Oddone: “El gobierno le atribuyó unas expectativas desmedidas al TLC con China”

Los principales temas de actualidad que envuelven a la economía uruguaya

La actualidad económica del país ha incubado, en lo que va del 2023, distintos temas que se han desarrollado y han estado en el debate público. Gabriel Oddone, economista y doctor en Historia Económica, es un referente para abordar las temáticas de coyuntura y CRÓNICAS dialogó con él al respecto de la política monetaria del Banco Central del Uruguay (BCU), la diferencia cambiaria con Argentina y la realidad detrás del Tratado de Libre Comercio (TLC) con China. El problema de las fronteras “va a destruir tejido empresarial y va a convertir a esa zona del país en mucho menos potente en términos económicos y comerciales”, advirtió.

Con la información de los efectos iniciales sobre la actividad de la sequía y con el escenario que se instaló en el segundo semestre del 2022, y que se confirmó en el primer trimestre de este año, sobre una recesión, el BCU decidió, en abril, moderar sus movimientos de aumentos de tasas de interés, con el propósito de “relajar” la política monetaria.

Ante este escenario, la visión de entrevistado es que la política monetaria “va a tender a interrumpir su proceso de aumento de tasas” y por lo tanto sus movimientos tienen un “sesgo menos contractivo”, lo que va a permanecer a lo largo de este primer semestre en un terreno “más ambiguo”, esperando y arbitrando la tensión entre una inflación que no “termina de ceder” por diversas circunstancias y, por otro lado, por un escenario de actividad “mucho menos propenso”.

Por lo que, frente a un contexto donde el sector externo cuenta con deficiencias en comparación con el 2022, que no habrá ingresos de divisas tan intensos dado que el comercio exterior estará condicionado por la sequía y los precios desfavorables, la presión de los factores sobre el mercado de cambio será menor.

“Entonces, lo que nosotros estamos esperando es un escenario de leve depreciación de la moneda, de hecho, estamos hablando de un 5% en 2023, que está lejos de poder compensar lo que ocurrió el año pasado y empezar a resolver los problemas de nivel de precios relativos, sobre todo con la región”, analizó Oddone.

Pero, en este panorama (que debería quitarle presión hacia una apreciación del peso), incluso si se generara una suba nominal, esta sería moderada y leve, por lo que “esa apreciación va a estar debajo de la inflación, con lo cual en términos reales nos vamos a recomponer”.

Un objetivo “ambicioso”

El especialista entiende que la política monetaria decidió en 2020 fijar un objetivo “ambicioso” en cuanto a la inflación. En ese marco, las autoridades aprovecharon una oportunidad que el escenario de aquel momento brindaba, con una economía en recesión y que había suspendido su ronda de negociación salarial, lo que permitía trazar un objetivo de esa magnitud. Sin embargo, esas circunstancias fueron cambiando fundamentalmente a a mediados de 2021.

“Entonces, esa política monetaria con sesgo marcadamente contractivo, que llevó a la tasa de interés real de política monetaria a estar en niveles como los que está hoy, en torno al 3,5%, efectivamente debe haber permitido que la inflación no siguiera aumentando”, argumentó.

En este sentido, el economista considera que “la política monetaria se propuso un objetivo ambicioso, fue agresiva, contractiva, y se puede argumentar que se evitó una tasa de inflación mayor”, pero el efecto colateral es una apreciación nominal del peso que tuvo consecuencias de un deterioro “significativo de la competitividad de la economía uruguaya, lo cual compromete la tasa de crecimiento de medio plazo de ahora en más”, lo que constituye una típica discusión de dilemas de políticas económicas.

Las problemáticas en el litoral del país

“En primer lugar no creo que haya, o por lo menos yo no tengo en mi cabeza, ideas de medidas que puedan efectivamente compensar la magnitud del desvío de precios que hay en la frontera hoy, sobre todo con Argentina”, contestó, tras ser consultado sobre este apartado.

Pero, además de contemplar lo macro del asunto, también enfatizó en que el paquete de medidas que se está llevando a cabo están, principalmente, más destinadas a compensar los problemas de rentabilidad de las empresas, que a retener y fidelizar clientes y, de esta forma, evitar que crucen la frontera y gasten su dinero en el país vecino.

