La participación laboral, el desempleo y los niveles de ocupación recuperaron los niveles de 2019 en América Latina, según destaca un informe elaborado por Cepal y la OIT. Sin embargo, se advierte que ello no es suficiente, puesto que persisten “problemas estructurales”, como el empleo informal, la brecha entre hombres y mujeres, en salarios y productividad. Para revertir esta situación, se insta a aplicar políticas laborales que promuevan la creación de empleo, una mayor formalización y una mayor (y mejor) inclusión de mujeres y jóvenes en el mercado.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) divulgaron un nuevo informe titulado “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe: Hacia la creación de mejor empleo en la pospandemia”, en el cual se analiza la evolución de los mercados laborales en la región durante el año pasado.
El documento señala que a tres años de la crisis generada por la pandemia de covid-19, los principales indicadores laborales recuperaron los valores de 2019. La mejoría en variables como la tasa de participación laboral, la tasa de desocupación y el número de ocupados iniciada en 2021, continuó en 2022, aunque el número de ocupados creció a un ritmo menor. No obstante, se advierte que el repunte ha sido heterogéneo dentro de la región y, en ciertos países, algunos indicadores aún no alcanzan los niveles prepandemia.
Por su parte, la recuperación ha tendido a ser mayor entre mujeres que entre los hombres, y mayor entre los jóvenes que entre los adultos. Pese a esta mejora, el informe advierte que aún persisten importantes brechas de género y etarias en materia de tasas de participación y de desocupación laboral.
La productividad laboral promedio de la región experimentó una caída en 2022, destacando la contracción de la productividad en sectores como la industria, la construcción y el comercio. Por su parte, los salarios medios reales se estancaron en 2022, contrastando con el aumento observado en 2021, y reflejando el impacto de la mayor inflación.
Problemas estructurales
La publicación advierte que el progreso observado en los mercados laborales entre 2020 y 2022 refleja una recuperación cíclica del crecimiento económico que no es sostenible en el tiempo. La Cepal proyecta un crecimiento de la economía regional de un 1,2% para 2023, lo que redundará también en un menor dinamismo de la generación de empleo, y el aumento estimado en el número de ocupados es inferior al 2%, que contrasta con el crecimiento de 5,9% experimentado en 2022.
El informe remarca que el hecho de que los principales indicadores y la composición del mercado laboral vuelvan a los niveles prepandemia no resulta suficiente, dado que los problemas estructurales que caracterizan a los mercados laborales de la región siguen presentes. El empleo informal continúa elevado y, pese a las mejoras registradas en 2022, persisten significativas brechas de género en materia de tasas de participación y de desocupación. También los salarios y la productividad han vuelto a sus trayectorias precrisis, lo que significa un estancamiento en el mejor de los casos, advierte.
De acuerdo con Cepal y OIT, para revertir esta situación es necesario contar en la región con políticas laborales activas que promuevan una mayor creación de empleo, una mayor formalización y una mayor (y mejor) inclusión de mujeres y jóvenes en el mercado de trabajo. Para ello se requiere ampliar los instrumentos en materia de política laboral y mejorar la articulación entre ellos, a fin de evitar contracciones en el empleo. También se requiere más énfasis en la reactivación económica incluyendo sectores impulsores y dinamizadores del crecimiento económico y del empleo.