Tras una primera mitad de 2023 con problemas de crecimiento, en el segundo semestre se logró un aumento consolidado de la actividad, aunque, de todas formas, el año habría cerrado con un “crecimiento marginal, (…) más cercano al 0% que al 1%”, según el informe elaborado por el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres). Para 2024 se espera un repunte de la actividad en la medida que queden atrás los efectos negativos del año pasado, aunque “persistirán problemas de competitividad para la industria agroexportadora y el turismo”.
El Índice Líder de Ceres (ILC) registró un aumento de 0,3% en el mes de diciembre, lo que representó la tercera suba mensual consecutiva y permite afirmar que el 2023 cerró con un incremento del nivel de actividad. Asimismo, el Índice de Difusión (que mide la proporción de variables que componen el ILC que registraron una expansión de la actividad) se ubicó en 70%, lo que refleja que el aumento del índice en el último mes del año se apoyó sobre “una base amplia de variables”.
El ILC es un indicador adelantado del nivel de actividad, que se utiliza para predecir cambios en el ciclo económico. El mismo no permite realizar proyecciones cuantitativas sobre los niveles de la actividad económica, sino que está diseñado para dar señales sobre el signo de la evolución de la actividad económica general.
El informe elaborado por Ceres, destaca que luego de una primera mitad de año con problemas de crecimiento, principalmente como consecuencia de la sequía, en el segundo semestre se logró un aumento consolidado. Sin embargo, también señala que la economía habría cerrado el 2023 con un “crecimiento marginal, (…) más cercano al 0% que al 1%”. “Además del impacto negativo a raíz de la histórica sequía, el diferencial cambiario con Argentina golpeó al consumo y turismo local, los problemas de competitividad y una menor demanda internacional y precios afectaron a las exportaciones, y la parada de la refinería de Ancap desde setiembre y por varios meses generó una merma en la actividad”, resume Ceres. Del otro lado de la balanza, se destaca que el mercado laboral se mantiene firme, con casi 40 mil ocupados más que un año atrás y con la normalización de los salarios reales. Impulsado por lo anterior, el consumo privado colaboró para amortiguar los factores negativos.
Pensando en el 2024, se espera que haya un repunte de la actividad dado que quedarían atrás los efectos negativos de la sequía y comenzarían a ceder algunas presiones perjudiciales para la actividad, como el encarecimiento relativo con Argentina y la parada de la refinería de Ancap. Asimismo, las exportaciones y la producción industrial tendrán el impulso de la producción plena de UPM II, así como la concreción de otras inversiones. Sin embargo, se advierte que “persistirán problemas de competitividad para la industria agroexportadora y el turismo”.
Indicadores sectoriales
En cuanto a los principales indicadores sectoriales incluidos en el informe de Ceres, se destaca que el año pasado las exportaciones cayeron 13% en comparación con 2022, debido mayormente al colapso en las ventas de soja. La producción industrial de noviembre fue menor a octubre (medido en términos desestacionalizados) pero creció en términos interanuales. La construcción se contrajo en el tercer trimestre de 2023, en relación con el mismo período de 2022. La recaudación en DGI por IVA bajó en noviembre (desestacionalizado) pero fue superior a un año atrás. El consumo de energía eléctrica en noviembre bajó en residencias y subió en industrias, en tanto que las ventas de gasoil y de nafta descendieron mensual e interanualmente en noviembre. El movimiento de ómnibus en Tres Cruces aumentó en noviembre (desestacionalizado) e interanual, mientras que la venta de boletos en Montevideo y zona metropolitana disminuyó en noviembre.