La corrección de algunas distorsiones sobre el sistema de precios y la fuerte devaluación del tipo de cambio oficial llevaron a que la inflación de diciembre en Argentina alcanzara el 25,5%, dejando el dato anualizado en 211,4%, su mayor nivel desde 1990, según los datos oficiales. De esta forma, Argentina registró el año pasado una inflación superior a la de Venezuela, que cerró en 193%.
Se sabía que iba a ser un número chocante. El presidente argentino Javier Milei, como anticipándose a los datos, había dicho que si la inflación de diciembre cerraba en el 30% se trataría de “un numerazo”, y la mayoría de los pronósticos coincidían en que de ninguna forma cerraría el mes abajo del 20%. Eso daba certeza respecto a que la inflación cerraría arriba del 200%.
Finalmente, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec) publicó los datos del Índice de Precios al Consumo (IPC) correspondientes al mes de diciembre, que marcó una suba mensual de 25,5%, y llevaron la inflación anualizada al 211,4% en 2023. Se trata del dato más elevado de inflación desde 1990, año en que se había registrado un aumento del nivel de precios superior al 2.300%. En tanto, el registro mensual marca un nuevo máximo de inflación desde marzo de 1990.
Estas cifras estuvieron en línea con lo estimado por las consultoras privadas, que habían advertido sobre una fuerte aceleración en el último mes del año, lo que provocaría ese nivel histórico en la medición anual.
Desde el ministerio de Economía de Argentina los datos se valoraron positivamente. “El número es claramente mejor al esperado por el consenso de los economistas privados, que proyectaban una inflación muy cercana al 30%”, dijeron desde la cartera, según consignó el diario argentino La Nación. “Refuerza nuestro convencimiento de que vamos por el camino correcto. Sabemos que va a ser duro en el corto plazo, pero que esta vez vamos a salir adelante. El apoyo de la gente a las nuevas medidas es altísimo. Esperamos que la política esté a la altura de las circunstancias”, concluyeron desde el ministerio.
Diciembre fue un mes donde confluyeron las enormes distorsiones de precios relativos, que generaron volatilidad permanente del dólar y, por lo tanto, de cobertura a través de precios por parte de los agentes económicos. A eso se sumó la fuerte devaluación del tipo de cambio oficial impulsada por el ministro de Economía, Luis Caputo, que fue de más de 50%, y tuvo su impacto inevitable sobre los precios de la economía.
En noviembre, un mes atravesado por la incertidumbre de las elecciones presidenciales, el indicador oficial había saltado a 12,8%.
La división con mayor suba fue “Bienes y servicios varios” (32,7%), producto de las subas en artículos de Cuidado Personal. Luego se posicionaron Salud (32,6%) impulsada por las variaciones en medicamentos y medicina prepaga; y Transporte (31,7%) a impulso del aumento de los combustibles.
Campeones
Con estos datos, la inflación en Argentina cerró por primera vez en más de una década por encima de la inflación de Venezuela, que según los datos oficiales cerró el año con un aumento de 193%. Además, superó también al Líbano, que hasta noviembre había registrado una inflación del 211%.
El caso de Zimbabue merece una mención aparte, ya que los organismos internacionales estiman que tiene un nivel de precios cercano al 222%, pero el organismo de estadísticas del país africano informó una suba de los precios del 26% el año pasado, ya que cambió su metodología para tomar en cuenta los precios en dólares.
A nivel regional, luego de la Argentina y Venezuela, en un lejano tercer lugar se ubicó Cuba con 30% y Haití cuarta con 22%. Luego quedaron Colombia con un 9,8% en todo el año pasado, Uruguay con 5,1%, México 4,6%, Chile 3,9%, Paraguay 3,7%, Perú 3,2%, Bolivia 2,1% y Ecuador 1,3%.