“El punto de que la rentabilidad de las empresas quede defendida con medidas de tipo tributario depende crucialmente de que vendan, porque si no hay ventas, difícilmente se puedan alojar beneficios en pagos impositivos asociados a las rentas”, especificó, para concluir que esas medidas están “bien inspiradas”, pero no tendrán mayores efectos.

Esto supone que deben evaluarse y volver a pensarse, de manera distinta, las medidas para abordar esta problemática, dado que no se logra evaluar con claridad las consecuencias que puede generar en las ciudades del litoral. “Más allá de los empleos, esta situación va a destruir tejido empresarial, capacidad comercial, y va a convertir a esa zona del país en mucho menos potente en términos económicos y comerciales, por lo que este es un problema importante, no solo desde el punto de vista económico, sino también social”, aseveró.

Sus sugerencias fueron enfáticas: “Hay que pensar fuera de la caja”. Elaborar un IVA personalizado sería una posible solución, lo que permitiría que ciertas personas que viven en determinada zona del país puedan acceder a la compra de bienes con un IVA diferencial, para lo cual el país cuenta con la tecnología necesaria.

La depreciación de la moneda uruguaya no volverá a ocurrir

La distancia de precios entre los países que están separados por el Río de la Plata, solía corregirse con una depreciación de la moneda uruguaya. Pero este escenario no volverá a ocurrir, si se tiene en cuenta lo acontecido en los últimos 15 años, donde Uruguay fue capaz de desacoplarse de la dependencia con Argentina.

La situación financiera del país vecino puede ser volátil, desordenada e inestable. Sin embargo, el canal cambiario, el bancario e incluso el comercial, que habitualmente ante estas diferencias resultaron afectados en nuestro país, hoy están obturados porque Uruguay diversificó sus riesgos.

“Esto quiere decir que no va a ocurrir una depreciación de la moneda uruguaya que permita compensar estas diferencias, lo cual lleva a concluir que este fenómeno de diferencial de precios, hasta que Argentina no corrija su macroeconomía, algo que no va a ocurrir en el corto plazo, va a persistir, lo que supone para el comercio de la zona fronteriza una afectación de muy largo plazo”, concluyó el doctor en Historia Económica.


Lo que se debió contemplar antes del viaje del canciller a China

Nunca fue algo plausible, por diversas razones. Esa es la postura de Oddone ante la posibilidad de un TLC con China.

“Creo que el gobierno le atribuyó unas expectativas desmedidas y se equivocó en comunicarlas y expresarlas públicamente, porque puso el tema en un lugar donde nunca estuvo en condiciones de estar”, remató al respecto.

El triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva y sus movimientos a nivel internacional, alejaron aún más la posibilidad de la concreción de este acuerdo. Ante el análisis de esta coyuntura geopolítica, explica que el mensaje con el que volvió el canciller Francisco Bustillo de su visita es: “No vamos a avanzar bilateralmente con ustedes porque estamos interesados en el Mercosur y eso supone tiempos diferentes”, algo que cree que es lo que va a ocurrir.

En los últimos cuatro años el mundo ha cambiado de rumbo en términos de globalización y, por consiguiente, en cuanto a acuerdos comerciales tipo TLC ha adoptado determinadas dinámicas innovadoras.

Pero Oddone tiene la impresión de que, en esta materia, el mundo está en una pausa del plurilateralismo que se ha desarrollado e impuesto, y que está “redefiniendo” las formas en las que se va a relacionar, dado que están en juego muchos intereses geopolíticos que priman y, por lo tanto, no es un mundo como el de 2008 o 2009, “donde se avanzaba de manera decidida hacia acuerdo plurilaterales”.

“Entonces, en ese contexto donde todo se volvió mucho más rugoso e influido por temas geopolíticos, la vocación de Uruguay sigue siendo la misma: buscar salir del corsé que es el Mercosur, pero sabiendo que todo va a avanzar más lento, que va a ser más complejo y que por lo tanto tiene que moderar la transmisión de expectativas sobre cosas que difícilmente puedan ocurrir, lo que no quiere decir que son cosas que no tengamos que hacer”, señaló.