Durante la crisis del covid-19, Uruguay tuvo el mejor desempeño en materia sanitaria de América Latina y estuvo a la altura de países desarrollados, coincidieron en señalar los expertos Daniel Gianola, Ricardo Pascale y Rafael Radi, durante el segundo Seminario Interacademias, organizado por las asociaciones nacionales de Economía, Medicina y Ciencias del Uruguay. Pascale dijo que Uruguay mostró “una buena resiliencia económica” y resaltó la solidez institucional para afrontar la crisis. Radi, por su parte, subrayó la importancia de la “confianza y transparencia”, y advirtió por las consecuencias negativas de la partidización política de la discusión, como se vio en algunos países.
“Covid-19 en Uruguay: una conversación entre Ciencia y Economía” fue el título del segundo Seminario Interacademias, que contó con tres excelentes oradores.
Ricardo Pascale brindó varias definiciones del concepto de “resiliencia económica”, pero se puede resumir como la capacidad de una economía para recuperarse o ajustarse y mantener su funcionalidad frente a shock adversos exógenos, e incluso superarse.
Para medir la resiliencia en Uruguay se utilizaron como variables de evolución de la actividad económica, el desempeño del PIB y la tasa de ocupación.
La economía mundial fue golpeada en 2020 al registrar una caída de 3,4%, y luego repuntó un 5,5% en 2021, superando su nivel prepandemia. Sin embargo, ese crecimiento fue desigual, tanto entre países, como al interior de estos.
En el caso de Uruguay, la economía cayó 5,9% en 2020. Pascale recordó que hubo medidas diseñadas para apoyar a ciudadanos y empresas vulnerables, medidas fiscales, monetarias y sociales, y se buscó “mantener el equilibrio entre las necesidades a cubrir y la sostenibilidad fiscal de largo plazo”.
Tras el shock, la tasa de ocupación logró una recuperación, aunque aún no alcanza niveles previos a la pandemia, y el PIB recién pudo retomar su nivel previo en entre cinco y seis trimestres después.
En sus conclusiones, Pascale destacó que a nivel de salud pública “Uruguay tuvo el mejor desempeño de América Latina y mejor que el de muchos países desarrollados”. También valoró que las medidas económicas fueron “en la dirección correcta” y destacó la solidez institucional de Uruguay.
“El resultado neto de la confianza de las políticas económicas y de salud en Uruguay fue positivo, y nuestra cifra de resiliencia de seis trimestres sugirió una buena resiliencia económica, en buenos términos de tasa de ocupación y crecimiento del PIB”, señaló.
No obstante, apuntó que a futuro se debe orientar la política hacia un crecimiento “inteligente”, que incluya “la mejor innovación”, y el desarrollo de la economía digital. De esta forma, se podrán enfrentar nuevas disrupciones en el horizonte, como la crisis climática y los conflictos bélicos. “El manejo de estas disrupciones es vital”, sostuvo Pascale, valorando que “la falta de preparación y respuestas no siempre adecuadas, incrementan el tamaño de los problemas”.
“No tengo duda de que Uruguay comprende estos desafíos y que estará a la altura de ellos”, concluyó.
Partido largo
Rafael Radi confesó que “hay una prehistoria del GACH sin desclasificar”, previo a que se aceptara su formación, con documentos que fueron creados y enviados a Presidencia, en el cual se incluía a la economía como una disciplina a integrar. Sin embargo, el Gobierno decidió dejar esa área estrictamente bajo la conducción del Ministerio de Economía y la OPP. “Cuando terminamos, nos decían que faltó la pata económica. Si faltó fue por una decisión gubernamental”, sostuvo Radi, aclarando que fue una resolución “totalmente lícita y legítima”.
Comentó que al analizar el comportamiento de los países durante la pandemia, todos constatan trayectorias diferentes en su manejo y sus resultados, y volvió a recurrir al tipo de metáfora que más nos gusta a los uruguayos: “En cada partido de fútbol, nadie puede sostener jugar bien los 90 minutos, y nosotros jugamos 90 minutos, alargue y penales”. “En un partido que dura tres años, los mejores de la clase, en algún momento no fueron tan mejores”, agregó.
