Las menores ventas de combustible y de energía eléctrica, así como el freno en la recuperación de la recaudación tributaria, podrían ser señales de que la velocidad de reactivación de la economía uruguaya se estaría desacelerando, según el Informe de coyuntura elaborado por la firma de asesoría empresarial Grant Thornton.
Al analizar la economía global, el informe destaca que en Estados Unidos las expectativas de los sectores manufactureros y de servicios se mantienen estables y anticipan una recuperación de la economía del país. Paralelamente, el desempleo mostró su quinta caída mensual consecutiva para ubicarse en 7,9%, prácticamente la mitad del pico registrado durante el mes de abril (14,7%). El informe hace mención a la expectativa de que el Congreso apruebe una nueva ronda de estímulos fiscales, considerando que la velocidad de recuperación comienza a frenarse.
Al otro lado del Atlántico, debido a los posibles efectos económicos de un rebrote de Covid-19 en Europa, las expectativas del sector servicios se deterioraron en las principales economías del viejo continente. No obstante, se destaca que la OCDE corrigió al alza las proyecciones económicas para 2020, esperando caídas entre 1 y 2 puntos porcentuales menores a las proyectadas en junio. Para 2020 se espera una contracción del 10,5% en Italia, 10% en España, 9,5% en Francia, 7,6% en Reino Unido y 5,4% en Alemania. En todos estos casos, la economía rebotaría en 2021, aunque no llegaría a compensar la merma que se registrará este año.
En cuanto a China, el informe de Grant Thornton también remarca una mejora de las perspectivas de crecimiento. Mientras que en junio esperaba una caída de de la economía de 2,6% para 2020, ahora proyecta un crecimiento de 1,8%. Además, se corrigió al alza la estimación de crecimiento para 2021, que pasó de 6,8% en junio a 8% en este informe.
Donde sí se ajustaron fuertemente a la baja las proyecciones fue en India. En lugar de la caída de 3,7% esperada en el informe anterior, ahora se espera una contracción del 10,2% para 2020, aunque la recuperación en 2021 sería del 10,7%.
En el plano regional, si bien las perspectivas para la actividad económica de Brasil son algo más favorables luego de un crecimiento de 2,1% en el mes de julio, el elevado déficit fiscal –y la falta de medidas para combatirlo– deteriora el ratio deuda/PBI, que se ubica en 89%, mientras que el tipo de cambio sube y alcanza nuevamente los 5,6 reales por dólar.
En cuanto a nuestro otro vecino, Argentina, la economía creció 1,1% en julio respecto al mes anterior aunque se ubica un 13% por debajo del nivel de julio 2019 esperándose una caída del PBI del 12% para 2020. “Mientras que el déficit fiscal continúa deteriorándose (8,4% del PBI), la incertidumbre ante la ausencia de un plan económico concreto y la pérdida de reservas impulsan al alza el tipo de cambio paralelo (que alcanza los $147 por dólar) y el riesgo país que luego de caer a 1.100 vuelve a dispararse y alcanza los 1.350 puntos básicos”, detalla el informe.
Señales de freno
Con este telón de fondo, la economía uruguaya cayó 9% en el segundo trimestre respecto al primero, y se ubicó un 10,6% por debajo del nivel de 2019, destacándose la caída de “comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles” (-29% interanual) y “otras actividades”, principalmente servicios (-14%). Actividades primarias y comunicaciones crecen un 1% y 3%.
El consumo privado mostro una caída interanual del 14% mientras que las exportaciones, el gasto público y la inversión privada mostraron caídas interanuales del 17%, 12% y 9%.
En cuanto a los indicadores que pueden anticipar el comportamiento de la economía, en agosto las ventas de combustibles cayeron un 6% y las ventas de energía eléctrica entre 5% y 7% frente al mismo mes del año anterior. Esta situación puede estar marcando “un freno en la velocidad de recuperación de la economía”. De igual forma, la recaudación de impuestos frenó en agosto la recuperación registrada en los dos meses previos (ver recuadro).
En materia de cuentas públicas, el informe marca que el déficit fiscal global alcanza el 6,1% del PIB, impulsado por el efecto del fondo solidario Covid-19 que tuvo un impacto negativo de 0,9%. El efecto de la pandemia en las cuentas públicas se hace notar principalmente por una caída en los ingresos de la DGI y en los aportes al BPS. El aumento del déficit fiscal y la caída del PBI impulsan al alza el ratio deuda bruta/PBI que alcanza el 75%.
Las proyecciones de Grant Thornton anticipan una caída esperada del PBI del 4% para 2020, con una recuperación en 2021 del 3,8%.
Recaudación de la DGI cayó 2,6% en agosto
La recaudación total bruta de la Dirección General Impositiva (DGI) alcanzó los $36.066 millones en agosto, lo que implicó un aumento a valores corrientes de 6,9%. Descontado el efecto inflacionario, la variación interanual de la recaudación fue -2,6% (a precios constantes de agosto 2020).
Por su parte, medida en términos netos (descontando la devolución de impuestos) la recaudación mostró una caída en términos reales de 0,7%.
Los impuestos al consumo crecieron en conjunto un 1,1% en términos reales, lo que se explica principalmente por la mayor recaudación de IMESI, que aumentó 33,9%, debido principalmente al aplicado a combustibles (+76,8%). Por su parte, la recaudación de IVA (el tributo con mayor peso en la recaudación total de la DGI con el 45,7% del total) cayó 4,1%.
Los impuestos a la renta cayeron en su recaudación 6,9% en términos reales durante agosto, con caídas en el IRAE (-6,5%), Imeba (-2%), el IRPF Categoría II (rentas al trabajo, -9,1%), el IASS (-3,1%) y el IRNR (-24,6%). El IRPF Categoría I aplicado a las rentas al capital crecieron un 4,6%, según el informe de la DGI.