Con un territorio del 60% de Uruguay, Corea del Sur se presenta como una oportunidad para el comercio por su fuerte demanda de alimentos, y su oferta en tecnología y productos de alta industrialización. El profesor Won-Ho Kim presentó ante integrantes de la Academia Nacional de Economía las oportunidades que ofreceel país asiático, y la importancia que para esa nación representa América Latina.
Por Adolfo Umpiérrez | @AdolfoUmpierrez
Corea del Sur se ha posicionado en los últimos años como una de las potencias económicas de Asia Pacífico. Un país aliado de Japón y de Estados Unidos, a espaldas de su hermano mellizo díscolo, se ha desarrollado como una potencia tecnológica en los últimos 20 años, que ha salido a buscar liberalizar el comercio en el mundo entero.
La mitad sur de la península coreana es muy escasa en recursos naturales, “solo tenemos recursos humanos”, agregó Won-Ho Kim, asesor de la Fundación Corea, miembro del Comité de Cooperación Económica del Pacífico (KOPEC), asesor de Corea Agencia de Consumo, asesor del Instituto de Estudios de la Comunidad de Asia del Nordeste (NACSI), y miembro del Comité Directivo del Foro Económico Asia Comunidad (AECF), invitado por la Academia Nacional de Economía a exponer acerca de las posibilidades comerciales con su país.
“Para Corea del Sur, los tratados de libre comercio no fueron un tema importante hasta que no sufrimos la crisis de 1997”, sostuvo. La crisis de aquel año terminó con muchas reformas a nivel comercial en aquel país, fue cuando el gobierno que tomó las riendas para la recuperación creó una unidad especializada en comercio internacional, que se instaló en la Cancillería coreana.
“Sin tener nada en recursos naturales, Corea tuvo que depender de nuevas industrias. Crear algo desde la nada, una industria creativa”, sostuvo el profesor Kim. Así, Corea hoy cuenta con siete compañías de productos de alta gama como Kia, Samsung, Hyundai, LG y Daewoo, entre otras. Entre ellas exportan lo suficiente para compensar la balanza de pagos que le permite al país importar los alimentos para la población.
Según aseguró Kim, “Corea siempre fue una nación comercial. La estructura comercial anterior era más diversificada que ahora, hoy se depende mucho de China. No tanto como México puede depender de Estados Unidos. Estamos hablando que el 26% de las exportaciones van a China, 13% a Estados Unidos y el 12% a Japón”, detalló.
A su vez, Corea hoy importa el 80% de los alimentos que consume y asegura Kim “ojalá pudiéramos importar mucho más desde Uruguay”. La composición de sus importaciones tiene como protagonista a su vecino gigante del oeste, los chinos.
A 2017, Corea cuenta con 15 tratados de libre comercio con 52 países. Es el único país en el mundo que logró cerrar acuerdos de liberalización comercial con China, Estados Unidos y Unión Europea. En 1999, se abrieron las negociaciones para que los productos coreanos llegaran sin barreras arancelarias, por primera vez, a las Américas. Así, Chile fue el primer país en firmar un acuerdo con Corea, en la región. “En menos de 20 años, Corea ha crecido gracias a las negociaciones”.
Una oportunidad
América latina le ofrece a aquella porción de la península más dispar del mundo, una gran fuente de recursos naturales y alimentación de las que Corea carece. “Incluso [dentro de América Latina hay economías que pueden servir como plataforma para llegar a otros mercados”, señaló Kim.
En la actualidad, aproximadamente el 7% de las exportaciones coreanas tienen como destino algún país de América Latina, al mismo tiempo que el 6% de las exportaciones chinas van a América latina. Mientras que, en Europa, España exporta menos del 6% a la región, y es el país con mejor promedio: “Esto quiere decir que la región es muy importante para los coreanos”, sostuvo.
Chile, Perú y Colombia, más cinco países de América Central, y próximamente Ecuador y México completarán la lista de países latinoamericanos con acuerdos comerciales con aquel país. El Mercosur, en cambio, concluyó, en 2007, un estudio de factibilidad para acordar con los surcoreanos. De todos modos, desde aquel año “se entiende que cada socio tiene consultas internas, aunque no hay avances”, señaló Kim, quien además recordó que el bloque había solicitado firmar, ya no un tratado de libre comercio, sino un “acuerdo comercial”, a secas.
Según datos aportados por Corea, si cerrara un acuerdo de libre comercio con el Mercosur, podría llegar a significarle un crecimiento del 2% del PIB. Al mismo tiempo que el bloque sudamericano podría crecer hasta un 2,7% como resultado directo. “Al mismo tiempo el comercio puede traer más inversión y esto a su vez, más comercio”, recordó el profesor.