La tributación a la herencia puede ser un instrumento importante para combatir la desigualdad, particularmente en el contexto actual de desigualdad de riqueza persistentemente alta y nuevas presiones sobre las finanzas públicas vinculadas a la pandemia, señala un informe elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El informe realiza una evaluación comparativa de los impuestos sobre herencias, sucesiones y donaciones en los 37 miembros de la OCDE, y explora el papel potencial que estos impuestos podrían desempeñar para aumentar los ingresos, abordar las desigualdades y mejorar la eficiencia de los sistemas tributarios. Se advierte que existe un alto grado de concentración de la riqueza en los países de la OCDE, así como la distribución desigual de las transferencias de riqueza, lo que refuerza la desigualdad.
En promedio, las herencias y regalos reportados por los hogares más ricos (quintil superior) son cerca de 50 veces más altos que los reportados por los hogares más pobres (quintil inferior). El informe señala que los impuestos a la herencia, en particular aquellos que tienen como objetivo niveles relativamente altos de transferencias de riqueza, pueden reducir la concentración de la riqueza y mejorar la igualdad de oportunidades. También señala que, en general, se ha descubierto que los impuestos a la herencia generan costos de eficiencia más bajos que otros impuestos para los ricos y son más fáciles de evaluar y recaudar que otras formas de impuestos sobre el patrimonio.
Si bien la mayoría de los países de la OCDE recaudan impuestos sobre sucesiones (24), estos tributos suelen generar muy pocos ingresos. En la actualidad, solo el 0,5% de los ingresos fiscales totales se obtienen de los impuestos sobre sucesiones y donaciones en promedio en los países que los cobran.
El organismo advierte que las elevadas exoneraciones fiscales y otras formas de alivio son un factor clave que limita los ingresos de estos impuestos. Además, las provisiones de ayuda benefician principalmente a los hogares más ricos, reduciendo su progresividad efectiva.
Estas disposiciones reducen el número de transferencias de patrimonio que están sujetas a impuestos, a veces de manera significativa. Por ejemplo, la proporción de propiedades sujetas a impuestos a la herencia fue más baja en los Estados Unidos (0,2%) y el Reino Unido (3,9%) y fue más alta en Suiza (12,7%) y Bélgica (48%).
“Hay argumentos sólidos para hacer un mayor uso de los impuestos a la herencia, pero será necesario un mejor diseño si se quiere que estos impuestos logren sus objetivos”, señaló Pascal Saint-Amans, director del Centro de la OCDE de Política y Administración Tributaria.
Opciones
El informe propone una gama de opciones de reforma para mejorar el potencial de ingresos, la eficiencia y la equidad de los impuestos sobre sucesiones y donaciones, y agrega que éstas dependerán de las circunstancias específicas de cada país.
En particular, argumenta a favor de un impuesto a la herencia que grave el valor de los activos que reciben los beneficiarios, con una exención para las herencias de bajo valor. Aplicar un impuesto a la herencia de por vida, sobre la cantidad total de riqueza recibida por los beneficiarios durante su vida a través de donaciones y herencias, sería particularmente equitativo y reduciría las oportunidades de evasión, pero podría aumentar los costos administrativos y de cumplimiento.
También se identifican como prioridades políticas la reducción de las desgravaciones fiscales regresivas, la mejor alineación del tratamiento fiscal de las donaciones y las herencias y la prevención de la elusión y la evasión. Para hacer que estos impuestos sean más aceptables para el público en general, el informe enfatiza la necesidad de proporcionar a los ciudadanos información sobre la desigualdad y la forma en que funcionan los impuestos sobre sucesiones, ya que tienden a ser malinterpretados.