El subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, recalcó el hecho de que la inflación se encuentre en el rango meta unos meses después de acabado el plazo que había marcado el gobierno. Sobre el comportamiento de la economía dijo que “nuestro crecimiento ya no es el promedio simple del crecimiento de nuestros vecinos, como era antes”, y celebró que Uruguay se haya “despegado” de los números de la región.
Por Adolfo Umpiérrez | @AdolfoUmpierrez
“El déficit fiscal es nuestra mayor preocupación”, dijo Pablo Ferreri, subsecretario de Economía y Finanzas este miércoles ante un auditorio lleno de autoridades y empresarios en el último desayuno de ADM, al mismo tiempo que agregó que en la Rendición de Cuentas que hoy tiene media sanción “solo se incrementó el gasto para áreas prioritarias”, con el cometido de conseguir en 2018 una rebaja efectiva en el déficit fiscal.
A su vez, Ferreri recalcó que es importante mantener cierta estabilidad macroeconómica y fiscal, de lo contrario se correrían muchos riesgos. A propósito, el número dos en Economía resaltó la importancia de que la inflación se encuentre, hoy, dentro del rango meta establecido por el Banco Central del Uruguay de entre 3% y 7%. “Demoramos algunos meses más de lo previsto, pero hoy se encuentra allí”, resaltó.
Además, el jerarca destacó que, en relación con la región, “Uruguay tomó impulso y pudo despegarse de ella”, y se refirió a la diferencia que existe hoy entre el comportamiento de las economías de Argentina y Brasil, con la de Uruguay. “Nuestro crecimiento ya no es el promedio simple del crecimiento de nuestros vecinos, como era antes”, recalcó.
¿No se nota?
En relación a la recuperación que está demostrando la economía luego de dos años marcados por una desaceleración que dejaron a Uruguay con un escaso crecimiento, Ferreri aseguró que desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), se siguen “muy de cerca” algunos resultados en el “estado de ánimo” de los consumidores, por ejemplo, y también las encuestas de perspectivas de inversión de los empresarios, que generan las gremiales empresariales.
“Lo cierto es que muchas veces estos datos muestran cierto rezago respecto a la realidad. Cuando Uruguay estaba en un proceso de desaceleración veíamos que los números no se habían deteriorado del todo, y cuando empezó un proceso de recuperación, la confianza tampoco se puso a tono con eso”, destacó.
A su vez, Ferreri resaltó que, si bien puede haber “sensaciones térmicas” en algunos puntos de la actividad que no se corresponden con la realidad económica, “es nuestro objetivo desplegar políticas públicas para generar esas miradas más optimistas y que a futuro se puedan concretar en realidad”, y agregó: “Nuestro trabajo no solo es administrar lo que hay sino transformar la realidad y en base a eso es que aplicamos las políticas públicas y esperamos que puedan tener resultados para generar conductas en los aspectos económicos privados de los ciudadanos, que vayan en línea con lo que queremos. Queremos despertar esa capacidad latente que tenemos”, dijo.
El trabajo preocupa
A su vez, el escenario de recuperación tiene dos variables que aún significan un conflicto para el gobierno. Los niveles de competitividad y de trabajo tienen su cuestionamiento por parte de empresarios y trabajadores. En base a esto, Ferreri aseguró que desde el MEF se monitorean constantemente los indicadores que muestran los niveles de remuneración y de creación de empleo. “En términos de salarios estamos muy conformes con cómo estamos. Hubo una recuperación importante del nivel salarial. Ahora bien, sí estamos preocupados y ocupados con los niveles de empleo. Uruguay tiene niveles de desempleo importantes y por los que tenemos que trabajar”, aceptó el jerarca al mismo tiempo que recalcó que es importante, hoy en día, aumentar el empleo tanto en relación a la producción como a los servicios. “Hoy las políticas tienen una repercusión en los niveles de competitividad. Vemos las torres que se empiezan a construir en Punta del Este porque ahora se volvieron competitivas”, aseguró.
De todas maneras, Ferreri afirmó que desde la cartera se está trabajando para reducir algunos costos a la producción como es el caso de las tarifas públicas “que si miramos a todas ellas en los últimos 10 años, en términos reales, han tenido una disminución. En algunos casos entendemos que tenemos que seguir trabajando en ellas. En esa línea hemos comenzado a trabajar con la rebaja del 8% en el gasoil o los decretos vinculados a la utilización intensiva de la energía eléctrica” para la industria nacional.
Consultado por la reforma laboral que encabezó el gobierno de Michel Temer en Brasil, Ferreri dijo que, si bien no haría comentarios en base a la reforma propiamente dicha, “las mejoras en la competitividad y la productividad tienen que estar asociadas a la reducción de costos por ser más eficiente y la capacidad de generar mayor capacidad educativa para agregar valor a los productos y servicios que buscamos. No concibo el desarrollo si esto significa el retroceso en los derechos de las personas”, concluyó.
Uruguay va a pagar
En referencia al artículo 15 de la Rendición de Cuentas, que ha generado grandes controversias, Ferreri aseguró que no va a comprometer la capacidad de financiamiento del Uruguay. “Este artículo hace un agregado al artículo 15 del Tocaf, que establece el mecanismo mediante el cual el Estado paga las sentencias judiciales. Este artículo establecía que podía pagar sentencias aún si no tenía los créditos presupuestales para pagarlos. Lo que se puso es un aditivo que dice que, en el caso de sentencias mayores a los 10 millones de dólares el Estado podrá provisionar en la próxima instancia presupuestal y pagar en el ejercicio siguiente”, explicó.
Así, Ferreri aseguró que esto afectará a una pequeña minoría de los juicios que pierde el Estado, que requieren montos que, para un país como Uruguay significan un esfuerzo importante. “Para el caso de estas sentencias de 10 millones de dólares, parece lógico que el Estado se pueda aprovisionar y pagar al año siguiente. Se dota de certezas a la hora de los pagos, por lo tanto, solo se difiere un año cuando hay sentencias mayores a los 10 millones de dólares. Esto no es en todos los casos, el Estado podrá pagarlo inmediatamente si hay recursos, si no, se pagará al año siguiente”, recalcó.