El oficial de Asuntos Económicos de la Unidad de Integración Económica de la División de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Sebastián Herreros, estuvo en Montevideo esta semana y conversó con CRÓNICAS acerca del futuro de las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur, y las consecuencias de la renegociación del Nafta, tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Por Adolfo Umpiérrez | @AdolfoUmpierrez
Las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea para llegar a un acuerdo de liberalización comercial están próximas a cerrarse para dar lugar a un tratado entre la potencia económica europea y el bloque sudamericano. Desde la Cepal, el cierre de las negociaciones es seguido con especial interés. “Después de 15 años están entrando en una fase decisiva y esperamos que prospere”, dijo a CRÓNICAS Sebastián Herreros, oficial de Asuntos Económicos de la Unidad de Integración Económica de la División de Comercio Internacional e Integración, de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
“También vemos que de la mano de los cambios que han ocurrido en los propios países del Mercosur, hoy hay más apertura a explorar acuerdos con socios extrarregionales que hasta hace algunos años. Hoy está pasando con Corea del Sur, Canadá y con la Asociación Europea de Libre Cambio [integrado por Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein] hay cierto cambio y ese cambio va en la línea de lo que eran las preocupaciones de Uruguay en tanto economía pequeña del bloque”, agregó.
En el Mercosur “nadie está encarcelado. Los mecanismos de integración son clubes en los cuales uno voluntariamente decide entrar o decide retirarse llegado el caso”, agregó Herreros al tiempo que aceptó que las economías más pequeñas tienen necesidades distintas a las más grandes dentro del bloque y por esto es entendible que Uruguay tenga “un mayor deseo de ir más rápido en las agendas de negociación, que Brasil y Argentina”. Para Herreros, es importante, de todos modos, no menospreciar los beneficios, que pertenecer al Mercosur, le ofrece a Uruguay. “Entiendo que pueden tener costos, pero para una economía de tres millones de habitantes, tener acceso a un mercado como el de Brasil es muy importante”, sostuvo.
Herreros confía en que el acuerdo con la Unión Europea terminará de cerrarse. “No tenemos, en la Cepal, información suficiente para evaluar las negociaciones con la Unión Europea, pero uno conversa con gente que sigue estos procesos y parece ir entrando en tierra derecha”, comentó. De todas formas, el experto consideró que la última parte de las negociaciones es la más difícil, “porque es cuando hay que decidir cuánto le va a dar la Unión Europea al Mercosur en cada ítem que al Mercosur le importa, y la contrapartida de eso: qué le va a ofrecer el Mercosur a Europa en industrias, buen acceso a la contratación pública, entre otras cosas”. En ese sentido, expresó: “Tengo la sensación de que esto está en una fase muy avanzada, pero por ser la más avanzada es la más difícil porque todos los temas más fáciles ya están zanjados. Ahora quedan pocos, pero complicados”.
Aliarse al Pacífico
Tras la Salida de Estados Unidos del TPP, la Alianza del Pacífico, integrada por Chile, Perú, Colombia y México (de los cuales solo Colombia no participa del TPP), salió al cruce y encontró una oportunidad. “Es importante saber que no existe una relación institucional de la Alianza del Pacífico con el TPP, […] pero salvando este detalle creo que los países de la Alianza han sido bien proactivos en cuanto a la salida de Estados Unidos del TPP, lo que fue un mazazo para todos. La demostración más evidente de esta proactividad ha sido la decisión que tomaron los presidentes en la Cumbre de Cali de iniciar negociaciones con algunos países para incorporarlos a la alianza en calidad de Estados Asociados como Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Singapur, todos integrantes del proceso del TPP. Se podría decir que desde la Alianza del Pacífico se está haciendo un intento por recomponer el TPP”, sostuvo Herreros en un panel que compartió con tres analistas internacionales en la Universidad Católica del Uruguay. De todos modos es importante recordar que el TPP aún existe y las negociaciones continúan en el ahora conocido como TPP II: “Debo confesar que era bastante escéptico de que pudiera llegar a buen puerto, pero evidentemente hay una posibilidad de que el acuerdo se ponga en vigor con algunas modificaciones y sin Estados Unidos”, aceptó Herreros.
Durante el panel se manejó la posibilidad, incluso, de que el proceso de integración al que el Mercosur busca acercarse cada vez más, pueda ser un puente para los otros países para llegar al mercado asiático: “Depende mucho qué entendemos por puentes o plataforma, a veces se usa muy livianamente el término, pero no sabemos de qué estamos hablando. Si entendemos como puente el hecho de que una empresa uruguaya se instale en Chile para poder exportar a Asia, libre de aranceles, bueno entonces sí. Pero eso depende de qué país y de qué industria estemos hablando. Brasil es el principal exportador sudamericano a Asia y no necesita pasar por ningún país de la Alianza”, sentenció al mismo tiempo que agregó que la Alianza del Pacífico, como tal, no tiene vinculaciones comerciales con Asia, sin embargo, los países que la integran los tienen por sí mismos y en distintas medidas.
La región en vilo por Trump
Herreros analizó, además, las posibles consecuencias de las políticas comerciales de Trump con América Latina. Para el jerarca de la Cepal, la asunción de Trump a América Latina le trajo, eventualmente, mucho más que la renegociación del Nafta. “Allí el resultado de la negociación tiene que ser que México le exporte menos a Estados Unidos e importe más desde Estados Unidos. Los métodos para llegar a eso están por verse, pero el objetivo de por qué está sentado a la mesa con Canadá y México es muy claro”, sentenció.
De esta manera “el resto de América Latina está expectante y con justa razón porque lo que ocurre con el Nafta puede ocurrirle al resto de los países que tienen acuerdos con Estados Unidos. No es descartable que una vez alcanzado un acuerdo de renegociación del Nafta, después comiencen a mirar el acuerdo de Estados Unidos con Colombia, con Chile, con Perú, con Centroamérica. Claro que hasta ahora no ha habido impactos directos, pero la negociación del Nafta, y sobre todo la óptica con la que Estados Unidos lo está mirando es un cambio muy grande para la región, no solo para México”, concluyó.