Las repercusiones del brote de Coronavirus, están sacudiendo la actividad económica mundial y los mercados financieros, que apenas acababan de recuperarse de los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Si bien aún no es claro cuál será el impacto real de la enfermedad sobre la economía global, diversos organismos y gobiernos comienzan a tomar medidas de diversa índole y cambiando sus formas de trabajo, para mitigar el golpe.
No terminábamos de brindar por el principio de acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, cuando la economía mundial se vio sacudida nuevamente, en este caso por un evento inesperado: La propagación del Coronavirus COVID-19, como se denominó oficialmente a la enfermedad, amenaza con golpear duramente a la economía mundial y, paralelamente, está generando importantes cambios en la forma en la que cotidianamente se desarrollan las diversas actividades económicas y sociales. La suspensión de importantes eventos internacionales, cancelación de vuelos, caída de la actividad turística, son sólo algunas de las repercusiones directas que está generando el virus en la economía mundial.
Es unánime entre analistas que la epidemia tendrá fuertes impactos en la economía, aunque aún es muy pronto para saber cuáles serán las consecuencias reales de este “cisne negro” que apareció en la economía mundial, y más concretamente cómo puede impactar en Uruguay (ver nota página 14).
Por lo pronto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya reconoce que la propagación del Coronavirus hará que el crecimiento mundial en 2020 esté por debajo del registrado el año pasado.
Así lo aseguró la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, asegurando que la entidad volverá a revisar a la baja sus pronósticos en las próximas semanas.
En enero, el FMI había estimado un crecimiento global en 2019 de 2,9% y de un 3,3% para este año, pero al mismo tiempo advertía que los pronósticos no incluían los posibles efectos del Coronavirus. En febrero, el organismo dijo que el brote podría reducir 0,1 puntos porcentuales de la expansión económica en 2020, pero ahora advierte que el impacto posiblemente sea mayor al esperado en esa oportunidad.
“El crecimiento de este año caerá por debajo del nivel del año pasado”, dijo Georgieva en una conferencia de prensa en Washington, pero declinó comentar si la crisis originada por el Coronavirus podría llevar al mundo a una recesión. “Es la duración del brote lo que en este momento es difícil de predecir”, afirmó, agregando que la efectividad de las medidas de mitigación jugarían un papel clave en la determinación del impacto económico.
Paralelamente el FMI recortó su previsión de aumento del PIB de China para 2020 del 6% al 5,6%.
Según el organismo, el Coronavirus es la «incertidumbre más urgente» que encara la economía global y una amenaza para la «frágil recuperación», debido al potencial contagio internacional a través de las cadenas de suministro.
Debido a la crisis sanitaria que ha desatado el Coronavirus, se informó que las reuniones de primavera (boreal) del FMI y del Banco Mundial, se realizarán este año a través de un “formato virtual”. Este evento está programado para el próximo 17 al 19 de abril, y habitualmente convoca a cerca de 10.000 funcionarios, periodistas, empresarios, y representantes de la sociedad civil de todo el mundo en un área abarrotada de apenas dos cuadras en el centro de Washington, donde están sus sedes.
Tasas y libros
Las decisiones importantes en reacción al Coronavirus también llegaron a la Reserva Federal (Fed) estadounidense, que esta semana redujo sorpresivamente las tasas de interés para proteger a la economía. El Banco Central de la mayor economía del planeta redujo las tasas medio punto porcentual a un rango objetivo de un 1,00% a un 1,25%.
“Los fundamentos de la economía de Estados Unidos siguen siendo sólidos. Sin embargo, el Coronavirus plantea riesgos para la actividad económica”, dijo la Fed en un comunicado.
Por otra parte, el Banco Central divulgó el denominado “Libro Beige” donde se recoge la opinión de empresas estadounidenses respecto a la evolución de la economía en el país, donde se señala una creciente preocupación en torno al brote del Coronavirus, lo que ha hecho caer la confianza empresarial.
“El Coronavirus estaba afectando negativamente los viajes y el turismo en Estados Unidos… se reportaron algunos retrasos en la cadena de suministro como resultado del Coronavirus y varios distritos aseguraron que los productores temían nuevas interrupciones en las próximas semanas”, señala el Libro Beige, en el que el Coronavirus fue mencionado 48 veces.
Los distritos informaron que sus perspectivas para el corto plazo eran principalmente de un crecimiento económico modesto, con el Coronavirus y las próximas elecciones presidenciales en el país citadas como riesgos potenciales.
Todo a nuestro alcance
En otro orden, autoridades del G-7 dijeron que adoptarán todas las medidas posibles para proteger la economía mundial de la propagación del brote del Coronavirus.
En una teleconferencia, los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del Grupo de Siete países industrializados prometieron implementar acciones como medidas fiscales cuando sea apropiado para respaldar a la economía mundial, señaló el ministro japonés Taro Aso.
Según afirmó, la respuesta política deseable podría variar según el país.
“Hay un pulso entre esperanza y miedo. Los bancos centrales están dando esperanzas con su estímulo potencial”, dijo Vasu Menon, estratega senior de inversiones de OCBC Bank Wealth Management, en declaraciones a la agencia de noticias Reuters. “La pregunta es qué harán. La política monetaria ya es muy laxa y las tasas de interés están muy bajas”.
El vaso medio lleno
Todo acontecimiento tiene siempre su lado favorable. En ese sentido, no todo lo asociado al Coronavirus ha sido negativo.
Pese a los indicadores en rojo, la caída de la producción china ha tenido un lado «positivo»: la NASA junto con la Agencia Espacial Europea, divulgaron imágenes que dan cuenta de una caída dramática entre enero y febrero de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire del gigante asiático, uno de los países más contaminantes.
«Hay evidencia de que el cambio está relacionado, al menos en parte, con la desaceleración económica que siguió al brote de Coronavirus», dicen ambas agencias en un comunicado.