La elevada inflación y una actividad robusta posponen los recortes de tasa en EEUU

“Argentina, de momento, va bien”

En su informe mensual del Escenario Macroeconómico Mundial, el banco Itaú describe que la persistencia de presiones inflacionarias y la solidez económica, llevan a la Fed a postergar los recortes de tasas en EEUU, mientras que, en Europa, un contexto de debilidad de la actividad y moderación de la inflación, hacen que el inicio de recortes posiblemente comience en junio. “El ciclo de recortes del BCE, más pronunciado que el de la Fed, junto a una actividad débil, debería traducirse en una mayor debilidad del euro a futuro”. Para China, se destaca un mejor nivel de actividad pero persiste la incertidumbre, y en América Latina se visualiza un escenario adverso.

Para EEUU, se modificó la expectativa de recortes de tasas, que estaba previsto para junio, para el mes de diciembre, y se siguen proyectando tres recortes en 2025. “La fortaleza de la actividad, junto con una inflación más persistente, deberían llevar a la Reserva Federal (Fed) a esperar más tiempo y recopilar más datos, a fin de tener la confianza suficiente para iniciar el ciclo de recortes de tasa en el país”. Una de las razones de la solidez en la actividad es el aumento de la inmigración en los últimos años, lo cual eleva el PIB potencial a través de un crecimiento más rápido de la mano de obra. Este fenómeno también estaría detrás de los buenos números de empleo, en particular en el sector industrial.

Pese a las mejores perspectivas por el lado de la oferta, la inflación sorprendió al alza por tercer mes consecutivo en marzo. “La persistencia de la alta inflación, la cual sigue en niveles superiores a la meta, aumenta las dudas de que el repunte en la inflación visto en la primera parte del año haya sido transitorio”, advierte el informe. En tal sentido, si bien se sigue esperando un descenso de la inflación subyacente en los próximos meses, se advierte que la “trayectoria podría ser aún más errática al considerar una actividad resiliente, y con salarios aún bajo presión, en medio de recientes sorpresas al alza”.

En este escenario de actividad robusta e inflación persistente, se interpreta que la Fed necesitará más tiempo para recuperar la confianza en la trayectoria de desinflación, retrasando así el inicio de los recortes de tasas de interés.

Europa

En el caso de Europa, se proyecta que los recortes de tasas comenzarán en junio en un contexto de debilidad de la actividad y de moderación de la inflación. Los indicadores adelantados, como las encuestas de PMI, observaron una mejora en el primer trimestre a impulso de los servicios, mientras que los avances en el sector industrial siguen siendo modestos. Estos indicadores marcan un PIB estable a inicios de 2024, creciendo “a un ritmo aún lento, aunque abandonando el terreno negativo”. En concreto, se proyecta un crecimiento de 0,5% este año.

En cuanto a la inflación, se estima una moderación que permitirá recortes de tasas a partir de junio. “El ciclo de recortes del BCE, más pronunciado que el de la Fed, junto a una actividad débil, debería traducirse en una mayor debilidad del euro a futuro”, señala el equipo técnico de Itaú.

En el caso de otras economías desarrolladas, se constata un desacople de su política monetaria respecto a la Fed, al anunciar que pronto recortarán la tasa. Sin embargo, el Banco de Japón se mueve en dirección contraria y deja atrás las tasas negativas.

China

En cuanto a la economía del gigante asiático, se destaca una mejora de la actividad en el primer trimestre del año, pero se advierte por “un escenario de persistente incertidumbre”. En enero-marzo, el PIB chino creció un 5,3% anual, lo que da cuenta de mejores perspectivas de dinamismo de la actividad, siendo los sectores manufactureros y de infraestructura los más dinámicos.

Sin embargo, se alerta que el modelo de crecimiento implantado por China en los últimos años -fomentar la infraestructura nacional y la industria manufacturera para compensar la desaceleración del sector inmobiliario- tuvo importantes repercusiones en la economía mundial, y se plantean dudas sobre cuánto tiempo se mantendrá. Por un lado, China tiene un exceso de capacidad de producción en múltiples industrias (como automóviles eléctricos, baterías, paneles solares), lo que crea una presión negativa sobre los precios internacionales de los artículos manufacturados. A su vez, un entorno geopolítico mundial más complejo probablemente desencadenará respuestas proteccionistas de otros países, frenando las exportaciones chinas. Por último, los buenos resultados del sector nacional manufacturero y de infraestructura tienen un límite para compensar la debilidad del sector inmobiliario. Si bien las ventas inmobiliarias diarias mejoraron algo en marzo, se necesitan más pruebas de la estabilización del sector. En este contexto, Itaú mantiene sus proyecciones de crecimiento en 4,7% en 2024 y 4,5% en 2025.


“Déjà vu” de América Latina

En el caso de América Latina, el banco Itaú está marcando un “déjà vu”. “Desde nuestra última revisión mensual, la principal novedad fue (nuevamente) otro aplazamiento en la estimación del mercado sobre el inicio del ciclo de flexibilización de la Fed (…). Al considerar nuestra previsión de menos recortes de la Fed para este año, un dólar más fuerte y mayores riesgos inflacionarios derivados de los precios spot del petróleo (en medio de una elevada incertidumbre geopolítica), prevemos una mayor cautela en los ciclos de flexibilización actualmente en curso en la región”, se explica.

Los bancos centrales de toda la región seguirán relajando la política monetaria.

El debilitamiento de la trayectoria cambiaria, junto a factores idiosincrásicos propios de cada país, llevaron a ajustar al alza las previsiones de inflación para 2024 en Chile (+60pb a 4,2%) y Colombia (+40pb a 5,2%). También se revisaron al alza nuestras previsiones de inflación para 2024 y 2025 en Brasil a 3,7% y 3,6% respectivamente (+10pb en cada año).

Respecto a Argentina, Itaú evalúa que “de momento, va bien”. “El programa de estabilización avanza, produciendo una mejora más rápida de lo esperado en los datos nominales y una consolidación fiscal sin precedentes, contribuyendo a una recuperación de los activos argentinos. La inflación mensual se desaceleró, favorecida por la apreciación de la moneda, mientras que la balanza presupuestaria fue positiva en los dos primeros meses del año”, explica el informe.

Actualmente, se prevé un superávit fiscal primario de 0,5% del PIB en 2024 (frente a 0% del PIB en nuestro escenario anterior), ya que se sigue esperando que la economía se contraiga 3% este año, con la presencia de “riesgos a la baja teniendo en cuenta la enorme consolidación fiscal y el descenso de los salarios reales”.

Se espera una inflación de 180% para fines de 2024, con riesgos al alza, frente a 211,4% en 2023, y se bajó la estimación de tipo de cambio nominal a 1.500 pesos/dólar para fin de 2024 (frente a 1.695 pesos del escenario anterior).

“Las perspectivas macroeconómicas continúan siendo frágiles, y la confianza de la población en el Gobierno, que sigue siendo elevada, se verá puesta a prueba por los efectos del escenario de estanflación en los próximos meses”, concluye el informe.