El ministro de Trabajo, Ernesto Murro, calificó el proceso de formalización del trabajo en Uruguay como un proceso “notable” en los últimos once años, en el marco de un panel organizado por la Universidad Católica del Uruguay. A su vez, analistas de la Universidad de la República y la Universidad ORT, expusieron acerca de cómo la formalización del mercado laboral impacta en la desigualdad y el acceso al crédito de las empresas.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, aseguró que el proceso de formalización del trabajo en Uruguay ha sido un proceso “notable” tras haber incorporado a 500 mil personas al sistema de seguridad social, en los últimos once años, en un país con tres millones de habitantes.
A su vez, el jerarca resaltó la importancia de ser el único país de la región en el que la informalidad en las mujeres es menor que en los hombres, lo que fue retomado por el economista Néstor Gandelman, de la ORT, quien aseguró que, si bien las mujeres tienen menores niveles de informalidad laboral en Uruguay, todavía es necesario trabajar por la cantidad de mujeres que continúan sin ingresar al mercado laboral, ni siquiera de manera informal.
Por otra parte, el ministro resaltó los avances que se han generado en el BPS en los últimos 20 años, y que han permitido que la formalidad crezca. “Hasta el año 92 los directores políticos del BPS tenían 25 despachos urgentes de jubilaciones por mes y cerca de las sucursales del BPS en el Interior estaban los clubes políticos con los testigos que iban a declarar lo que fuera necesario para que las jubilaciones salieran”, recordó. Además, sostuvo que la formalización laboral es parte de un proceso de crecimiento con equidad social. “No queremos crecimiento sin contemplar los derechos de los trabajadores, como han crecido México, Perú, Paraguay o Chile”, sostuvo.
Además, Murro sostuvo que hay quienes aseguran que la informalidad se termina con la extensión de las inspecciones, “pero Uruguay para eso ha mejorado el funcionamiento de la DGI y el BPS”, que según Murro también son necesarios y acompañan el aumento de las inspecciones laborales que se puedan hacer. A su vez, destacó que “Uruguay ha bajado la morosidad, y sin recurrir a leyes de amnistía como existe en otros países”.
En la conferencia realizada en la Universidad Católica del Uruguay con motivo del lanzamiento de la Edición 2017 de la maestría en Políticas Públicas, también participó el economista Rodrigo Arim, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Universidad de la República, quien mostró la relación entre el aumento de la formalidad y la reducción de la desigualdad en Uruguay, en los últimos años.
A su vez, el economista Gandelman expuso cómo el desarrollo financiero y la posibilidad de acceder a créditos de parte de las empresas, alienta también a la formalidad. “Si hay más crédito disponible, para una empresa es más costoso permanecer subregistrada porque no puede beneficiarse del acceso al crédito, entonces en épocas donde no hay crédito estas no pierden nada. Sin embargo, en épocas en las que hay crédito barato y abundante, las empresas pueden tener un interés, aunque sea para mantener el acceso al crédito financiero y tener sus papeles en regla, detrás de esto hay un impacto en la formalidad de la empresa”, sostuvo.