De acuerdo con el experto en relaciones internacionales, Ignacio Bartesaghi, el mandatario estadounidense “necesitaba una victoria”, que se dio en la forma de este nuevo acuerdo. Para el especialista, la modificación al Nafta “no cambia sustancialmente” la relación entre la potencia mundial con sus vecinos, además de “ponerle un freno” a la guerra comercial con China.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
En la noche del pasado domingo 30 de setiembre, el gobierno canadiense finalizó las negociaciones con su par estadounidense, para concretar lo que serían las modificaciones al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan o Nafta, por sus siglas en inglés), pactado en 1994.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en 2017 que terminaría con este acuerdo, tras criticarlo duramente durante su campaña. Como justificación, clamaba que “perjudicaba al país” y le hacía perder empleos.
Ahora, tras meses de negociación, los tres países llegaron a un compromiso. De esta manera, nació el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (AEUMC), una versión modificada y modernizada de su predecesor, que entrará en vigencia en 2019.
En diálogo con CRÓNICAS, el experto en relaciones internacionales Ignacio Bartesaghi explicó en qué consiste el nuevo tratado, así como también las consecuencias a nivel de comercio internacional que genera.
– ¿Cuáles son las modificaciones que el nuevo acuerdo tiene con respecto al Nafta?
– Los principales cambios se pueden resumir en cuatro pilares. Fundamentalmente, te diría que el cambio más importante que planteaba Trump inicialmente tenía que ver con que el acuerdo pasase a tener una expiración automática. ¿Esto qué quiere decir? Hay un principio básico en los acuerdos comerciales que es que los acuerdos internacionales que se cierran -y los tratados de libre comercio entran dentro de esta lógica- son permanentes. ¿Quiere decir que vos no te podés ir de los acuerdos permanentes? No, te podés ir. Tenés que denunciarlo, tenés que avisar antes, tenés que seguir cumpliendo con los compromisos un tiempo, etc. ¿Por qué? Porque lo que importa es dar certeza jurídica a los operadores. Es decir, una de las primeras cosas que plantea Trump muy fuertes es que el acuerdo sea por tantos años y que después se desmantele, caiga, expire automáticamente. Eso es un cambio abrupto con respecto al Nafta. Él quería que fuese por seis años y caiga. Eso no ocurrió, lo que terminó ocurriendo es que se pasa a 16 años con posibilidad de renovarse 16 años más. Lo que gana Trump es que se va a revisar cada seis años. Igual, el hecho de que ahora sean 16 años, bueno, es una victoria porque en 16 años ya Trump no va a estar. Primera victoria. Y segunda, son 16 años con posibilidad de renovarse, que es algo en lo que cede Trump porque él quería una expiración automática. Ese es el primer pilar.
El segundo es lo vinculado con el sector automotriz, que es el sector más sensible de la relación entre Canadá y México con Estados Unidos (EEUU). Ahí lo que consiguió Trump fue algo interesante para su favor, que es aumentar el régimen de origen. Quiere decir, cuántos componentes podes usar desde afuera de la región para producir un auto. Antes este porcentaje era cercano al 60% y ahora pasó al 75%. Quiere decir que lo que logró EEUU es que se garantice que deben usarse, para producir autos en México o en Canadá, más partes de la región y no tantas partes de China. Obviamente EEUU es un gran productor de autopartes, y esto para ellos es muy bueno, porque el mensaje que da Trump es “comprámelo a mí, más empleo nacional”, que es lo que yo le estoy diciendo a mi gente en el discurso. Entonces ahí Trump da una señal interesante.
Como tercer pilar, es que EEUU ganó mayor acceso en el sector agrícola. ¡Oh casualidad! Es el sector agrícola y agroindustrial el que lo votó. Entonces, EEUU luchó mucho en este acuerdo para aumentar su acceso a lácteos a Canadá y para mejorar su acceso a México en algunos productos agrícolas. Entonces eso también es un muy buen mensaje para su electorado. EEUU no va a cambiar su balance comercial de déficit con México por esto, pero las cosas que acordó en el acuerdo son actualizaciones que le vienen muy bien para decir “estoy cumpliendo con mi discurso”.
