Las AFAP privadas, entienden que la discusión sobre el futuro del sistema previsional está centrada en quién administra los recursos, en lugar de concentrarse en cómo hacer para mejorar el sistema y las jubilaciones. “Si no cambiamos nada, va a estar la misma plata para repartir entre más gente”, dijo a CRÓNICAS el presidente de Anafap, Sebastián Peaguda, alertando sobre los desafíos futuros del sistema previsional.
Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl
“Si tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la solución, dedicaría los primeros 55 minutos para encontrar la pregunta apropiada. Una vez que supiera la pregunta correcta, podría resolver el problema en 5 minutos”.
La frase pertenece a Albert Einstein y fue utilizada por Sebastián Peaguda, presidente de la Asociación Nacional de Administradoras de Fondos Previsionales (Anafap) para referirse al debate existente en torno al futuro del sistema previsional uruguayo. “¿Nos estamos haciendo la pregunta correcta?”, cuestionó.
Anafap, organización que nuclea a las tres AFAP privadas (Integración, Sura y Unión Capital), organizó un pequeño encuentro con representantes del sector y algunos periodistas, para dar a conocer las particularidades del sistema previsional mexicano, para lo que contó con la participación de Carlos Marmolejo Trujillo, vicepresidente de Operaciones de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) de México, unidad dependiente del Ministerio de Hacienda del país azteca.
Peaguda realizó una introducción mencionando lo que a su entender son los desafíos más importantes que afrontan los sistemas previsionales en la región y particularmente en Uruguay, debido al envejecimiento de la población, la caída en el porcentaje de puestos cotizantes, los cambios que trae consigo la revolución tecnológica en el mercado laboral, entre otros.
Buscando la pregunta
Explicó que la población de adultos mayores se triplicará para el año 2050, mientras que por el contrario la población en edad de trabajar registrará una caída. Eso llevará –según estimaciones de Anafap- a que por ejemplo en Uruguay, la necesidad de contribución del Estado en el sistema pase del actual 0,3% del PIB, a un 2,5% del PIB. A modo de reflexión, indicó que en Uruguay la edad de jubilación es la misma que había en 1950, mientras que la expectativa de vida aumentó fuertemente.
Asimismo, la revolución digital trae consigo grandes cuestionamientos, por ejemplo, cuando nos referimos a trabajo formal e informal. “Nos estamos quedando atrás”, valoró Peaguda, proyectando que “el financiamiento (del sistema previsional) va a ser un gran desafío”. También valoró que “las personas no perciben que su pensión depende de su actividad”, ya que solo el 7% de los trabajadores ven al ahorro como el determinante de sus ingresos post-jubilatorios.
En diálogo con CRÓNICAS, Peaguda criticó que actualmente la discusión esté centrada en quién administra los fondos y no en cómo hacer sostenible el sistema previsional. “Cuando hablamos de los temas previsionales en Uruguay, hablamos de quién administra los fondos –Afaps sí, Afaps no; BPS sí, BPS no-, y creo que es un pregunta que está incorrectamente planteada, porque ese no es el desafío. El desafío no es cómo administrarlo, es cómo hacerlo sostenible”, indicó.
Para el representante de las AFAP privadas, cualquiera sea el sistema que se elija, debe ser “lo suficientemente dúctil como para hacer frente a los desafíos que debe enfrentar”, entre los que mencionó el envejecimiento de la población, la menor cantidad de cotizantes, lo que genera “un problema de financiamiento”. “Si no cambiamos nada, va a estar la misma plata para repartir entre más gente, eso genera un estrés en todo”, aseguró.
En ese sentido, insistió en la necesidad de cambiar el foco de la discusión: “En Uruguay estamos concentrados en quién administra la plata, quién se hace de esos recursos, y no en cual es el desafío para asegurar o procurar mejorar las pensiones. (…) El desafío está en dejar de preguntar quién administra los recursos que están y centrarse en la posibilidad de mejorar esas jubilaciones”.
Por su propia voluntad
En su disertación, Marmolejo Trujillo, se refirió a los desafíos del sistema previsional mexicano y al avance del ahorro individual voluntario.
