En sintonía con un continente que -a excepción de Brasil- mostró un retroceso de posiciones, Uruguay bajó del puesto 94 al 95 en el índice “Doing Business” del Banco Mundial (BM). El país está bien posicionado en “Obtención de electricidad”, “Apertura de un negocio”, “Resolución de la insolvencia” y “Obtención de crédito”; a mitad de tabla en “Cumplimiento de contratos”, “Pago de impuestos” y “Registro de propiedades”; y mal posicionado en “Protección de los inversionistas minoritarios”, “Comercio transfronterizo” y “Manejo de permisos de construcción”.
El informe “Doing Business 2019: Capacitarse para la reforma” fue publicado ayer jueves por el BM. Se trata del primer reporte publicado desde la polémica desatada en enero, cuando el economista jefe de la entidad Paul Romer aseguró que cambios en la metodología habían perjudicado a Chile durante los gobiernos de Michelle Bachelet.
El informe de este año, destaca que hubo “un nuevo récord en la eliminación de los obstáculos burocráticos para el sector privado nacional, implementando 314 reformas en el ámbito empresarial durante el último año”. “Las reformas, llevadas a cabo en 128 economías, benefician tanto a pequeñas y medianas empresas como a empresarios, con lo que se promueve la creación de empleo y se estimula la inversión privada”, sostiene el comunicado publicado por el organismo.
El anterior máximo de reformas implementadas durante un año había sido de 290, registrado en el informe Doing Business 2017.
El presidente del BM, Jim Yong Kim, evaluó que “el sector privado es clave para generar un crecimiento económico sostenible y poner fin a la pobreza en el mundo”. En ese sentido, interpreta que “la aplicación de normas justas, eficientes y transparentes, tal como se promueve en Doing Business, constituye la base de una economía y un entorno empresarial dinámicos”. “Es crucial que los gobiernos aceleren sus esfuerzos para crear las condiciones en las que la empresa privada se desarrolle y las comunidades prosperen”, agregó el funcionario.
El informe detalla que las reformas que se están aplicando a nivel internacional se están llevando a cabo en las regiones que más lo necesitan: las economías de ingreso bajo y de ingreso mediano bajo llevaron a cabo 172.
En el ranking global, los lugares donde es más fácil hacer negocios prácticamente no cambiaron: Nueva Zelanda se mantuvo a la cabeza del ranking, seguida por Singapur y Dinamarca, que conservan sus lugares en el podio del Doing Business. Le siguieron Hong Kong, Corea del Sur, Georgia, Noruega, Estados Unidos, Reino Unido y Macedonia.
Por su parte, si se considera la cantidad de reformas emprendidas en el año, los diez países que más avanzaron fueron Afganistán, Yibuti, China, Azerbaiyán, India, Togo, Kenya, Costa de Marfil, Turquía y Rwanda. “La diversidad entre los principales países que más avanzaron muestra que las economías de todos los tamaños y niveles de ingresos, e incluso las que están en conflicto, pueden fomentar un clima de negocios propicio para las pequeñas y medianas empresas nacionales”, sostuvo Shanta Devarajan, director principal de Economía del Desarrollo y economista en jefe interino del BM. En ese sentido, evaluó que el informe “ofrece una hoja de ruta que los diferentes gobiernos pueden utilizar para aumentar la confianza de las empresas, la innovación y el crecimiento y reducir la corrupción”.
El informe Doing Business de este año también analiza diversos casos de estudio respecto a la formación impartida a funcionarios públicos y usuarios de los registros mercantiles y de propiedades, donde se concluye que “la capacitación obligatoria y anual de los funcionarios pertinentes se asocia con una mayor eficiencia de los registros mercantiles y de propiedades”. A su vez, también se observó que “la capacitación periódica de los funcionarios y agentes aduaneros permite reducir el tiempo que se requiere para los trámites fronterizos y la presentación de documentos, lo que facilita el movimiento transfronterizo de mercancías”. Por último, otro estudio da cuenta de “los beneficios que reportan la acreditación de los electricistas y la capacitación de los jueces”.
La región
En cuanto al comportamiento de América Latina y el Caribe, el Banco Mundial destacó que se llevaron a cabo 25 reformas orientadas a mejorar la facilidad para hacer negocios de pequeñas y medianas empresas nacionales, las que se concentraron en 18 de las 32 economías. De todas formas, ninguna de ellas se encuentra entre las 10 que más mejoraron este año.
México, en el puesto 54, sigue siendo la economía mejor clasificada de la región, mientras que Brasil lideró el número de reformas implantadas con cuatro reformas en un año, lo que constituye una “cifra récord para el país”. Ese avance en nuestros vecinos del norte, llevó a que Brasil alcanzara el puesto 109 en la clasificación, desde el lugar 125 del informe pasado. Fue el único país sudamericano que registró una mejora en su posicionamiento en el Doing Business respecto al año anterior. Brasil facilitó la puesta en marcha de empresas introduciendo sistemas en línea para la inscripción de compañías, la obtención de licencias y las notificaciones de empleo.
Aunque cayó un puesto en la comparación internacional, Chile sigue siendo el sudamericano mejor ubicado en el ranking internacional, ocupando el puesto 56. El segundo puesto en Sudamérica pasó a ocuparlo Colombia pese a caer seis puestos hasta el lugar 65, y el podio lo completa Perú, que perdió diez posiciones en la comparación internacional pasando del puesto 58 al 68. Bastante por detrás se ubica Uruguay, que pasó del puesto 94 al 95. Luego vienen Brasil (109), Paraguay (113), Argentina (119), Ecuador (123), Bolivia (156) y Venezuela (188)
“Resulta alentador observar que la implementación de reformas en América Latina y el Caribe es constante, aunque muchas economías podrían beneficiarse si aceleraran el ritmo de la agenda de reformas”, declaró Santiago Croci Downes, gerente de programa de la unidad responsable de Doing Business. “El progreso continuo y sostenido es fundamental para mejorar el clima para los negocios en los países y promover la empresa privada”, agregó.
Uruguay
En el caso específico de Uruguay, prácticamente no hubo cambios respecto a la medición del año anterior. Uruguay tiene un puntaje de 62,6, por encima del promedio regional (58,97 puntos) y levemente superior al 62,26 que había puntuado en el Doing Business 2018. Aun así, perdió un puesto en la comparación internacional pasando al lugar 95.
La mejora del puntaje se debió principalmente a la mejora en las variables “Manejo de Permisos para la Construcción” (+1,54 puntos), “Pago de Impuestos” (+1,05 puntos) y “Resolución de la Insolvencia” (+,081 puntos). Por el contrario hubo una leve caída de 0,02 puntos en “Apertura de un negocio”. En los restantes indicadores no se observaron variaciones.
Pero más allá de la variación, cabe observar que Uruguay se encuentra relativamente bien posicionado en las variables “Obtención de electricidad” (puesto 55 en la escala global), “Apertura de un negocio” (65), “Resolución de la insolvencia” (70), y “Obtención de crédito” (73). Por otra parte, está “a mitad de tabla” en “Cumplimiento de contratos” (100), “Pago de impuestos” (101) y “Registro de propiedades” (115). Por el contrario, se encuentra peor posicionado a nivel internacional en “Protección de los inversionistas minoritarios” (132), “Comercio transfronterizo” (152) y “Manejo de permisos de construcción” (155).