Si bien Uruguay tiene “temas pendientes” que resolver, “la próxima administración tiene crédito y tiene tiempo para recomponer el rumbo fiscal”, según evaluó el economista Alfonso Capurro, socio de CPA Ferrere, durante una charla organizada por el banco Itaú. Sin embargo, el especialista señaló que hay inversores que están reposicionándose en el mercado, lo que ha llevado a una apreciación del dólar, debido a la presencia de “riesgos electorales”, no asociados a quién ganará la elección, sino a la eventual aprobación del plebiscito de la seguridad social.
La convocatoria al evento ya tenía un acontecimiento clave en su agenda: se realizaría el día después del primer recorte de tasas por parte de la Fed estadounidense en más de cuatro años (ver página 15). Ese hecho hizo que buena parte de la exposición de Capurro se refiriera a la decisión del banco central y sus implicancias a futuro.
La sorpresa de la decisión de la Fed fue la magnitud del ajuste, aunque buena parte del mercado ya estaba considerando un recorte importante debido a “una preocupación incremental por el riesgo de recesión o de enfriamiento de la economía”.
Capurro reconoció que desde CPA se sorprendieron con el ajuste, que estimaban iba a ser de 25 puntos básicos, debido a que en el pasado “la Fed había errado en su diagnóstico varias veces, por lo que pensábamos que iba a ser muy cautelosa”. En su opinión, la magnitud del ajuste “nos dice algo sobre los riesgos que están sobre la mesa”.
También sorprendió, agregó, porque en su opinión “no hay indicios de que EEUU vaya a una recesión económica”. “Sí hay un enfriamiento del mercado laboral -diría que saludable-, pero la Fed tiene una preocupación grande de hacia dónde va la economía real”, señaló Capurro mencionando las nuevas proyecciones de la entidad, que espera un desempleo más alto a futuro.
Uruguay
Respecto a la economía uruguaya, Capurro señaló que, en términos generales, la actividad viene saliendo de un año de crecimiento bastante magro como lo fue 2023, y para el año en curso se espera un rebote de crecimiento. Así lo reflejaron los datos del segundo trimestre del año, período en el cual el PIB de Uruguay creció un 3,8% medido en términos interanuales, un dinamismo “bastante mayor” al registrado en el trimestre anterior. Fundamentó que ese desempeño está explicado en particular por el efecto de la sequía del año pasado y por el menor diferencial cambiario con Argentina. Sin embargo, advirtió que desde CPA Ferrere esperaban un crecimiento “un poco más alto”, lo que llevó a la firma a recortar la proyección para 2024 a 3%, desde un nivel inicial de 3,5%. “Buena lectura del segundo trimestre, saliendo de esas tasas cercanas a 0%, pero el rebote es un poco menos intenso que lo que anticipábamos”, comentó.
En tal sentido, Capurro señaló que los datos demuestran un problema de fondo que tiene la economía local y es su bajo crecimiento en general. Graficó que si se toma el promedio de los últimos dos años suman “un bienio normal”, apenas superior al 1,5%, levemente mejor que la última década.
“Uruguay está teniendo problemas de crecimiento desde hace un buen tiempo. Es un tema saludable que se discuta en Uruguay, si uno mira los programas de los partidos políticos está en el vértice de todas las agendas, no está fácil la solución, es un tema complejo, pero sí hay conciencia de que Uruguay necesita mejorar su tasa de crecimiento de largo plazo porque, si no lo hace, difícilmente haya recursos genuinos para financiar todos los programas de todos los partidos”, indicó.
Regla fiscal
En materia fiscal, destacó la regla implementada en el marco de la Ley de Urgente Consideración, y afirmó que es la primera vez en la que no se va a cumplir con alguno de sus pilares. “No es algo grave, lo importante cuando ocurra es que explique las razones de ese desvío”, sostuvo Capurro, argumentando que la credibilidad fiscal es algo que “se construye con años”. Además, recordó que este incumplimiento se daría en año electoral, un período en el que históricamente las cuentas públicas “suelen estar más presionadas” y “este año no es la excepción”.
Por otra parte, el economista también resaltó que, más allá de la polémica en torno a su aprobación, la reforma de la seguridad social implementada por el actual gobierno “tuvo la contribución de despejar el riesgo de deterioro fiscal”.
Sin embargo, marcó algunos “pendientes”, como que pese a las promesas de campaña no se logró reducir el gasto público, que por el contrario va a cerrar el quinquenio con un aumento de 1,5%. A su vez, lamentó que si bien el déficit fiscal estructural será menor que en 2019, cerrará por encima de lo planificado, en torno al 3,5% del PIB.
En tal sentido, evaluó que “pese a estos temas pendientes, la próxima administración tiene crédito y tiene tiempo para recomponer el rumbo fiscal”.
Por último, Capurro se refirió al riesgo que implica para la economía local la aprobación del plebiscito de la seguridad social. Aseguró que si bien en el precio de la deuda, sobre todo en dólares, los mercados no están recogiendo el riesgo de la aprobación de la reforma, sí estuvo teniendo impactos en las últimas semanas a nivel cambiario, que se reflejaron en un aumento del valor del dólar, debido al reposicionamiento de los inversores ante algunos riesgos electorales; no respecto a quien gane las elecciones, sino al plebiscito de la seguridad social. “La depreciación del peso uruguayo en setiembre estuvo asociada a salidas de capitales para reducir la exposición al riesgo del plebiscito de la seguridad social”.
En su opinión, su aprobación “implica un riesgo fiscal relevante, entre otras cosas, porque el déficit del BPS convergería al 8%-10% del PIB”.