Los economistas Luciano Magnífico y José Luis Curbelo señalaron que la inserción internacional de Uruguay “se viene postergando hace bastante”. Además, en cuanto a la relación con el bloque económico, expresaron que se debería “tratar de acompasar los beneficios que nos puede traer el bloque y también los que se puedan lograr de manera externa al mismo”.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
Inseguridad, educación y empleo son los temas que más preocupan a los uruguayos hoy en día. “La inserción internacional es un tema importante, pero no está en el centro del debate” como cuando se consideran estos temas de mayor relevancia, según opinó el economista Luciano Magnífico.
Por eso, la Academia de Economía, en conjunto con la Universidad Católica del Uruguay (UCU), realizaron una mesa redonda el pasado jueves para discutir, precisamente, la inserción internacional de Uruguay. La actividad se realizó en el marco del lema de la Academia para este año, “en busca de consensos clave”.
Así, la mesa redonda tuvo tanto a Magnífico como a José Luis Curbelo, también economista, como expositores de la charla. Ambos fueron ganadores del segundo premio de la Academia de Economía en la edición de este año, por su trabajo en inserción internacional.
Pero, ¿por qué buscar consensos en este tema? Según explicó Curbelo en diálogo con CRÓNICAS, porque es por la falta de acuerdos generales que se dan muchos de los atrasos en cuanto a la inserción internacional del país. El experto indicó que “hay que hacer una clara diferenciación” entre lo académico y lo político; en el primer ámbito “se puede hablar de que hay un consenso muy cercano al 100% (…) claramente se le otorga una importancia insoslayable a lo que es la inserción internacional como un motor de crecimiento para lo que es un país tan pequeño como Uruguay”, explicó. Sin embargo, en el plano político “ya no se comparten las mismas ideas”, y dependiendo de la corriente ideológica que trate el tema son las estrategias a seguir.
“Hay claramente una discordancia que no nos ayuda a avanzar y que en definitiva nos va atrasando en acuerdos de nueva generación que otros países claramente sí han hecho y siguen haciendo y los ha llevado por buenos caminos”, enfatizó.
Magnífico añadió a esta idea, comentando que planteando ambas posiciones contrapuestas sobre la mesa -quienes buscan insertarse internacionalmente y quienes adoptan una posición más proteccionista- “pueden acercar esas dos partes distantes”.
De esta manera, ambos acordaron en que es posible llegar a estos consensos, aunque cada uno justificó su propio camino. Curbelo explicó que se necesita “un sinceramiento” de parte del espectro político “de saber claramente hacia dónde hay que ir y de asumir las cargas que eso pueda implicar”. Magnífico, por su parte, opinó que se deberían “manejar datos, argumentos y casos de países exitosos” como Chile o China.
Puede y debe mejorar
“Yo creo que Uruguay se ha quedado un poco relegado en la materia. Creo que durante este gobierno ha habido ciertas intenciones, pero que no se han concretado, en parte quizás por falta de liderazgo dentro del propio gobierno y, por otro lado, por la resistencia de algunas partes sociales”, dijo Magnífico al ser consultado sobre la situación actual de la inserción internacional uruguaya.
Agregó también la situación del Mercosur, cómo ha estancado a Uruguay en el bloque y las trabas en las negociaciones con la Unión Europea, como un “conjunto de cosas que han complicado bastante” la situación de inserción de Uruguay. “Sobre todo en cuanto a su potencialidad, porque creemos que Uruguay debe ser una economía abierta, y eso es lo que no estamos viendo en este momento”, increpó.
En este sentido, Curbelo sí opinó que Uruguay “está bien parado” frente a negociaciones que pueda eventualmente desarrollar a futuro, pero esas trabas en el Mercosur son el problema principal. “Hay que ver hoy qué significa el Mercosur para Uruguay. No en teoría, sino en la práctica, porque claramente hoy es más una traba que un camino de desarrollo”, recalcó.
Tengo la solución
El camino para salir de la situación en que Uruguay está hoy, para llegar adonde debería estar, es reconocer los pros y los contras que significa estar en el bloque, y cómo se pueden sortear esas contras a la vez que se las acompasa con necesidades de la región “para poder desarrollarnos sin que eso sea una dificultad, sino que sea una oportunidad”, dijo de acuerdo con Curbelo.
