La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió que la economía mundial registrará una “desaceleración significativa” durante el año próximo, como consecuencia de lo que consideran como un “masivo e histórico” shock energético motivado por la guerra entre Rusia y Ucrania, señalado como el peor desde los años 70. No obstante, su escenario central no contempla una contracción de la economía mundial, aunque advierte que la incertidumbre es alta y los riesgos se han vuelto más agudos y sesgados a la baja.
En su último informe, “Perspectivas Económicas”, la OCDE estima que la economía mundial registrará una sustancial desaceleración en 2023. No obstante, su escenario principal no contempla una recesión global, y estima que tras cerrar 2022 con un crecimiento de 3,1%, el PIB mundial se expandiría un 2,2% el año próximo, y un 2,7% en 2024.
“Nuestro escenario central no es una recesión global, sino una desaceleración significativa del crecimiento de la economía mundial en 2023, así como una inflación aún alta, aunque decreciente, en muchos países”, sostuvo Álvaro Santos Pereira, economista jefe interino de la OCDE.
En lo que refiere a los países que integran la organización, las nuevas proyecciones contemplan un crecimiento del 2,8% en 2022, que frenará al 0,8% en 2023 para rebotar al 1,4% un año después.
En el caso de la zona euro, la OCDE anticipa que el PIB crecerá un 3,3% este año y se desacelerará hasta el 0,5% en 2023 para crecer un 1,4% un año después, mientras que para Estados Unidos prevé una expansión del 1,8% en 2022, que se frenará el próximo año al 0,5% y que limitará el rebote al 1% en 2024.
La organización anticipa que “el crecimiento en 2023 dependerá fuertemente de las principales economías emergentes de Asia, que representarán casi tres cuartos de la expansión global, con Estados Unidos y Europa desacelerándose fuertemente”.
En particular, el PIB de China se expandiría un 3,3% este año, pero repuntaría un 4,6% en 2023 y se situará en el 4,1% un año después, mientras que en la India la economía crecerá un 6,6% en 2022 y un 5,7% en 2023, con una expectativa de crecimiento del 6,9% en 2024.
Riesgos e incertidumbre
En cualquier caso, la OCDE advierte de que los riesgos siguen siendo significativos y subraya que la política tiene un papel crucial que desempeñar, ya que un mayor endurecimiento de la política monetaria es esencial para combatir la inflación, y el apoyo de la política fiscal debe ser más específico y temporal.
En ese sentido, señala que la incertidumbre sobre las perspectivas económicas es alta y los riesgos se han vuelto más sesgados a la baja y más agudos, reflejando el costo de los altos precios de la energía durante los próximos dos años. Advierte que el crecimiento podría ser aún más débil si se produce una escasez del suministro de energía en los mercados globales que eleve aún más los precios, o si se requiere un racionamiento forzoso para reducir la demanda de gas y electricidad lo suficiente durante los próximos dos inviernos europeos.
Asimismo, alerta que el incremento de las tasas de interés también podría desacelerar el crecimiento más de lo proyectado, con decisiones monetarias difíciles de calibrar dados los altos niveles de deuda y los fuertes vínculos comerciales y de inversión transfronterizos que pueden acentuar los efectos secundarios de una demanda más débil en otros países. Además, un endurecimiento monetario generalizado y rápido podría incrementar las vulnerabilidades financieras.
Por otro lado, la OCDE advierte también de la persistencia de riesgos significativos respecto de la expansión constante proyectada en China, con la continua debilidad en los mercados inmobiliarios, el aumento de la morosidad y el impacto de la política de “covid cero” que pueden pesar en la demanda interna y el crecimiento global.
Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, sostuvo que la mejor manera para mejorar el contexto económico es “terminar con la guerra y lograr la paz en Ucrania” pero, hasta que ello suceda, consideró importante que los gobiernos “desarrollen políticas a corto y mediano plazo para enfrentar la crisis, aliviar su impacto y construir los cimientos para una fuerte y sustentable recuperación”.
El informe también advirtió acerca de la situación en los países de bajos ingresos, vulnerables a los altos precios de los commodities y al endurecimiento de las condiciones financieras que podría recrudecer la deuda de los mismos.
Como recetas, el organismo recomendó continuar con el endurecimiento monetario para bajar la inflación y elaborar medidas fiscales focalizadas que alivien el impacto de los precios.
“Los países deben concentrarse en políticas que mejoren el funcionamiento del intercambio internacional, aumenten la productividad y las condiciones de vida, y enfrenten las brechas de género en el mercado laboral”, aconsejó la OCDE.