El presidente de CUTI, Leonardo Loureiro, destacó que las tecnologías financieras –también denominadas fintech– contribuyeron a afrontar la crisis generada por el Covid-19, por ejemplo, para llegar con un instrumento electrónico a 300.000 personas que requerían de ayuda social y no eran alcanzados por ningún instrumento, porque en su mayoría eran trabajadores informales. Además, destacó que las transacciones electrónicas crecieron 30% como consecuencia de la pandemia y el comercio electrónico se expandió un 70%.
Con un formato virtual acorde a los tiempos de pandemia a los que nos acostumbramos este año, se realiza desde el pasado miércoles 25 de noviembre, y hasta hoy viernes, la XX Conferencia Financiera Internacional, bajo el título “Innovación y nuevas tecnologías promoviendo la inclusión financiera y su impacto en el crecimiento sostenible”.
Durante el evento, organizado por la Universidad Católica, se realizó una mesa denominada “La inclusión financiera en un mundo digital”, de la que participaron el mexicano Héctor Shibata Salazar, director en Investments & Portfolio at AC Ventures Fund; el argentino Luciano Crisafulli, director de Innovación Municipalidad de Córdoba; y el uruguayo Leonardo Loureiro, Presidente de la Cámara Uruguaya de las Tecnologías de la Información (CUTI).
Todos destacaron la relevancia que han tenido en el mundo la irrupción de las tecnologías de la información aplicadas al mundo financiero, también conocidas como fintech, asegurando que han dotado de mayor libertad a las personas y ha permitido una gran democratización del acceso a este tipo de herramientas.
“Política de Estado”
En su disertación, Loureiro destacó el “ecosistema” con el que se trabaja en Uruguay, y a modo de ejemplo mencionó que el Banco Central decidió crear un “hub de innovación” lo que implica la existencia de “una política de Estado” que habilita creación de “startups (empresas jóvenes que presentan un gran potencial de desarrollo) tecnológicas” o la generación de “nuevos procesos que afecten al día a día de los ciudadanos”.
El presidente de CUTI también destacó el foco exportador, asegurando que las empresas del sector venden al exterior por unos US$ 760 millones.
Loureiro sostuvo que la historia de las fintech en Uruguay no es nueva, y el sector cuenta con “soluciones consolidadas desde 1989”. En la década de los 90 se consolida el sector y a partir de 2010 se comienzan a constituir opciones con alcance global.
Detalló que existe un amplio abanico de “soluciones” que ofrecen las fintech y que abarcan al core banking, home banking, mobil banking, antilavado, antifraude, pagos electrónicos, billetera electrónica.
Billetera digital
El presidente de CUTI también se refirió al impacto del Covid-19 en el sector, explicando que las transacciones electrónicas crecieron un 30% como consecuencia de la pandemia. Graficó que “tan solo uno de los hub de pagos procesa 14 millones de transacciones en lo que va del año, superando los US$ 8.000 millones”.
Por su parte, el e-commerce o comercio electrónico registró una expansión del 70%. Detalló que no solo se incrementaron las operativas electrónicas, sino que también crecieron las empresas de logística dedicadas a la entrega de productos.
En tal sentido, Loureiro destacó la importancia que tuvo la inclusión financiera en Uruguay para hacer frente a la pandemia, ya que facilitó todo ese tipo de transacciones. Además, destacó que las fintech también sirvieron para poder dar soluciones a personas que estaban por fuera del sistema. Recordó que durante los primeros siete meses de la pandemia, Uruguay entregó 1,4 millones de canastas de alimentos a través de la billetera digital TuApp, basada en la tecnología Inswich. Esta aplicación, propiedad de Antel y el Banco República, contribuyó a la distribución de ayuda social mediante “cupones digitales que permiten comprar alimentos en 3.000 comercios del país”. Esta solución alcanzó a 300.000 beneficiarios que al comienzo de la pandemia no estaban registrados ni siendo alcanzados por ningún beneficio social. En su mayoría, se trataba de trabajadores independientes informales.
Esta medida también tuvo otros impactos positivos. Un 55% de estos canjes, que para los comercios son ventas, se realizaron en pequeños comercios de todo el país, lo que representó un volumen de ventas de más de US$ 21 millones para los comercios pequeños y medianos, lo que les ayudó a mitigar las consecuencias negativas de la pandemia. Loureiro recordó lo que el presidente de Cambadu dijo en su momento, respecto a que no solo los comercios se vieron beneficiados por estas ventas, sino también los mayoristas y distribuidores de mercaderías.
Este tipo de servicio, que permite la llegada de ayuda social a nuevos beneficiarios detectados durante la pandemia, también fue implementado por Inswitch a través de sus servicios de billeteras electrónicas en otros países como Paraguay, El Salvador, Bolivia y Honduras.