La economía de EEUU se desacelera y crece sólo 0,5% en el tercer trimestre

Consenso demócrata > Biden presenta un plan fiscal por US$ 1,85 billones

El Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU se desaceleró en el tercer trimestre del año al crecer 0,5% respecto al trimestre anterior y 2% medido en términos interanuales, según la información oficial publicada ayer jueves. Se trata del crecimiento trimestral más débil en el país desde el inicio de la recuperación económica en el segundo trimestre de 2020. En otro orden, el Gobierno estadounidense parece haber alcanzado un acuerdo para su plan de gasto social y medioambiental, reduciéndolo a US$ 1,85 billones, y que incluye impuestos a las rentas altas y a la recompra de acciones.La economía de EEUU venía mostrando un importante dinamismo, pero los últimos datos daban cuenta de cierta ralentización de la actividad económica. Ya en setiembre, la Reserva Federal (Fed) estadounidense había recortado sus estimaciones de crecimiento para el 2021 a 5,9% desde el 7% que pronosticaba en el mes de junio.

En ese sentido, los datos oficiales divulgados ayer jueves por la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio, parecen confirmar el enfriamiento. En el tercer trimestre del año se registró un tibio crecimiento de 0,5% respecto a los tres meses anteriores, marcando una desaceleración respecto a la expansión de 1,6% que había registrado en el segundo trimestre del año. Por su parte, medido en términos interanuales, el crecimiento del tercer trimestre fue de 2%, dato sensiblemente inferior al 6,7% registrado en el segundo trimestre del año.

Según informó la agencia de noticias EFE, se trata del crecimiento trimestral más débil en el país desde el inicio de la recuperación económica en el segundo trimestre de 2020.

Los pronósticos además se ubican por debajo de las estimaciones del mercado, que luego de un recorte en sus proyecciones, esperaban un crecimiento interanual de 2,8%.

Los datos son los primeros de una serie de tres cálculos sobre la actividad económica trimestral. Desde la BEA se entiende que la desaceleración del PIB se explica por el impacto que está teniendo el aumento de los contagios de covid-19 por la llegada de la variante delta y el fin de la mayoría de los programas de respaldo económico aportado por el Gobierno estadounidense. Además, la economía estadounidense se está viendo afectada por los problemas generados en las cadenas de suministro globales, que han impedido que los negocios retomen una actividad normal, tras el golpe que les ocasionó la pandemia.

Gasto del consumidor

El avance en la economía estadounidense en el tercer trimestre reflejó los incrementos de la inversión en inventarios privados, los gastos de consumo personal, el gasto de las administraciones estatales y locales o la inversión fija no residencial, que se vieron parcialmente compensados por los descensos de la inversión fija residencial, el gasto de las administraciones públicas federales y las exportaciones. Las importaciones, que tiene un efecto negativo en el cálculo del PIB, aumentaron.

El gasto del consumidor, que representa dos tercios de la economía estadounidense, avanzó solo un 1,6% (interanual) frente al 12% registrado en el segundo trimestre, debido a la caída de vehículos de motor, los servicios de alimentación y el alojamiento. De hecho, el gasto en bienes se contrajo un 9,2% en su tasa interanual debido a la fuerte caída en el desembolso de bienes duraderos (-26,2%). La debacle estuvo moderada por el consumo en bienes no duraderos y servicios.

El índice de precios del PCE aumentó un 5,3%, frente a un aumento del 6,5% en el segundo trimestre. Si se excluyen los precios de los alimentos y la energía, la lectura subyacente aumentó un 4,5%, frente a un incremento del 6,1% registrada entre los meses de abril a junio.

Paquete

En otro orden, tras semanas de negociaciones, el Gobierno del presidente estadounidense Joe Biden revisó su plan de gasto social y medioambiental reduciendo su tamaño a US$ 1,75 billones, y que llega a US$ 1,85 billones si se incluye la partida destinada a inmigración. El plan original ascendía a US$ 3,5 billones, y con esta reducción, espera lograr los consensos necesarios para su aprobación en el congreso.

Con este aparente acuerdo se finalizan meses de disputas a la interna del Partido Demócrata y contiene un amplio conjunto de programas que, si se promulgan, tendrán un profundo impacto en las familias con niños, los estadounidenses de bajos ingresos y la economía de las energías renovables.

Entre las medidas que sobreviven al plan original se incluyen acceso a educación preescolar universal para todos los niños de tres y cuatro años, financiado durante al menos seis años. También el cuidado infantil subvencionado que limite lo que pagan los padres al 7% de sus ingresos y una prórroga de un año del actual crédito fiscal ampliado por hijos, que afecta a unos 35 millones de hogares en todo el país.

Al mismo tiempo, se amplían los créditos fiscales durante 10 años para la energía limpia residencial y de los servicios públicos, incluidos los vehículos eléctricos. Además se prorrogan durante cuatro años las actuales subvenciones de la Ley de Asistencia Asequible relacionadas con la pandemia y se permitirá que el servicio de salud público Medicare cubra los costos de los problemas relacionados con la audición.

El proyecto también impondría un impuesto mínimo del 15% sobre los beneficios de las grandes empresas, adoptará el impuesto mínimo global del 15% negociado por la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y aplicará una tasa impositiva adicional del 5% a los ingresos individuales superiores a US$ 10 millones y de 8% en los ingresos superiores a US$ 25 millones. Se incluye, además, un recargo del 1% sobre la recompra de acciones por parte de las empresas, ya que el gobierno de Biden considera que «los ejecutivos utilizan con demasiada frecuencia para enriquecerse en lugar de invertir en los trabajadores y hacer crecer sus negocios».