El presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE), Gerardo García Pintos, expresó que “no imagina ahora” un escenario de reducción de la jornada laboral a cuatro días porque Uruguay “está con problemas de empleo graves”. En tanto, Milton Castellanos, director del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, alentó que la propuesta se trate en el marco de la negociación colectiva. Por su parte, Hernán Bonilla, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), apuntó que deben modernizarse las relaciones laborales en Uruguay.
El viernes pasado, se presentó en Chile un proyecto que propone modificaciones en su legislación laboral. Entre ellas, la reducción de la jornada laboral a cuatro días, para darles más descanso y tiempo con la familia a los trabajadores.
El tema está en el tapete también en Uruguay, pero ¿es posible llevar a cabo tal reforma? Milton Castellanos, director del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, indicó que la posibilidad de recortar “de alguna forma” la jornada laboral “nos parece un hecho significativo e importante”.
En diálogo con CRÓNICAS, el sindicalista opinó que se debe trabajar con el foco en lograr la reducción de horas. También sostuvo que este tema debería ser parte de las futuras rondas de negociación colectiva.
Castellanos agregó que la reducción de la jornada “puede ser un instrumento que facilite la incorporación de más trabajadores a la actividad”, impactando así en situaciones de desempleo.
Por estas razones, el director concluyó que “es un hecho positivo y hay que alentarlo”.
Momento complicado
El presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE), Gerardo García Pintos, discrepa con Castellanos.
García Pintos señaló que “no imagina ahora” una jornada laboral de cuatro días en Uruguay, ya que el país padece “graves problemas de empleo”. En diálogo con CRÓNICAS, profundizó esta idea, alegando que el gobierno no debería tomar el caso chileno como un ejemplo ya que “tiene que hacer tantas cosas antes que esto”.
“Hay un combo de cosas que están pasando en el país”, continuó el empresario; atraso cambiario, costo elevadísimo de funcionamiento en Uruguay, costo alto de tarifas y combustibles en términos internacionales, y una deficiente inserción internacional. Estos son todos factores que hay que atacar primero, según García Pintos, ya que redundan en la “no competitividad, un efecto de desinversión y en la pérdida de puestos de trabajo”.
Un punto de encuentro
En la misma línea que Castellanos se situó el director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Hernán Bonilla.
En diálogo con CRÓNICAS sostuvo que un primer paso sería actualizarse y “reconocer que la realidad laboral cambió”, y que no se puede seguir regulando el mercado de trabajo uruguayo “con una ley que se aprobó en la Segunda Guerra Mundial”. A ello le agregó, también, la búsqueda de mecanismos para que aumente la productividad, ya que para que la reducción fuera sustentable tendría que haber un aumento “muy fuerte”.
De esta manera, opinó que deberían discutirse y generarse ideas concretas de cara a las elecciones nacionales sobre cómo modernizar las relaciones laborales. Para el director ejecutivo, este es el punto central.
“Creo que la idea básica tiene que ser salirse de la comodidad de que cada uno se atrinchera en una posición”, particularmente cuando se negocia entre trabajadores y empresarios, explicó Bonilla. “Podemos llegar a un nuevo estado en que todos salgamos ganando, esa sería una negociación productiva”, finalizó.