En cuanto a la posición de Uruguay en este “Mundial”, dijo que en términos generales quedamos bien posicionados, aunque se pasaron diferentes instancias y aún es difícil evaluarlo en toda su dimensión.
Aun así, destacó que, en el contexto de América Latina, Uruguay tiene el mejor comportamiento, y a nivel mundial estamos bien posicionados, aunque “hay países que lograron más cosas”.
Radi destacó la importancia de la “confianza y transparencia”, y alertó por las consecuencias negativas de la partidización de la discusión, como se vio en otros países. En tal sentido, destacó que, más allá de algún reparo, “nos dejaron trabajar” y se cumplió con el compromiso de respetar la independencia técnica del GACH y de que la decisión final era del Gobierno.
Señaló que previo a la Semana de Turismo de 2021 se había visto que el aumento de la movilidad iba a generar un aumento de los contagios, y así se le transmitió al Gobierno cuando se comenzó la transición para finalizar el GACH. “Nos preocupaba que no se entendiera”, comentó.
Radi también dijo que fue “muy opaca la discusión de si los CTI se saturaban o no. Fue muy tonta la discusión, daba un poco de lástima que se discutiera a ese nivel”. A propósito, explicó que si bien nadie quedó sin ser ingresado a un CTI por falta de lugar, reconoció que también la atención en esos momentos de saturación tampoco fue la óptima.
También subrayó que viendo lo sucedido, claramente la política de lockdown y encierro estricto “no sirve” por sus consecuencias sobre la salud física y mental, y cuestionó la política de “cero casos” de China.
“Momentos excelentes y momentos muy malos”
Daniel Gianola, genetista profesor emérito de la Universidad de Wisconsin-Madison, se encontraba en EEUU cuando comenzó la pandemia, y se refirió a la preocupación que le despertó, más allá del virus en sí, la gran desinformación que comenzó a proliferar en base a grupos, muchos de ellos vinculados al expresidente Donald Trump, que luego tuvieron repercusión a escala global. En ese contexto fue que comenzó a trabajar y a vincularse a grupos para “combatir” esas falsas informaciones que circulaban.
En cuanto a la pandemia, señaló que se llevan contabilizados unos 600 millones de casos de covid-19 y unos seis millones de fallecimientos. EEUU tuvo una “muy mala performance” y “fue el peor del mundo”, registrando más de 95 millones de casos y un millón de muertes. En cuanto a América Latina, el peor desempeño fue el de Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro siguió una prédica similar a la de Trump, por lo que “no debería sorprender”.
Destacó que en Uruguay lo más importante fue que “las respuestas se apoyaron en la ciencia” y evaluó que el GACH fue “algo extraordinario y sin precedentes”. También resaltó las medidas epidemiológicas, distanciamientos, mascarillas, la contribución de la bigdata (por ejemplo, a través de la App CoronavirusUY) y “el gran logro de las vacunas”. “El 1º de marzo (de 2021) Uruguay lanzó su Blitzkrieg vacunatorio”, graficó.
Opinó que “Uruguay tuvo una buena performance” en el manejo global de la crisis del covid-19, con algunos “momentos excelentes y momentos muy malos”. Explicó que luego de un excelente manejo inicial en 2020, a mediados de 2021 Uruguay se ubicó “entre los peores del mundo”. Aún así, resaltó que la tasa de fatalidad fue la más baja de América Latina, y menor a la de muchos países desarrollados.
Por último, cerró comentando que “Trump le hizo un gran daño a la ciencia” y criticó en especial a “sus pupilos sudamericanos”, como Bolsonaro. No obstante, también advirtió que en Uruguay hubo algún “irresponsable” representante nacional, en referencia a César Vega, a quien acusó de hacer “una performance patética”.