Explicó que México es un país con 122 millones de personas y 11 millones viviendo en Estados Unidos. En total 57 millones tienen cuentas en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) pero solo aportan al mismo 18,5 millones. “Hay 39 millones que no están aportando”, alertó, explicando que en su gran mayoría estas personas están trabajando en la economía informal. Además, aseguró que de los 18,5 millones que realizan aportes, la mayoría lo hace de forma intermitente. Entre las poblaciones vulnerables, detalló que hay 3 millones de empleadas domésticas, 5 millones de trabajadores independientes, 11 millones de inmigrantes, y 39 millones de niños.
Teniendo en cuenta la alta informalidad que reina en el mercado laboral mexicano, y a las particularidades mencionadas por el país, es que se buscó promover el ahorro individual voluntario, y desde 2013 se cambió fuertemente el sistema buscando mayor seguridad (digitalización de los expedientes, autenticación biométrica y nuevo marco regulatorio) y mayor accesibilidad, a través de corresponsalías financieras y de aplicaciones informáticas. De esa forma, ahora cualquier persona puede hacerse una cuenta en una Afore (las AFAP mexicanas), y puede realizar aportes a su cuenta “desde dos dólares en adelante”, depositando en una amplia red de comercios (autoservicios, farmacias, entre otros).
Si bien esos cambios han sido aceptados, y los aportes de ahorro voluntario han crecido de forma significativa en los últimos años, Marmolejo Trujillo, indicó que aún queda mucho por avanzar. “Solo tres de cada mil trabajadores realizan aportaciones voluntarias. (…) 122.000 ahorristas realizaron 895.000 aportaciones voluntarias. Son números muy buenos, pero son la nada” en el sistema, explicó.
AFAP: preparan propuesta para nuevo fondo con inversiones más riesgosas pero más rentables
El presidente de Anafap, Sebastián Peaguda, dijo a CRÓNICAS que entre setiembre y octubre de este año, se estará presentando al gobierno un proyecto para la creación de un tercer fondo de ahorro previsional con un mayor grado de riesgo y volatilidad, pero que también puede implicar una mayor rentabilidad para el afiliado.
El Fondo de Ahorro Previsional (FAP) está compuesto hasta ahora por dos fondos: el de Acumulación (80% del FAP) y el de Retiro (20%). Hay afiliados próximos a la jubilación que cuentan con ahorros en los dos subfondos, y a medida que se aproximan a la edad de retiro, sus ahorros son transferidos paulatinamente al Fondo de Retiro hasta tener todo su saldo en el mismo. Dicho fondo tiene menor volatilidad, para lograr una mayor previsibilidad a la hora del retiro.
“Estamos trabajando en hacer una propuesta para el gobierno donde pueda hacerse inversiones en un mercado más rentable, quizás en el extranjero, con otro tipo de exposición, con otros riesgos, pero para determinada población” más joven, que en caso de no obtener el retorno buscado en el corto plazo, lo puede recuperar en el largo plazo.
Una posibilidad es que sea el propio afiliado el que opte por participar o no de este tercer fondo. “En una primera instancia se pueden establecer determinados criterios, y decir: ‘si tenés determinada edad podés optar por estar en este fondo un poco más volátil, con mayor capacidad de generar retorno, y si te pega negativamente todavía lo podés revertir’”. Para Peaguda, esta situación también generaría “una mayor vinculación de la persona con lo que ahorra en la AFAP”. “Es más participativo”, resumió.
El representante de Anafap, también comentó que se debe apuntar a fortalecer la posibilidad del ahorro voluntario. “El ahorro voluntario es una parte fundamental, pero ahí está el hecho de que la persona entienda como parte de su patrimonio a esto y que va a generar su jubilación futura”. Para Peaguda, se deben analizar los incentivos fiscales y hacer que la persona vea el ahorro como algo a lo que puede hacer uso en cualquier momento. “Realmente, cuando la persona ve que el aporte puede transformarlo líquido en un plazo corto y no a los 65 años, eso genera una motivación muy grande, porque cuando los aportes se rentabilizan como lo hacen en las AFAP, podes ahorrar por encima de la inflación en 2%, 3% y 4% puntos. Eso es muy atractivo”, explicó, y agregó que “el tema es poner los incentivos correctos”. “Hay que hacerlo fácil. Lo importante es validar el sistema en cuanto a la capacidad que tiene”, destacó.