La economía uruguaya prosigue en su senda de recuperación tras el fuerte golpe generado por la crisis del covid-19 sobre la actividad, pero la misma muestra muchas diferencias entre sectores, según analiza el informe de coyuntura que elabora la firma de asesoramiento empresarial Grant Thornton. La economía global se recupera a impulso principalmente de EEUU y China, mientras que para la región se espera crecimiento en Brasil, pero dificultades en la recuperación de Argentina.
De acuerdo al documento elaborado por la consultora Grant Thornton, la economía uruguaya continúa mostrando una “recuperación muy heterogénea”. Se destaca que las ventas de energía eléctrica a comercios y servicios se recuperaron del impacto sufrido en enero por el turismo, pero aún se mantiene un 8% por debajo de los valores registrados previo a la pandemia. Por su parte, las ventas de nafta crecieron un 15% en mayo respecto a abril, pero se mantienen algo por debajo del nivel alcanzado previo al deterioro de la situación sanitaria en diciembre.
El informe también destaca el fuerte crecimiento de las exportaciones a impulso de las carnes, soja y madera. En ese sentido, se remarca que “la recuperación continúa influenciada por el desempeño de los sectores primarios y la construcción”. Las exportaciones de bienes superaron los US$ 4.000 millones entre enero y mayo, un crecimiento de 31% frente a igual período de 2020. En tanto, la construcción creció 7,5% en el último trimestre de 2020, y las ventas de cemento crecieron 18% en los primeros cinco meses de 2021. Por su parte, la industria manufacturera creció 4,3% en relación a marzo 2020 y la venta de energía industrial se ubicó un 5% por encima del nivel prepandemia durante abril.
En cuanto al mercado laboral, se explica que “el deterioro de la situación sanitaria en los últimos meses ha tenido un impacto limitado en número de ocupados, que se mantienen en torno a 1.600.000 desde fines de 2020, unos 30.000 por debajo del nivel previo a la pandemia”. Sin embargo, aclara que los ocupados ausentes por encontrarse en seguro de paro o suspensión crecieron de 24.000 en febrero a 60.000 en abril, ubicando al número de ocupados presentes en niveles similares a los de setiembre-octubre 2020. En comparación con abril de 2019 se registran unos 26.000 empleos menos, aunque si se consideran solamente los ocupados presentes la caída es de 83.000 puestos de trabajo. También se señala que los ingresos de los hogares se mantiene un 3,7% por debajo del nivel prepandemia.
Por último, se destaca que la inflación se mantuvo en mayo dentro del rango meta, y el incremento de los precios en el último año continúa amortiguado por el rubro «Alimentos y bebidas sin alcohol», que representa el 26% de la canasta de consumo, y cuyos precios crecieron solamente 4,4%. El núcleo inflacionario -que excluye alimentos, electricidad, gas y combustibles- se ubicó en 7,8%.
Contexto global
En cuanto a la economía global, se destaca el crecimiento 6,4% que se espera para Estados Unidos, con un mercado laboral que continúa en recuperación, pero que lo hará a un ritmo más lento al esperado inicialmente. La inflación anual se aceleró y alcanzó el 3,6% en abril –en parte por la comparación frente a los peores meses de la pandemia en 2020– mientras que la subyacente se ubicó en 3,1%, por encima del objetivo de la Fed (2%).
Por su parte, las economías europeas cayeron 0,6% en el primer trimestre y se mantienen un 5,5% por debajo del nivel pre-pandemia, aun afectadas por los efectos de las restricciones sanitarias. El FMI mejoró las proyecciones de crecimiento para 2021 pero sensiblemente menos que para Estados Unidos (de 4,2% en enero a 4,4% en abril) con lo cual el PIB todavía sería un 2,5% inferior al de 2019.
En cuanto a China, se destaca el crecimiento de 0,6% registrado en el primer trimestre del año, respecto al último trimestre de 2020, y aceleró su crecimiento interanual a 18,3%. Se espera un crecimiento de 8,4% en 2021 y 5,6% en 2022.
En cuanto a la región, el PIB de Brasil creció 1,2% en el primer trimestre y alcanzó el nivel prepandemia, esperándose ahora un crecimiento de 4,4% para 2021. A pesar del deterioro de la situación sanitaria en marzo, el Índice de Actividad Económica indicaba que la economía se mantenía un 0,6% por encima del nivel de febrero 2020. La aceleración de la inflación (6,8% en abril) llevó al Banco Central a elevar la tasa de interés, desde 2% a 3,5%, y que junto al desempeño de la economía mejor al esperado, han frenado la depreciación del Real.
Del otro lado, la economía Argentina interrumpió la recuperación iniciada en mayo de 2020, con una caída de 0,9% en febrero y 0,2% en marzo, manteniéndose 1,8% debajo del nivel pre-pandemia. El déficit fiscal ha cedido en los últimos meses (6% en abril frente a 8,5% en 2020) ante la elevada inflación (4,8% en marzo y 4,1% en abril), que constituye el principal desafío de corto plazo. La brecha cambiaria se incrementó durante mayo, con el dólar blue alcanzando los $151 y para su contención el gobierno vende bonos a privados (previamente en manos de organismos públicos) impulsando al alza el riesgo país, que ronda los 1.500 puntos básicos, el más alto desde el canje de la deuda en setiembre 2020.