“Yo creo que la clave y el primer paso -además de buscar los consensos- es ver qué pasa con el Mercosur”, agregó Magnífico; “sabemos que el ascenso al poder de Bolsonaro puede permitir quizás una apertura mayor del Mercosur y una flexibilización que permita negociar acuerdos bilaterales de forma unilateral con otros países”. En este contexto, entonces, por un lado se deben superar las barreras internas a través de los consensos, según argumentó, y por otro superar las resistencias del resto de los países del bloque “que creemos que es un buen momento como para intentar”.
Nos vamos, nos quedamos
Sin embargo, si Brasil plantea que Uruguay no puede negociar acuerdos propios con terceros, “yo creo que en ese caso se debería repensar la postura de Uruguay” en el Mercosur, opinó Magnífico. “Quizás dejar de ser miembro pleno y pasar a miembro asociado, así como lo es Chile”, y que Uruguay tenga la libertad que tiene el país trasandino como para negociar acuerdos con otros países.
Pero no irse completamente del Mercosur. “Estar en el bloque es importante, es uno de los consensos clave”, apuntó Curbelo.
Si Uruguay debe buscar acuerdos en el marco del bloque económico o por sí mismo de manera bilateral, “van de la mano”, continuó el economista. “En el marco del Mercosur, claramente si la intención de Brasil y Argentina es buscar acuerdos que por las condiciones que tiene la producción uruguaya le puedan servir, bueno, bienvenido sea”. Pero si no lo hacen porque no les conviene lo mismo que a Uruguay, “entonces sí, Uruguay debería pretender realizar acuerdos de manera extra-bloque”.
“No es una cosa o la otra”, subrayó Curbelo, sino que se debe tratar de acompasar los beneficios que a Uruguay le puede traer el bloque, así como también los que se puedan lograr de manera externa al mismo.
La búsqueda de consensos
En el evento, actuaron como comentadores María Dolores Benavente e Ignacio Bartesaghi. La presidenta de la Academia de Economía y el experto en relaciones internacionales dialogaron con CRÓNICAS respecto a la mesa redonda, y la necesidad de los consensos en inserción internacional.
“Un país de un mercado interno de 3 millones de habitantes, lograr un consenso interno sobre cuál es la mejor estrategia de inserción parece más que importante”, expresó Benavente. Añadió también que, así como la Academia se ha pronunciado en pos de acuerdos multipartidarios para la regla fiscal, la inserción internacional no debería quedarse atrás.
Bartesaghi, por otro lado, no se mostró tan esperanzador. Para el experto, Uruguay tiene una resistencia “muy grande” al cambio, lo que hace “muy difícil” alcanzar consensos. “Yo creo que lo que Uruguay necesita son liderazgos, lo que necesita es un presidente -no importa el partido político- que se ponga al hombro la negociación internacional”, opinó.
“Obviamente se necesita un consenso mínimo; liderazgos y consensos mínimos, porque el consenso en Uruguay va a ser muy difícil”, concluyó Bartesaghi, indicando que estos consensos deben ir, principalmente, “a la pertenencia de Uruguay dentro del Mercosur”.
La utopía europea
Las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea llevan años en desarrollo, con algunos avances hechos en los últimos meses. No obstante, un acuerdo aún parece estar lejos de concretarse, según analizaron los economistas.
“Parece difícil creer que en el corto plazo se termine alcanzando” un acuerdo, según Magnífico. Remató con un poco de positivismo: “uno no deja de tener expectativa” porque “sería clave” el poder ingresar a un bloque “con esta envergadura”, señaló.
Para Curbelo, la situación va más allá. “A esta altura se acercaría más a una utopía que a una posibilidad”, opinó, ya que “hay un clima generalizado de incertidumbre” a nivel mundial que los principales actores puedan interpretar como una “mala señal” para realizar negociaciones de este tipo.
“Cuando se escuchan desde el propio gobierno, dependiendo de la cartera que hable, diferentes opiniones o discordancias al respecto, parece ser medio utópico sí”, culminó Curbelo.
