El economista uruguayo afirmó que la frase del ministro de Economía argentino, Sergio Massa, calificando a Uruguay como “el hermano menor” de Argentina y Brasil, es “un evento menor”. Según su opinión, Massa es “frágil en su gestión” y buscaba “marcar cierta importancia de su país y rol”, lo que no amerita discusiones ni hay que “prestarle mucha atención”. En otro orden, aseguró que una moneda común en la región es “inviable”.
Por Jerónimo López
Consultado por CRÓNICAS, el economista puntualizó que si bien Uruguay es el país más pequeño de los que integran el bloque regional, existe una “paradoja” por la cual el país más rico no debe ser necesariamente uno de los más grandes. De hecho, señaló que la inflación argentina está cerca del 90%, mientras que la uruguaya se mantiene de un solo dígito. Además, el PIB per cápita de Uruguay es el más elevado y ronda los US$ 25.000, mientras que en Argentina se acerca a los US$ 20.000 y mantiene la tendencia desde 2015. A su vez, destacó los “niveles de desigualdad” reducidos y la “mejor performance” de Uruguay en los últimos 40 años, con acceso a los mercados internacionales, un bajo riesgo para el inversor y un cambio unificado desde los años 70.
También señaló que Uruguay es una nación en cierta medida dependiente y por eso lamentó que “los gobiernos argentinos no hayan encontrado el rumbo de estabilizar la economía y generar condiciones de inversión y crecimiento sostenibles”.
Sin embargo, y más allá de la buena posición del Uruguay, aclaró que “no está en condiciones de liderar” el Mercosur y que las reglas del juego las pone Brasil, con la injerencia de Argentina en algunas decisiones. Así, opinó que “Uruguay tiene que quedarse en el Mercosur. Si es un corsé para su desarrollo, tiene que tratar de no quedar atrapado, pero sin irse de él”. La consigna que plantea es “buscar alguna libertad”, soportando y paliando las asimetrías.
Moneda común: inviable
Entrevistado por el periódico británico Financial Times, Sergio Massa insinuó la idea de que Brasil y Argentina planeaban impulsar una moneda común para que circule dentro del Mercosur, generando réplicas a lo largo y ancho de la región que cuestionaban la viabilidad del proyecto. Oddone lo calificó como “inviable”, puesto que habría que cumplir “una serie de prerrequisitos” que necesitarían demasiado tiempo hasta lograr el cometido.
El especialista indicó que en las horas siguientes el proyecto fue desmentido y Brasil aclaró que “no se trataba de una moneda común, sino de un mecanismo para facilitar las importaciones y exportaciones, una divisa diferente a una dura y global”.
Sin embargo, Lula terminó por ratificar el proyecto junto a su par, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, en una conferencia de prensa que brindaron posterior a su visita a la Casa Rosada de Buenos Aires, donde afirmó estar “intentando trabajar ahora en que nuestros ministros de Hacienda, cada uno con su equipo económico, puedan hacer una propuesta de comercio exterior y de transacciones entre los dos países, que estén hechos en una moneda común a ser construida con mucho debate y reuniones”.
El entrevistado advirtió que “si se tratara de la creación de una moneda común, se trataría de un proyecto de una visión y envergadura superlativamente grande, por lo cual no sería francamente alcanzable en períodos cortos, mucho más en el estado de disfuncionamiento del Mercosur”.
Presente y futuro del bloque
Ante la consulta de si el Mercosur está más politizado que antes, Oddone afirmó que no, porque “todos los Mercosur han sido políticos”, y citó el Tratado de Asunción, donde líderes “con una visión común política, tenían una visión económica más o menos convergente”. Agregó que “cualquier progreso de integración comercial requiere no solo de acuerdos básicos desde lo institucional, comercial y legislativo, sino también de cierto liderazgo político con mínimos consensos”.
Sin embargo, para el economista el futuro está lleno de incertidumbre, pues hace falta una visión clara de “qué se quiere hacer con él y por dónde se quiere avanzar”, propuesta que no ha facilitado ninguno de sus miembros. Los ámbitos de negociación están “trancados desde hace bastante tiempo” y falta una figura que ocupe una posición de liderazgo. “Argentina no está en condiciones por su situación interna” y “Uruguay y Paraguay no son capaces ni por sus dimensiones ni por su papel”, concluyó.