El pasado lunes se llevó a cabo el lanzamiento de la XII Edición del Premio Academia Nacional de Economía. El mismo tiene como objetivo generar consensos clave en áreas como inversión, empleo, temas fiscales, educación, políticas sociales e inserción internacional, asuntos todos que necesitan reformas estructurales y son difíciles de llevar a cabo. La Academia apunta a la participación de los jóvenes.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
El pasado 9 de abril, en los salones de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, se llevó a cabo el lanzamiento de la XII Edición del Premio Academia Nacional de Economía. El evento contó con la disertación de Juan Dubra –PhD de la New York University, profesor de la Universidad de Montevideo, fellow de la Econometric Society-, y los comentarios del Agustín Iturralde –Master por el Instituto Universitario Ortega y Gasset y por la London School of Economics, director Académico del Centro de Estudios para el Desarrollo- y María Dolores Benavente –presidenta de la Academia Nacional de Economía-.
La temática tanto del premio como del ciclo 2018 – y posiblemente también 2019, por ser año electoral- es la búsqueda de consensos clave en temas vitales para el país, como inversión, empleo, temas fiscales, educación, políticas sociales e inserción internacional. La Academia animó a que los jóvenes estudiantes de las carreras de Ciencias Económicas, Economía o Relaciones Internacionales que ya hayan cursado los primeros dos años, o profesionales en estas carreras egresados después de 2013, presenten sus trabajos, que deberán estar enfocados en torno a estos consensos clave. Los ganadores serán nombrados Académicos Supernumerarios de la Academia durante un año, y les será entregado el diploma correspondiente.
“Los elegidos son temas que mucha gente siente que necesitan reformas estructurales y son difíciles de llevar a cabo”, afirmó Juan Dubra en la presentación del premio.
Haciendo alusión a su propia experiencia en el área, dijo que “no todos son éxitos y rosas” y que incluso él ha tenido fracasos a lo largo de su carrera. A pesar de esto, reconoció que el premio es una oportunidad para que los jóvenes se presenten, aprendan y aprovechen de instancias como esta, las cuales sirven para poner ideas sobre la mesa, y que a su turno llevará a investigaciones más rigurosas.
Por último, le dedicó unas palabras a aquellos que deseen postularse al premio: “Hay lugar todavía para gente que se quiere dedicar a la Academia (…) si hay alguna persona joven que se quiera dedicar a esto, quiera empezar, escribir un trabajo, hay lugar y serán recibidos con los brazos abiertos”. A la hora de referirse a las temas, sostuvo que si se piensa cuáles son los desafíos de Uruguay de aquí a 15 años, están todos en los propuestos por la Academia.
A su turno, Agustín Iturralde hizo hincapié en los consensos. En su opinión, estos no son más que “las reformas institucionales que nos debemos como país” y que trascienden un período de gobierno. “Creo que en Uruguay cuando pensamos qué consensos necesitamos no son otras cosas que los grandes desafíos que tenemos atrás nuestro”, enfatizó. De esta manera, se dedicó a profundizar sobre dos de ellos, e invitó a quienes participen del concurso a hacer lo mismo.
En primer lugar, puso foco en la fractura social del país. “Uruguay hoy tiene el triple de rapiñas que durante la crisis del 2002, con un cuarto de pobreza monetaria. Acá hay algo que está haciendo ruido. Hay algo que se nos está fracturando y que en la convivencia social está haciendo mucho ruido. Claramente, la pobreza monetaria no está explicando lo que está pasando en estos campos”, indicó. Si bien detalló que hay “pistas” para analizar –por ejemplo, la atención que Chile le da a la primera infancia, o el rubro de la economía urbana– Iturralde dijo estar convencido que la discusión sobre dicha fractura social es “inmadura”.
Para la Academia Nacional de Economía, sin consensos en temas clave es muy difícil que Uruguay tenga una senda de crecimiento sostenido con equidad.
Luego puso la mira en el tema fiscal, y ahí identificó dos frentes a someter a discusión: la regla fiscal y el “cómo gastamos y medimos ese impacto”. En este sentido, señaló la importancia de incorporar indicadores de resultados y de medición de la calidad del gasto público, ya que el Parlamento, dijo, vota a ciegas.
Cerró su participación afirmando que seguramente los jóvenes pueden tener una mirada más desprejuiciada y sobre todo más pragmática de los temas propuestos. Agregó también que las nuevas generaciones de economistas tienen mucho para aportar y dar un abordaje “muy interesante” que complemente a los que ya están.
El 2018 para la Academia
María Dolores Benavente, titular de la Academia, cerró la lista de oradores. Recalcó la importancia de la participación de los jóvenes en las diferentes actividades de la Academia y expresó su deseo de lograr que el trabajo presentado para el premio sea aceptado como crédito extra para los estudiantes.
Benavente fue más allá del premio y habló también sobre las principales actividades que la Academia tendrá este año. El 8 de mayo dará inicio el ciclo con una conferencia a cargo del presidente de la República, Tabaré Vázquez, y para el mes de junio, el Homenaje de la Academia al primer intento de consensos desde el restablecimiento de la democracia, que fue la Concertación Nacional Programática (Conapro). Este homenaje se realizará en las personas de cuatro de sus representantes: Carlos Baraibar (Frente Amplio), Hugo Fernández Faingold (Partido Colorado), Luis Ituño (Partido Nacional) y Eduardo Pérez del Castillo (Unión Cívica). El ciclo continuará con mesas de discusión en las diferentes universidades.
Posteriormente, se refirió a las actividades de Pharos –el Centro de Análisis y Propuestas de la Academia– para este año. Se publicará, por un lado, el informe de Indicadores de Competitividad Departamental en Uruguay; por otro lado, un Análisis de la gestión presupuestal y del gasto público en Uruguay, junto con propuestas para mejorar su efectividad.
En diálogo con CRÓNICAS, Benavente se refirió a los desafíos que le deparan a la Academia en 2018, y afirmó que “no están separados de los del país”. Además de los consensos previamente mencionados, considera que uno de los principales desafíos es “incorporar gente joven a la Academia como forma de bajar la edad promedio de los académicos”. En este sentido, reconoció que “están trabajando en ello”, y puso como ejemplo el premio lanzado y las mesas redondas en las diferentes universidades.