El cuarto y último pilar es el tema sistema de solución de controversias. Esto es clave. ¿Qué quiere decir? Que si no nos ponemos de acuerdo respecto a un tema, se crea un tribunal para dirimir esas diferencias. ¿Qué quería Trump? Eliminar el sistema de solución de controversias. ¿Por qué? Porque perdía por lo general cuando se creaba un panel. Quiere decir que EEUU, como es el poderoso, no se quería someter a un sistema de solución de controversias. Esto es grave, porque esto es un pilar de derecho internacional, o sea debemos tener una forma de solucionar nuestras diferencias. Entonces, el hecho de que Canadá haya logrado defender mucho el tener la posibilidad de reclamar a través de un sistema de solución de controversias es relevante que no haya cambiado de forma tan sustancial con respecto al Nafta.
-¿Y cómo actuaron Canadá y México en la firma de este acuerdo, si hubo tanta victoria para Trump?
-Me parece que hay mucho pragmatismo de México y de Canadá en no romper su relación con EEUU. Yo creo que ambos países reconocieron que era mejor ceder en algunas cosas para renegociar el Nafta, ceder pero decir “hasta acá sí y hasta acá no”, porque en algunas cosas se pararon firmes y mantuvieron las preferencias. Ahí lo que hay que tratar es no perder mucho lo que ya tenés, no aceptarle a Trump grandes cambios en cuanto a los temas importantes -que pase a ser expiración automática o que no tenga un sistema de solución de controversias-, pero sí en otras cosas reaccionar al cambio para mantener un instrumento con la principal economía a nivel mundial.
“Es una buena noticia que exista de parte de los gobiernos a nivel internacional ese pragmatismo en cuanto a cómo se relacionan con Trump”
-Trump catalogó al acuerdo como “histórico”. ¿Qué análisis hace usted del acuerdo en sí?
– En mi opinión, es una buena noticia y es una buena noticia también que exista de parte de los gobiernos a nivel internacional ese pragmatismo en cuanto a cómo se relacionan con Trump. Ahora, sin dar concesiones más allá de lo razonable, pero sabiendo que hay que definitivamente reaccionar a algunos de los planteos, porque el peor escenario es entrar en choque y en guerra.
– ¿Y qué significa esta firma para el gobierno estadounidense y para el mandatario en particular?
– Me parece que Trump necesitaba urgente cerrar este acuerdo porque necesitaba una victoria, que es su primera gran victoria en política internacional. Él necesitaba ganar este acuerdo antes de las elecciones legislativas, necesitaba tener una buena noticia. Entonces ahí tenés un apuro de Trump por mostrar resultados antes de sus elecciones legislativas de noviembre. Y lo hace con un acuerdo justamente defendiendo los intereses de su electorado. Le viene muy bien tener un éxito en algo tan importante como una renegociación del Nafta al cual le cambia el nombre y le da un nuevo contenido. ¿Que esto cambia sustancialmente la relación de Canadá y de México con EEUU y viceversa? Yo te diría que no.
– ¿Cómo impacta este nuevo acuerdo en el marco de la guerra comercial con China? ¿Le pone presión al gigante asiático?
– Lo que le pone es un coto, le pone un freno a cómo China se estaba incorporando cada vez más a las cadenas globales de valor. A todos los componentes de producción que tenían México y Canadá, China es un actor que es cada vez más relevante. Entonces, EEUU lo que hace es ponerle un límite; no a frenar esa tendencia porque esa tendencia es irrefrenable, pero sí le pone un límite. Entonces lo que quiere hacer EEUU con su situación con China es intentar demorar lo más que pueda todo el proceso de una China cada vez más inserta en toda la economía internacional, tanto la productiva como la financiera.