“Proteger a grupos vulnerables será clave para la recuperación y el éxito del programa de reformas”

FMI > “El consenso político general en torno a las reformas necesarias es alentador”

Uruguay necesita abordar las reformas estructurales previstas, para estimular el crecimiento potencial de mediano plazo, según evaluó el personal técnico del FMI. Se destaca el mejor posicionamiento del país en comparación con otros similares, pero se advierte que “el deterioro de las condiciones sociales a causa de la pandemia y los problemas preexistentes de empleo juvenil y pobreza infantil podrían erosionar gradualmente la cohesión social”. El organismo espera una recuperación en la segunda mitad del año, y entiende que el apoyo fiscal debe enfocarse en “políticas para preservar el empleo y mantener a flote las empresas”.

La misión del personal técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) respaldó “la prudente gestión macroeconómica” del Gobierno en su primer año de gestión, así como “los avances en su programa de reforma”. Además, califican de “alentador” al amplio consenso político respecto a los grandes desafíos que enfrenta Uruguay, y que se han visto acrecentados por la pandemia. En ese sentido, sostiene que “a medida que la economía se recupere de la crisis sanitaria, las autoridades deben dar pasos decisivos para completar la implementación de las reformas previstas”.

El organismo resaltó la solidez de las instituciones uruguayas, aunque alerta por los desequilibrios macroeconómicos preexistentes. “El país goza de una democracia madura, instituciones fuertes, buena gobernanza y un alto grado de cohesión social, con un elevado ingreso per cápita e índices relativamente bajos de pobreza, desigualdad e informalidad. En una región caracterizada por una recurrente inestabilidad financiera y social, la estabilidad de la economía uruguaya se destaca, y se apoya en la solidez de su sector financiero, un nivel saludable de reservas internacionales y su grado de inversión soberano”, describen las conclusiones de la misión. Sin embargo, acto seguido advierten que tras el fuerte crecimiento registrado hasta 2014, las finanzas públicas se debilitaron y “el crecimiento se tornó anémico en los años anteriores a la pandemia, con creciente evidencia de falta de dinamismo en el mercado de trabajo, escasa inversión y preocupaciones acerca de la competitividad de la economía”.

“Un uso adecuado”

El FMI entiende que se realizó “un uso adecuado” del espacio fiscal disponible teniendo en cuenta los objetivos de mediano plazo. Destaca la “eficaz gestión de la crisis sanitaria” durante el 2020, y señala que “si bien la situación se ha deteriorado marcadamente en los últimos meses, el rápido progreso del programa de vacunación es digno de elogio y permitirá una pronta reapertura de la economía”.

Se destaca que la política fiscal se enfocó en sustentar la economía y atender a los sectores vulnerables, pero sin descuidar la sostenibilidad fiscal de mediano plazo. “Los sólidos sistemas de salud y de protección social existentes, combinados con la baja incidencia del virus a los inicios de la crisis, limitaron la demanda de recursos necesarios para abordar la crisis sanitaria -especialmente en comparación a otros países de la región- gracias a lo cual el gobierno pudo concentrar sus esfuerzos fiscales en preservar el empleo, mantener las empresas a flote y apoyar a grupos vulnerables”, detalla la declaración. Además, la administración de gastos a través del Fondo Coronavirus fomentó la transparencia fiscal y contribuyó a dejar en claro el carácter transitorio del relajamiento fiscal. También se valoró positivamente la aprobación de la regla fiscal.

“Los riesgos fiscales de corto plazo son limitados gracias a una eficiente gestión de la deuda en las dos últimas décadas -que ha hecho más resiliente la estructura de plazos y de monedas de la deuda- y a reservas de liquidez saludables”, resaltó el FMI. Además, se recuerda que Uruguay, apoyado en su grado de inversión, “mantiene acceso al financiamiento de mercado en condiciones muy favorables”.

Mitad del vaso lleno

En cuanto al desempeño económico, tras la caída de 5,9% del PIB en 2020 y un “retraso en la recuperación” por el agravamiento de la situación sanitaria este año, “se espera que la economía se fortalezca apoyada por el nivel elevado de los precios de las materias primas y los importantes proyectos de inversión en curso”. El FMI prevé que la actividad se acelerará en la segunda mitad del año, a medida que la economía se reabra, pero alerta que “la precaria situación sanitaria en los países vecinos sigue siendo un freno, sobre todo para los sectores relacionados con el turismo”.

De acuerdo al organismo, “la política fiscal debe seguir apoyando la recuperación, y, a la vez, completar las bases para una consolidación duradera a mediano plazo”. A medida que se reabra la economía y la actividad se recupere, el apoyo fiscal debe reemplazar las políticas para preservar el empleo y mantener a flote las empresas con medidas que estimulen la demanda y la creación de empleo, subraya el comunicado. No obstante, insiste en que será “esencial” delinear con claridad el camino para recobrar la sostenibilidad fiscal. “La consolidación prevista por las autoridades parece alcanzable, aunque requiere de medidas concretas y la plena implementación de la regla fiscal”, señala. El FMI entiende que la reforma previsional prevista puede aportar “credibilidad a la sostenibilidad fiscal”, pero aclara que “el ahorro fiscal asociado a ella probablemente tardará en materializarse”.

El show debe continuar

El FMI remarca la necesidad de avanzar en las reformas estructurales previstas para estimular el crecimiento potencial a mediano plazo.

Se entienden necesarias medidas que mitiguen las “cicatrices” de la pandemia, como políticas de reconversión laboral, de incentivos a la contratación y la capacitación en el puesto de trabajo. Además, alinear mejor los salarios con la productividad contribuiría a apoyar la recuperación, respaldando el empleo y generando la base para “un crecimiento saludable e inclusivo”. También se insta a “continuar con la reforma de las empresas estatales para incrementar su eficiencia y reducir los costos de los servicios públicos”. De esta forma, se mejoraría la competitividad y promovería la inversión privada.

También se deben apoyar medidas “para aumentar la participación femenina en la fuerza laboral y mejorar los resultados de educación”.

Para lograr el éxito de este programa de reformas, los técnicos del FMI subrayan la importancia de proteger a los grupos vulnerables. “Uruguay está en mejor situación que otros países similares, pero el deterioro de las condiciones sociales a causa de la pandemia y los problemas preexistentes de empleo juvenil y pobreza infantil podrían erosionar gradualmente la cohesión social”, advierten.

En ese sentido, instan a promover el crecimiento económico, resguardando los programas de protección y buscando mantener “un nivel adecuado de beneficios sociales, que balanceen la cobertura y los incentivos a trabajar”.


Por el buen camino

El FMI también destacó que “las mejoras al marco de política monetaria son loables”, en particular “la reafirmación de la prioridad de la inflación sobre otros objetivos, la readopción de la tasa de interés como principal instrumento de política, la recalibración del rango meta de inflación, las mejoras en transparencia y los esfuerzos para potenciar la estrategia de comunicación del banco central”. El organismo destaca que “en la medida que la economía se recupere, será fundamental que la política monetaria mantenga su congruencia con la meta de inflación para afianzar la credibilidad y anclar las expectativas”.