En sintonía con una caída de la Inversión Extranjera Directa (IED) a escala global y regional, los flujos con destino a Uruguay han caído en los últimos tres años de forma consecutiva, según un informe elaborado por el instituto Uruguay XXI. Pese a ello, el documento identifica diversos sectores donde se observan oportunidades de inversión en el país.
La IED neta recibida por Uruguay en 2018 cayó en US$ 626 millones. Se describe que los flujos de IED se dividen en 3 modalidades: aportes de capital, reinversión de utilidades y préstamos intra-empresas. Estos préstamos fueron los principales responsables del valor negativo de la IED en 2018, ya que se contrayeron en US$ 3.191 millones (esto se interpreta como una devolución de los préstamos que las empresas habían recibido de sus propias filiales en el exterior). Por su parte, los aportes de capital y la reinversión de utilidades registraron valores positivos pero no lograron compensar la salida de préstamos.
“Si bien la IED en los últimos años ha sido negativa, la parte más genuina que son los aportes de capital han sido positivos en todo el periodo. En tanto, el valor negativo de los préstamos en los últimos años ha explicado el descenso de la IED en los últimos años”, sostiene el informe.
En la misma línea, destaca que “Uruguay continuará siendo un destino atractivo para la IED en la medida que se mantengan los factores estructurales que cimentaron esta situación: reglas de juego claras, estabilidad macroeconómica, apertura financiera y comercial, régimen de inversión atractivo, infraestructura adecuada, capital humano calificado y acuerdos para evitar la doble tributación con países de la región para fomentar el comercio de servicios y crecer como hub”.
El informe identifica diversos sectores donde se observan oportunidades de inversión, y se concentra principalmente en siete de ellos: agronegocios, forestal, turismo, servicios globales, logística, energías renovables e infraestructura.
Durante 2017 se registró una caída de la IED a escala global, debido fundamentalmente a las mayores incertidumbres para las inversiones, fundamentalmente por el anuncio de mayores restricciones comericales y la tendencia a relocalizar la producción en países desarrollados. En este contexto, también se redujeron los flujos de IED hacia América Latina y Caribe que con la caída anual de 3,6% registrada en 2017, acumulo su tercer año consecutivo de caída. “Las menores corrientes de IED a nivel mundial se explicaron por la caída de los flujos de inversión hacia las economías desarrolladas (cayeron 37% en 2017), mientras que en las economías en desarrollo se mantuvieron estables”, señala el informe, que detalla que EEUU sigue siendo el principal emisor de IED a nivel mundial (24%), seguido por Japón y China.
De acuerdo a datos de la OCDE citados por el informe, en la primera mitad de 2018 la IED mundial se contrajo un sustancial 35% en términos interanuales, lo que se explica fundamentalmente por la reforma tributaria aplicada en EEUU (que permitiò a empresas estadounidenses repatriar dinero de sus filiales sin pagar impuestos adicionales).
El informe destaca la importancia de contar con una “institucionalidad fuerte y confiable” para que una economía pequeña y abierta como la uruguaya resulte atractiva para la IED. “Los sucesivos gobiernos uruguayos han generado un clima de inversión adecuado, asegurando un ambiente amigable para hacer negocios, un régimen jurídico atractivo y estable y un marco normativo e institucional que se adapta a las necesidades de los inversores”, destaca el documento, que hace especial mención al Grado Inversor que ostenta el país.
No obstante, se advierte que la evolución económica de nuestros dos grandes vecinos, la suba de la tasa de interés por parte de Estados Unidos y las restricciones comerciales, son elementos externos que jugarán un rol clave en la atracción de IED por parte de Uruguay.