Representantes de siete países, entre ellos Uruguay, acordaron la creación del “Foro Técnico Regional de Planificadores Energéticos”. El mismo tiene por objetivo compartir experiencias y promover una planificación moderna que apunte a una mayor seguridad energética y a energía asequible para todos los países involucrados, informó Cepal.
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, México, Paraguay y Uruguay fueron los protagonistas de la firma de un nuevo acuerdo en Río de Janeiro el mes pasado. Organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Empresa de Investigación Energética (EPE) brasilera, busca, de acuerdo al organismo, “promover un futuro energético sostenible en la región”.
Luiz Barroso, presidente de la EPE, afirmó durante la reunión que el actual es “un momento clave para los planificadores energéticos de la región, dada la nueva perspectiva de planificación que se va a explorar en este foro y que atiende al hecho de la complementariedad de las fuentes energéticas en la región y su posibilidad de integración».
Dos días después, los mismos representantes presentes en Río se trasladaron a la capital del país, Brasilia. ¿La razón? Participar en el lanzamiento de los resultados del programa brasilero Ecosud (Complementariedad Energética y Desarrollo Sostenible). Esta vez, junto con la Cepal, el evento fue coordinado también por la Agencia Nacional de la Energía Eléctrica de Brasil (Aneel). El encuentro, contó, además, con la presencia de importantes figuras, entre ellas, el Jefe de la Unidad de Recursos Naturales y Energía de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la Cepal, Manlio Coviello.
Ecosud consiste, según indica Cepal, en estudiar los desafíos técnicos, económicos, regulatorios y políticos que se imponen en la transición energética hacia un modelo sostenible en América Latina, utilizando la complementariedad de las energías renovables en la región y las interconexiones entre los países, con una perspectiva holística e integradora.
Cabe destacar que estos acuerdos se dan dentro de un contexto de bonanza energética para Uruguay, en el que el país no solo es capaz de autoabastecer sus necesidades energéticas, sino que además le exportamos grandes cantidades de energía eléctrica a Argentina y Brasil.