La proyectada transición hacia la movilidad eléctrica es uno de los factores que llevó a que los grandes fabricantes mundiales de automóviles recortaran dramáticamente sus inversiones, sobre todo en China y en Europa Occidental.
Los principales fabricantes de automóviles recortaron el año pasado drásticamente las inversiones en nuevas o más modernas fábricas, pasando de 179 proyectos en 2015 a 98 en 2016, lo que implica una caída anual del 45%. Por su parte, si se consideran los montos invertidos, la caída es aún mayor, pasando de 52.500 millones de euros en 2015 a 16.300 millones en 2016, lo que marca un descenso del 69%.
Así surge de un estudio elaborado por la firma de asesoría a empresas Ernst & Young (E&Y), consignado por la Deutsche Welle, donde se destacan las fuertes caídas que se han registrado fundamentalmente en Europa Occidental y China, donde el volumen de inversiones disminuyó en un 87% y un 79%, respectivamente. En Estados Unidos, la reducción fue menor, pero igualmente significativa: -53%.
Justamente fue en la mayor economía mundial, y al igual que en 2015, donde se registró el mayor volumen de inversión de la industria automotriz. En 2016, fueron invertidos en Estados Unidos en nuevas plantas, estudios de diseño y centros de desarrollo 6.300 millones de euros, algo menos de la mitad de los 13.500 millones de euros invertidos en 2015. El podio de inversión lo completan Hungría, con 1.600 millones de euros, y Alemania, con 1.300 millones de euros. Cabe destacar la presencia de Argentina –junto con China- como el cuarto puesto entre los países con mayor inversión de la industria automotriz, registrando 1.000 millones de euros en cada caso.
En el estudio de E&Y fueron consideradas las inversiones de los 16 principales grupos automotores del mundo.
De acuerdo al análisis, el fuerte retroceso de la inversión es un indicio de la masiva transformación por la que está atravesando el sector automotriz. «La transición a la movilidad eléctrica llevará a masivos cambios en la cadena de creación de valor y la planificación de inversiones», señaló Fabian Schuster, de E&Y. El experto interpreta que “para la producción de coches eléctricos se necesitan menos y muy diferentes partes a las empleadas en los coches con motor de combustión interna, lo que supone cambios también en las plantas de producción y la infraestructura”. A su vez, ello implica que ahora deberán realizarse grandes inversiones en los sectores de investigación y desarrollo.
Otros cambios
El informe recuerda que hasta el año 2012, los fabricantes de coches invirtieron sobre todo en países emergentes, pero luego pasaron su foco de atención a los países industrializados tradicionales. Entre 2010 y 2012 fluyó hacia los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) el 42% del total de inversiones mundiales en el sector, mientras que entre 2014 y 2016 solo el 17%.
Peter Fuss, otro experto de E&Y, explicó que “las grandes expectativas depositadas en el desarrollo de las ventas en los países emergentes no se cumplieron. Los mercados de Rusia y Brasil se hallan hasta hoy completamente estancados”.
“Por eso, en los últimos años las inversiones han vuelto a Estados Unidos y Europa. En 2016 fueron invertidos en los países del BRIC solo 1.700 millones de euros; en Estados Unidos y Europa, por el contrario, 11.600 millones de euros en total”.
También las actuales transformaciones derivadas del “Brexit” y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos contribuyen a que los grupos de fabricación de automóviles se mantengan reservados en cuanto a nuevas inversiones.
“La situación es actualmente tan confusa que las empresas quieren mantenerse abiertas a todas las opciones. La consigna ahora es: no tomar decisiones precipitadas, mejorar la flexibilidad de las propias cadenas de producción y evitar decidirse definitivamente por determinados países y tecnologías de producción”, concluyó Fuss.