un vertiginoso promedio anual de 4,9%, lo que implicará que el país pase de representar el 7% de la economía mundial al día de hoy, al 15% en 2050.
Entre las causas que harán que esa economía se expanda a ese ritmo, se menciona en primer lugar al “enorme crecimiento poblacional” que por sí mismo implicará un importante incremento de la economía. “India tiene cerca de 1.250 millones de habitantes. En 2040, en poco más de dos décadas habrá aumentado a 1.600 millones. Un aumento que en sí mismo equivale al total de la población estadounidense actual”, sostiene el artículo de la BBC, agregando que “este mercado descomunal de consumidores inevitablemente llevará a una economía más grande”.
Sin embargo, el documento elaborado por PwC indica que el crecimiento demográfico es una parte muy pequeña de la explicación de por qué India crecerá a esos niveles: Apenas 0,7% del 4,9% de crecimiento sería atribuible al aumento simple de la población india.
En ese sentido, explica que “jugarían un papel más preponderante factores como el aumento en la productividad debido al cambio tecnológico”.
Un cuento chino
Como no podía ser de otra manera, el artículo compara el extraordinario ascenso de India, con el registrado por China en las últimas décadas. “Ambos países emergieron en la década de 1990 después de un largo período de estancamiento económico por cuenta de políticas de intervención del Estado. China se convirtió en una gigantesca potencia manufacturera. Entre tanto, desde 1990 India se ha especializado en la exportación de servicios, particularmente en sectores como la informática”, detalla el informe.
Sin embargo, asegura que India puede fortalecerse de su sistema político, a diferencia de lo que pasa en China. “Hace unos años se decía que el carácter autoritario del sistema político chino le daba al Estado la capacidad de movilizar con poca resistencia los enormes recursos que se necesitaban para construir las fábricas y las enormes obras de infraestructura características de ese país. India, en cambio, es una democracia parlamentaria. Pero en esta nueva fase del crecimiento a la que están llegando estos países, en que se depende más del emprendimiento individual para la creación de empresas de alta tecnología, el sistema indio, con su apego al imperio de la ley y la democracia puede ofrecer mejores incentivos a los inversionistas privados”, sostiene el artículo. En ese sentido, muchos piensan que “es más probable que el ‘próximo Apple’, la empresa que revolucione la economía, aparezca en India antes que en China”.
Great again?
En cuanto a la comparación con Estados Unidos, se advierte que si bien los ciudadanos no lo notarán tanto ya que el PIB per cápita seguirá siendo menos de una tercera parte del estadounidense en 2040, a nivel agregado la India será la segunda economía del planeta.
“La situación que se vivió en el siglo XX y a comienzos del actual, donde países como Estados Unidos podían producir más, a pesar de tener una población seis veces menor que la India, parecen cada vez más como una anomalía histórica. Anomalía que terminó con la incorporación al desarrollo moderno y a los mercados mundiales de la gigantesca población de la nación del sur asiático”.
No obstante, se advierte que “siempre está, por supuesto, la posibilidad de un giro inesperado, un evento totalmente nuevo, que cambie la tendencia”. En tal sentido, recuerda que en la década de los 60, muchos sugerían que la economía de la Unión Soviética iba en dirección a superar a la estadounidense, y en 1980 no eran pocos los que aseguraban que Japón sería la economía mundial dominante en cuestión de años.
“Una crisis financiera sostenida, como la que aquejó a Japón en la década de 1990, o un cataclismo político, como el que desoló por esos mismos años a la ex Unión Soviética, podrían hacer que 2040 se vea bien distinto a como lo imagina el reporte de PwC”, sostiene el artículo de prensa.