Tras una década sin lograr crecer de forma significativa, el sector lácteo tiene un potencial de desarrollo importante si invierte sus recursos en mejorar el riego y de esa forma crea un fondo de reserva forrajera. Ello generaría mayor estabilidad en el sector, mejoraría la productividad y funcionaría como un seguro ante inclemencias climáticas. Además, generaría un aumento del 11% de las exportaciones, lo que equivale a más de US$ 100 millones, sumado a un alto impacto indirecto de US$ 133 millones.
El Centro de Estudios para la Realidad Económica y Social (Ceres) publicó ayer jueves el informe “¿Cómo impulsar al sector lácteo en Uruguay?-Beneficios e impacto económico del riego”, un documento en el que se marca que el sector lechero en el país “no ha logrado crecer significativamente en la última década” debido a una serie de factores estructurales y coyunturales. Entre los factores estructurales, el estudio menciona el recambio generacional, la baja capacitación, la escasa incorporación de tecnología, el alto nivel de arrendamiento y el acceso restringido a mercados. Por su parte, entre los factores coyunturales se mencionan la baja demanda de China, factores climáticos y los bajos precios.
El informe señala que el sector cuenta con un fideicomiso “con el objetivo de generar estabilidad en el sector lechero”, establecido por ley por hasta 10 años (desde 2026 a 2036), de una magnitud de unos US$ 50 millones. “Invertir estos recursos en riego sería la mejor alternativa para generar estabilidad, mejorar la productividad y prepararse para inclemencias climáticas”, señala Ceres. En tal sentido, el documento propone invertir en equipos de riego para crear un fondo de reserva forrajera (5.000 hectáreas regadas) que se distribuya principalmente entre pequeños productores que no tienen acceso a una alta disponibilidad de forraje e impulsar el riego a nivel predial y multipredial (6.000 hectáreas), para lograr alcanzar al 25% de los establecimientos.
Impacto directo e indirecto
De acuerdo a las estimaciones de Ceres, esta inversión en riego generaría un aumento del 11% de las exportaciones, lo que equivale a más de US$ 100 millones, sumado a un alto impacto indirecto de US$ 133 millones (es el sector de la economía con mayor impacto indirecto) e inducido.
Además, se plantea un repago por ganancia de productividad para que el fondo se mantenga en el futuro. “Los mecanismos propuestos actúan como fondo anticíclico, y se plantea un repago por ganancia de productividad que permitiría que el fondo se mantenga en el futuro. Además, con mayores probabilidades de sequías severas, el riego sería el mejor seguro para prepararse para el futuro”, señala el informe.
Asimismo, se insta a explorar nuevos mercados: “Con demanda pujante a nivel global, para mejorar la competitividad es necesario aumentar cuotas en mercados existentes o ingresar a nuevos mercados, que deberán ser además destino del aumento en producción que se lograría”.
Como argumento adicional para implementar un plan de estas características, el informe de Ceres hace mención a la exitosa experiencia de Australia, que mostró “claros beneficios de esta alternativa”. “Con la extensión del riego a más de la mitad de los productores, la inclusión de tecnología y mejores prácticas, la cantidad de vacas por hectárea es más del doble que en Uruguay y la producción de leche por hectárea lechera es más del triple”, agrega.