El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial que se estima para 2022 será bastante menor al registrado en 2021, principalmente en China y Estados Unidos, que son los mayores socios comerciales de los países de América Latina y el Caribe. En ese sentido, la Cepal estima que la región desacelerará fuertemente su incremento este año, por la incertidumbre provocada por la pandemia y los menores estímulos monetarios y fiscales. Para Uruguay se espera un aumento de 3,1% este año.
El su informe anual Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2021, la Cepal señaló que la desaceleración llega en un “contexto de importantes asimetrías entre los países desarrollados, emergentes y en desarrollo”, en lo que refiere a sus capacidades de atender “políticas fiscales, sociales, monetarias, de salud y vacunación”.
Se estima que el crecimiento del PIB mundial para 2022 será menor que el registrado en 2021, principalmente en China y Estados Unidos, que son los mayores socios comerciales de la región.
Esto sería la consecuencia tanto de la gran incertidumbre que existe en cuanto al comportamiento de la pandemia en el año que recién comienza, así como de la menor magnitud de los estímulos fiscales y monetarios que se verán.
En este escenario, Cepal estima que la economía de Uruguay se desacelerará levemente en 2022, creciendo un 3,1%, tras expandirse un estimado de 3,9% el año pasado.
En 2021 se registraron niveles históricos en precios de productos y servicios, generando una “presión inflacionaria” que estuvo liderada por incrementos en alimentos y energía. Se espera que esta situación continúe durante 2022.
En este marco, los bancos centrales admiten que los niveles inflacionarios se mantendrán por encima de sus respectivos rangos meta, aunque pondrían comenzar a encaminarse hacia estos a finales de 2022 o comienzos de 2023.
“Nuevamente el precio de la energía y de los alimentos en los mercados internacionales, así como la evolución del tipo de cambio, serán fundamentales para explicar la dinámica futura de los precios”, señala el informe.
De los 33 países que conforman la región, 11 lograron alcanzar los niveles de PIB que tenían previo a la pandemia en 2021, y se prevé que en 2022 tres más puedan alcanzarlos.
Mientras que las economías avanzadas crecerán alrededor de 4,2% en promedio durante 2022, retomando el camino de aumento previo a la pandemia, las economías emergentes verán un crecimiento del 5,1%, pero incluso así no alcanzarían la trayectoria de incremento marcada antes de la pandemia.
Riesgos para el 2022
De acuerdo con Cepal, la región tiene que afrontar grandes desafíos por delante.
En primer lugar, señala que la desaceleración del aumento económico viene aparejada de una caída de la inversión, lo que puede desencadenar una insuficiente generación de empleo.
Asimismo, las presiones inflacionarias pueden llevar a mayores tasas de interés internacionales, lo que determinaría un encarecimiento del costo de financiamiento para los países, “en la medida que se normaliza la política monetaria en los países desarrollados y las autoridades nacionales toman medidas para responder a crecientes presiones inflacionarias”, señala el informe.
Sumado a esto, se podrían presentar depresiones en el tipo de cambio y posibilidad de deterioro en las calificaciones crediticias soberanas.
Desigualdad de género
En 2021, la actividad económica logró recuperarse a un ritmo mayor que el empleo. Según informó la secretaria ejecutiva de Cepal, Alicia Bárcena, “un 30% de los empleos perdidos en 2020 aún no se recuperaban en 2021”.
A esto se le suma la acentuación de la desigualdad laboral entre hombres y mujeres, marcada por el menor dinamismo que vienen teniendo los sectores que concentran el empleo femenino. Según el documento, de los puestos de trabajo de mujeres que se perdieron durante la crisis, más del 38% no se recuperaron y, en el caso de los hombres, el porcentaje fue del 21%.
Gasto público
En el informe, llamaron a utilizar el gasto público de manera estratégica, vinculando demandas de corto plazo con las inversiones a largo plazo. Además, sugirieron que las inversiones se aprovechen para atraer inversión privada, así como “orientar los incentivos fiscales hacia energías renovables, descarbonización, inclusión digital, investigación y desarrollo”.
Sumado a esto, recomendaron mantener las “políticas pro empleo” y las transferencias sociales de emergencia que están haciendo frente a la pandemia, y reforzar los mecanismos que combaten las brechas sociales mediante la “universalización de sistemas de protección social, la salud, el cuidado y la educación”.
Todo esto sentará buenas bases para garantizar la sostenibilidad financiera de los sectores más amenazados, según Cepal.