Con las banderas uruguayas ondeando en las principales avenidas de la capital china fue recibida la delegación encabezada por el presidente Luis Lacalle Pou la semana pasada. El viaje, que fue catalogado como una visita de Estado y adquirió amplia repercusión mediática en el gigante asiático, tuvo como fin primario profundizar las relaciones comerciales con China y reactivar las conversaciones por el Tratado de Libre Comercio (TLC). Pero más allá de los avances, existe certeza en algunos de los empresarios que participaron del viaje que de cara a un posible TLC, se debe trabajar el tema a nivel de Mercosur para no tener problemas.
Ignacio Bartesaghi, especialista en negocios internacionales que acompañó a la delegación, resaltó que los acuerdos concretados en esta ocasión demuestran que la cooperación entre ambos países se amplía “cada vez más” en diversos temas de la agenda, más allá del comercio.
A su vez, hizo hincapié en el amplio rango de temas tratados en los diversos encuentros que se llevaron a cabo, lo que implica que, progresivamente, la cooperación entre ambos países adquiere una lógica de mediano y largo plazo, con programas específicos y en asuntos variados.
Julio Lestido, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios (CCSUy); Fernando Pache, presidente de la Cámara de Industrias (CIU); Carlos Acle, presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) y Diego O´Neill, presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, tras ser consultados por CRÓNICAS, resaltaron los aspectos positivos del viaje, valoraron la importancia que posee el pasaje hacia una asociación estratégica integral, con todo lo que ello implica, y coincidieron en que la visita dejó abierta la posibilidad de avanzar en profundidad en el relacionamiento con China.
Una mirada empresarial transversal
El hecho de haber conseguido una asociación estratégica integral es para Diego O’Neill “una señal muy fuerte” por parte de China. Agregó que ese mensaje no es solo para el gobierno, sino también para las empresas, y que con el mismo se busca comunicar la necesidad de avanzar, invertir y estar presentes en las actividades comerciales que acá se desarrollan.
Más allá de las dificultades que pueden estar dadas en materia de lenguaje o por la diferencia horaria, el representante empresarial resaltó que “hay que buscarle la vuelta” para seguir profundizando las relaciones comerciales recientemente avanzadas. Suavizó igualmente las expectativas, explicando que no se puede esperar anuncios “de un día para el otro”, pero a su entender sí se puede prever que con el tiempo “van a ir sucediendo cosas”. Por último, O’Neill valoró la oportunidad de que China tenga en Uruguay la mirada de sus inversiones, e incluso, para ser “la puerta de entrada a la región de capitales chinos».
Julio Lestido comentó que desde la Cámara de Comercio se tuvo la oportunidad de ofrecer y mostrar servicios. En ese sentido, algunas empresas tuvieron la oportunidad de hacer efectivas reuniones con privados chinos tratando de facilitar ciertos acuerdos comerciales en específico.
Lestido valoró también el pasaje a asociación estratégica comercial y concluyó que eso es “un reconocimiento a los más de 35 años de relaciones diplomáticas”. Los años de intercambios, generaron confianza según el ejecutivo, y eso hizo que los chinos entiendan que “somos un país serio, predecible y con tradiciones”, concluyó.
Perspectivas y oportunidades para la industria
Como representante de la industria, Fernando Pache resaltó a CRÓNICAS que no percibió ningún tipo de “voracidad” por parte de empresarios y representantes chinos para desembarcar en Uruguay y apropiarse de los negocios locales, sino que en su evaluación valoró las intenciones de asociarse que demostraron, lo que se explica en el volumen de personas del mercado de consumo uruguayo, algo que “no le cambia en absoluto a ninguna empresa industrial de China”.
Para el presidente de la CIU, los resultados obtenidos deben mirarse como una oportunidad para las empresas locales para catapultar sus producciones en Uruguay y complementarlas con ciertos insumos provenientes de China, para poder abastecer y atender adecuadamente al Mercosur.
“Uruguay como plataforma productiva, en combinación con industriales chinos, debería ser la visión adecuada que un industrial uruguayo pueda tener con respecto a cualquier tipo de tratado con China”, agregó Pache.
Por último, destacó los tratados sobre asistencia jurídica mutua en asuntos penales, el plan de cooperación bilateral para el fomento de la construcción conjunta de la franja económica de la ruta de la seda, el memorando de entendimiento sobre cooperación antártica, el intercambio en el ámbito del desarrollo económico y valoró como algo “muy importante” que China esté dispuesta a financiar 25 becas a alumnos uruguayos.
El área tecnológica y los deberes pendientes
Ancle comentó que, en concreto, el campo tecnológico alcanzó con el país asiático un memorando de entendimiento donde se definen algunas líneas a partir de las cuales se va a poder empezar a trabajar. Explicó que lo que allí se deja asentado es la “expresión de interés” sobre cuáles son las áreas de la economía digital donde se dará la cooperación.
A partir de este resultado, Acle consideró que “la pelota está de nuestro lado”, y es el Ministerio de Industrias, en colaboración del sector privado, quien tiene que disponer las labores necesarias para “desarrollar un plan de acción en base a estas líneas firmadas”.
En cuanto a los beneficios puntuales que puede obtener el sector, el empresario subrayó la importancia del país asiático en lo relativo a su “capacidad de colaboración”. Por otra parte, diferenció las relaciones comerciales que se pueden llegar a establecer con las que hoy se tiene, por ejemplo, con Estados Unidos y el resto de Latinoamérica. Enfatizó, además, en que es posible vender servicios a estos destinos no solo por la capacidad que hoy posee la industria, sino también por una diferencia horaria menor a la que si se tiene con China. Dejando esta posibilidad de lado, y trascendiendo la cooperación, Ancle apuntó a la posibilidad de aprovechar la “capacidad de inversión” de las empresas chinas, que pueden llegar a comprar empresas locales o establecer fondos de inversión. Valoró en esa línea el hecho de que el ecosistema nacional cuenta con iniciativas que le dan buena visibilidad como lo es, por ejemplo, Uruguay Innovation Hub.
El directivo puso énfasis en la necesidad de trabajar en la propiedad intelectual, aspecto que puede ser desarrollado en el marco de estos acuerdos, situación que se complementaría con el hecho de que el país “debería empezar a transitar el camino de generar más productos tecnológicos”, explicó Ancle.
¿Es momento del esperado TLC?
La posibilidad de un TLC, que con el paso del tiempo parecería alejarse cada vez más, ahora toma otro tinte. Pensando en esta meta, Bartesaghi puntualizó que, si bien no era algo que estuviera en la agenda, “los objetivos planteados en la misión se cumplieron ampliamente”. Explicó que eso tiene que ver con el arribo a una declaración que deja a las claras “la importancia de seguir trabajando en un TLC”. Más allá de este estado de situación, el experto apuntó a la necesidad de que se den determinadas condiciones en la región. “Con la victoria de Milei se está más cerca del TLC”, concluyó Bartesaghi.
Pache explicó que por más que el país asiático haya mostrado la iniciativa, se debe trabajar primero con el Mercosur para “no tener problemas”. O’Neill reafirmó esta postura y agregó que el avance no depende de los países involucrados, sino de lo que pueda suceder en el bloque regional. El presidente de la CCE mostró cierta esperanza en el hecho de que con el cambio de gobierno en Argentina ahora hay “un cambio de equilibrio”, aunque se mostró cauto dado que todavía no se conoce a ciencia cierta la postura que tomará el flamante ejecutivo. Más allá de eso, concluyó que todo hace pensar que “pueden darse condiciones diferentes” y estas pueden ser “favorables para la posición de Uruguay.”