Los economistas Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson recibieron el Premio Nobel de Economía 2020 por «sus mejoras en la teoría de subastas e invenciones de nuevos formatos de subastas». Sus trabajos no solo contribuyeron a entender «cómo funcionan las subastas y por qué los postores se comportan de cierta manera», sino que han utilizado además sus descubrimientos teóricos «para inventar formatos de subastas completamente nuevos para la venta de bienes y servicios».
Los estadounidenses Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson obtuvieron el Premio Nobel de Economía de este año por «sus mejoras en la teoría de subastas e invenciones de nuevos formatos de subastas», según anunció la Real Academia de Ciencias de Suecia. Ambos expertos “han mejorado la teoría de las subastas e inventado nuevos formatos de subastas, beneficiando a los vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo».
Utilizando la teoría de las subastas, los investigadores intentan comprender los resultados de las diferentes reglas de licitación y precios finales, el formato de subasta. Un análisis «difícil», como ha destacado la prestigiosa institución, porque «los postores se comportan estratégicamente, en base a la información disponible». «Toman en consideración tanto lo que saben ellos mismos como lo que creen que saben otros postores», explicó la Academia.
De esta forma, Milgrom y Wilson no solo han aclarado «cómo funcionan las subastas y por qué los postores se comportan de cierta manera», sino que han utilizado además sus descubrimientos teóricos «para inventar formatos de subastas completamente nuevos para la venta de bienes y servicios».
De esta forma, el presidente del Comité del Premio, Peter Fredriksson, afirmó que los descubrimientos de Milgrom y Wilson «son de gran beneficio para la sociedad». «Comenzaron con la teoría fundamental y luego utilizaron sus resultados en aplicaciones prácticas, que se han extendido por todo el mundo», destacó.
La Real Academia de Ciencias de Suecia recordó que en 1994, las autoridades estadounidenses utilizaron por primera vez uno de los formatos de subasta de ambos galardonados ahora para vender frecuencias de radio a operadores de telecomunicaciones y que, desde entonces, muchos otros países han seguido su ejemplo.
Maldición del ganador
En la actualidad, Milgrom y Wilson trabajan en la Universidad de Stanford, en California Estados Unidos. La Academia sueca destacó que Milgrom «formuló una teoría más general de las subastas que no solo permite valores comunes, sino también valores privados que varían de un postor a otro».
Respecto a Wilson, resaltó que su trabajo ha mostrado «por qué los postores racionales tienden a colocar ofertas por debajo de su mejor estimación del valor común: están preocupados por la maldición del ganador, es decir, por pagar demasiado y perder».
Paul Milgrom se licenció en Matemáticas en la Universidad de Michigan y se especializó en Estadística en la de Stanford, donde se doctoró en Economía, mientras que Robert B. Wilson se licenció en Matemáticas en la Universidad de Harvard, donde se doctoró en 1963, para incorporarse años después a la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford, donde ha desarrollado su carrera.
Un Nobel que no es Nobel
El Premio Nobel de Economía no es realmente un Premio Nobel, ya que no fue creado en por Alfred Nobel. Su nombre real es Premio de Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, pero se lo entiende como un Nobel ya que se anuncia en el calendario de los demás premios y consta de una remuneración de US$ 1,1 millones al igual que los restantes.
El Nobel de Economía fue instituido en 1968 a partir de una donación a la Fundación Nobel del Banco Nacional de Suecia con motivo de su 300 aniversario.
La primera vez que la Real Academia de Ciencias de Suecia otorgó el galardón fue en 1969. Desde entonces ha entregado un total de 52 galardones a 86 personas diferentes.
Los primeros ganadores fueron Ragnar Frisch y Jan Tinbergen. El año pasado, el premio fue otorgado a Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer «por su enfoque experimental para aliviar la pobreza global».
Duflo se convirtió así en la persona más joven (con 46 años) y en la segunda mujer en recibir el galardón en la historia. La primera mujer en obtenerlo fue la estadounidense Elinor Ostrom en 2009.