La Unión Europea (UE) mostró su preocupación por el reconocimiento del Reino Unido de que podría infringir el derecho internacional al ignorar partes de su tratado de salida del bloque. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se manifestó “muy preocupada por los anuncios del Gobierno” y agregó que esa decisión “rompería el derecho internacional y socavaría la confianza”.
El proceso del Brexit, la salida del Reino Unido de la UE, vuelve a generar tensiones en el viejo continente y las críticas vuelven a caer sobre el polémico primer ministro británico, Boris Johnson.
El nuevo foco de conflicto se centra en un proyecto de ley sobre los mercados internos, que establece explícitamente la posibilidad de que Londres ignore el derecho internacional, ya que establece que ciertas disposiciones “tendrán efecto a pesar de la incoherencia o incompatibilidad con el derecho internacional u otro derecho interno”.
De esta forma, Londres hace oídos sordos a las advertencias de la Comisión Europea (CE), el brazo ejecutivo de la UE, respecto a que la violación del tratado impediría que se materializase un acuerdo comercial. El Gobierno británico, entiende que el derecho internacional se infringiría “de manera muy específica y limitada”, según consignó la agencia de noticias Reuters.
La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, señaló a través de la red social Twitter que estaba “muy preocupada” por los anuncios del Gobierno británico sobre sus intenciones de incumplir el Acuerdo de Retirada. “Esto rompería el derecho internacional y socavaría la confianza. Pacta sun servanda = base de relaciones futuras prósperas”, señaló Von der Leyen, haciendo referencia a una máxima en latín que significa que “los acuerdos deben cumplirse”, un principio básico del derecho internacional.
La publicación del proyecto de ley el día en que el principal negociador de la UE llegó a Londres para una nueva ronda de conversaciones comerciales, sugiere que Boris Johnson podría estar tratando de incitar al bloque a salir dando un portazo de las negociaciones. Sin embargo, fuentes de la UE consignadas por la citada agencia, indicaron que no buscarían una suspensión.
Johnson aseguró al Parlamento que el proyecto implica “una red de seguridad legal para proteger a nuestro país contra interpretaciones extremas o irracionales” del protocolo de Irlanda del Norte del Acuerdo de Retirada. De aprobarse, el proyecto daría los ministros la facultad de hacer caso omiso de partes de ese protocolo, modificando la forma de las declaraciones de exportación y otros procedimientos de salida.
Pero la lista de acuerdos específicos que podrían ignorarse no solo incluye las disposiciones del Protocolo de Irlanda del Norte, sino también “cualquier otra disposición del Acuerdo de Retirada de la UE” y “cualquier otra ley de la UE o derecho internacional”. El proyecto de ley dice que Reino Unido puede “desaprobar” las disposiciones, incluida una que se refiere a Irlanda del Norte y a las ayudas de Estado. El equipo de Johnson considera que la ayuda estatal es crucial para asegurar que puedan incubar nuevas empresas de tecnología con implantación mundial, sin que Bruselas se lo impida.
El portavoz de Johnson afirmó que el acuerdo de divorcio de la UE era igual que otros tratados y que había sido “acordado al ritmo de las circunstancias políticas más desafiantes posibles”. Los opositores acusaron al premier británico de ser un hipócrita descarado después de prometer antes de las elecciones de diciembre que tenía un “acuerdo ya listo en el horno”.
El proyecto se debatirá en ambas cámaras del Parlamento, que tendrán que aprobarlo antes de convertirse en ley.