Sistema tributario global no cambia su paradigma por el Covid-19, pero sí acelera su transformación

Multilateralismo > “Problemas mundiales no se pueden resolver sólo con decisiones nacionales”

“No va a haber un cambio paradigmático, porque ya estábamos en un proceso de cambio”, interpretó el experto en derecho tributario, Carlos Loaiza Keel, explicando que la crisis generada por el Covid-19, simplemente intensificará transformaciones que ya se venían gestando. Esos cambios se dirigían a una mayor transparencia internacional y a la necesidad de contar con un “sistema tributario mundial”, debido a las transformaciones que provocan los avances tecnológicos y la deslocalización geográfica.

Por Ricardo Delgado | @ricardo_dl 

“En este mundo no se puede estar seguro de nada, excepto de la muerte y de los impuestos”. Esa frase, adjudicada a Benjamin Franklin, fue utilizada en varias oportunidades por Carlos Loaiza Keel durante su disertación “El día después: ¿Cómo será el mundo tributario luego del Covid-19?”, organizada por la Cámara Oficial Española de Comercio y Navegación (Camacoes).

El doctor en derecho, socio local de la firma de abogados Garrigues, opinó que no habrá “un día después” y que esta crisis sanitaria y económica simplemente terminará acelerando tendencias que ya se venían gestando con anterioridad.

La disertación estuvo enfocada en el fuerte desarrollo tecnológico que se registró en las últimas décadas, en sus implicaciones cotidianas, y en como esos cambios ahora se ven potenciados por esta coyuntura de aislamiento y distancia social. “No va a haber un cambio paradigmático, porque ya estábamos en un proceso de cambio”, evaluó.

Sin embargo, además de citar a Franklin, Loaiza Keel también aludió a una frase del célebre excampeón mundial de peso pesado, Mike Tyson: “Todos tienen un plan hasta que reciben el primer golpe”. En ese sentido, el experto tributario señaló que la pandemia actual “fue un golpe que nadie estaba preparado para recibir” y que “cambió de forma radical las expectativas que veníamos teniendo”.

“El virus nos enfrenta a nuestros miedos, el miedo a lo más relevante, a la muerte. La muerte y el miedo a la muerte es el acelerador de una serie de procesos que ya se venían produciendo”, sostuvo.

En momentos en que todos se refieren al término “exponencial” en relación a la curva de contagios por el virus, Loaiza Keel lo utilizó para referirse a la aceleración que ha tenido el crecimiento de la tecnología en los últimos años, tanto en lo que refiere a la digitalización, la mayor conexión a las redes y plataformas, la inteligencia artificial y la automatización, como a sus efectos en la sustitución de empleos. En ese sentido, subrayó que la pandemia está acelerando esa tendencia a la automatización, la inteligencia artificial, y los efectos de este crecimiento sobre la mano de obra y la forma en la que se concibe la tributación.

El experto citó una columna del economista Ignacio Munyo, donde sostiene que unas 325.000 personas que realizan tareas rutinarias en Uruguay corren riesgo de ser sustituidas por procesos de automatización, algo que ahora se acelera por la irrupción del Covid-19. Muchos tienen el pretexto para dar un paso en esa dirección.

Loaiza Keel también señaló que este proceso de cambio también afectará trabajos “más complejos” y no solo los rutinarios. “Hay sectores más vulnerables que otros, pero todos van a ser fuertemente impactados”, aseguró.

Fenómeno tributario

Todos estos cambios tecnológicos tienen su impacto sobre el proceso tributario, donde, a su entender, también se va a dar una “aceleración de procesos que ya veníamos viendo”.

Detalló que “vivimos en un mundo más transparente que nunca”, donde hay importantes flujos de intercambio de información tributaria a nivel internacional, con proliferación de acuerdos bilaterales y multilaterales, que permiten un mayor conocimiento de los movimientos de capitales a escala internacional. Eso ha estado asociado, agregó, a la política de combate al lavado de activos, y estimó que así como ahora existe una mayor vigilancia vinculada al servicio de la salud, también la habrá a nivel impositivo.

“Estamos ante un sistema tributario mundial”, sostuvo el experto, estimando que “estos problemas globales no se pueden resolver sólo con decisiones nacionales”. En ese sentido, destacó la relevancia de contar con acuerdos de doble imposición para evitar la duplicación de impuestos en una misma transacción comercial transfronteriza.

Loaiza Keel también se refirió al proyecto “BEPS” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para evitar que las empresas multinacionales dejen de pagar impuestos donde deberían hacerlo y que paguen esos tributos en los países que corresponde. Subrayó que este fenómeno es “contradictorio” con el “neosoberanismo tributario”, y responde a la “necesidad de universalizar aspectos tributarios”. Señaló casos que dificultan su aplicación por la aparición de nuevos nacionalismos y acciones unilaterales de tributación de multinacionales y empresas tecnológicas, que dificultan la resolución de los problemas generales. Puso el ejemplo de Uruguay determinando impuestos sobre Netflix o Spotify, que si bien son una forma de hacer pagar tributos a estas compañías, tienen “problemas” en su aplicación. “Tratar de resolver estos problemas que se están generando no es nada fácil (…). Pero hay intentos de generar un sistema que permita una mejor distribución de la riqueza”, comentó.

Loaiza Keel también comentó que hay aspectos tributarios internacionales vinculados a la “responsabilidad reputacional”, ya que existe un “reproche social al incumplimiento de impuestos”, lo que repercute directamente en la ganancia de las empresas, y puso como ejemplo el caso de los Panama Papers.


Impuestos a medida

Para el experto en derecho tributario, ante la crisis generada por el Covid-19 hay que diferenciar “lo urgente, de lo importante”. En lo urgente, la coyuntura requiere de medidas paliativas, lo que implica que “los impuestos no sean un obstáculo”, ni que generen “un corte en la cadena de pagos”. En ese sentido, mencionó las medidas adoptadas por Uruguay en la postergación de pagos y vencimientos, la no aplicación de recargos, reducción de cuotas, entre otras.
Sin embargo, también instó a “pensar en que la recuperación no va a ser tan rápida”, por lo cual “los impuestos van a ser importantes para contribuir”.

Estimó que los países que tienen la posibilidad de endeudarse van a preferir hacerlo antes de aumentar impuestos, pero advirtió que la deuda no es más que impuestos a futuro. “Si no crezco, no voy a poder pagar. (…) Ese dilema va a estar sobre la mesa tarde o temprano”, remarcó.

En ese sentido, valoró que la posición va estar entre “que paguen los que son más ricos” -y puso el ejemplo de Argentina- u otra alternativa, como la que está optando Uruguay.

Loaiza Keel recordó un artículo del economista Luis Porto, que propone avanzar a “un sistema tributario personalizado, basado en todo este big data”, lo cual supone “aprovechar la información, no para el mal, sino para hacer impuestos más justos”. Señaló que esa modalidad de tributación aún “es una idea muy germinal” y todavía “no está muy desarrollada”, pero que podría ser una opción ante esta sobreabundancia de información.